He
tardado tanto en subir un artículo pues no ha habido ninguna novedad
sobresaliente, ha pasado solo tres semanas del viernes que me operaron y tengo
la sensación de que hace meses de ello y sin embargo tengo ganas de que pase el
tiempo para hacer una vida más normalizada.
En
la segunda cita con el médico me ha contado como fue la intervención, al
parecer por “el quinto elemento” es por donde sacaron el 80% del estómago, por
ello es el agujero que más molesta y tarda más en curar, tendrá que pasar tres
meses hasta que esté completamente restablecido.
Las
cinco incisiones ya son como cinco arañazos de gato, según el médico en seis
meses no se notarán nada, ahora lo que más se nota son los cardenales que
quedaron al ponerme las inyecciones contra los coágulos. La tensión la tengo
normalizada, y ya ha pasado lo peor, es decir, todo lo que podía ocurrir en
negativo, ya no va a suceder.
Las
fuerzas ya me han vuelto por lo que ya consigo sin esfuerzo andar todas las
mañanas una hora y otra a la caída de la tarde, me alegro haber hecho esto en
la primavera, así no cuesta nada salir a andar, en invierno tiene que ser más
cuesta arriba con el frío, la lluvia o la nieve.
También
me vio la nutricionista, me ha pesado y en la última semana he disminuido el
peso general en 1600 gr., me ha comentado que estoy perdiendo grasa en los
lugares indicados y al mismo tiempo tengo más masa muscular, por ello el peso
desciende más despacio.
En
la próxima visita me dará las indicaciones para pasar a la tercera fase,
comenzaré a masticar, estoy deseando, pues esto de tener que ingerir 90 ml de
puré, yogurt, leche o zumo 7 veces al día e hidratarme entre toma y toma, hace
que esté liadísima todo el día, es como vivir con un reloj en la mano y un vaso
de alimento en la otra. Tengo que confesar que en muchas ocasiones me paso dos
o tres tomas cuando tengo que salir a hacer algo, y lo sustituyo por agua.
El
médico me ha aconsejado que no haga demasiada vida social, que, por ahora coma
sola, sin distracciones y que me concentre en cada cucharada que tome. Recuerdo
cuando mis padres decían que en la mesa no se hablaba y del dicho: “come y
calla”, ya sé porque lo decían.
Sigo
sin hambre, creo que ya nunca más sabré que es tener ganas de comer, tendré
ganas de comer algo que me parezca apetitoso, pero nada más. Y tendré que
comerlo despacio y en pequeñas porciones, pues si no notaré el estómago
incómodo y repleto. Esa es la verdadera ayuda en este proceso, tengo la
oportunidad de hacer una dieta sana, equilibrada y variada sin pasar hambre.
Me
dicen que si lo necesitase podría pedir cita con el psicólogo, es por si tengo
algún problema en acostumbrarme a la alimentación, por ahora no lo necesito,
pero tengo esa opción y puede que más adelante la utilice, como refuerzo cuando
tenga ya una alimentación totalmente normalizada. Tengo que pensar que seguiré
teniendo ataques de ansiedad en momentos puntuales, como ya dije todo lo que
nos rodea está repleto de publicidad de comida y la mayoría es comida basura.
Yo
pensaba que los cereales para bebés que venden en las farmacias con los que
haces sus papillas eran muy sanos, pero al parecer están llenos de azúcar, así
que desde que nacemos nos hacen depender del azúcar es como una conspiración
alimentaria. Si hay una proporción de sal en el pan y es el gobierno el que lo dictamina,
si se va a castigar con subidas de impuestos a las bebidas azucaradas y se
critica tanto la comida basura, ¿cómo se permite tanto azúcar en las comidas de
los bebés? Es una gran hipocresía.
Hoy
que voy a comer a casa de mi hijo me llevaré una pequeñísima tartera con mis 90
ml de puré de pollo con guisantes y pimientos.
Ya
entro en ropa que hacía mucho tiempo que no podía ponerme, y estoy deseando
comprarme cosas chulas, pero tengo que tener paciencia, es absurdo comprarme
ropa que solo me durará un mes más, es como cuando estás embarazada, una
temporadita de la misma ropa. Ya llegará el tiempo en el que disfrutaré de ir
de compras, algo que hace años que no he disfrutado. Hace solo un mes comprar
ropa era una tortura, la ropa era más cara, tenía poca variedad y nunca me gustaba
como me quedaba.
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