Creo que no soy mala
persona, pero como amiga suelo ser buena, me refiero que hay amigos y amigos,
es decir hay personas que llamamos amiga y solo es una persona que espera algo
de ti, o que solo trasmite toxicidad o que solo habla de ella y personas que
siempre están ahí, pase lo que pase, nos escuchan y saben nuestro estado de
ánimo solo con mirarnos la cara, y no piden nada a cambio.
En la película Truman, una
maravillosa película que deberíamos ver todos y sobre todo las personas mayores
de 45 años, hay una frase maravillosa de un amigo a otro amigo de la infancia
que dice así: “¿Sabes que me enseñaste durante todo este tiempo? Que nunca
pides nada a cambio”.
Hay amigos que desde el
momento que te conocen siguen paso a paso tu vida, aunque no los veas en mucho
tiempo, gente en la que tienes confianza para contarle cosas intimas y las que
saben escuchar y decirte las palabras afortunadas que te tocan el alma y el
ánimo siempre en positivo.
Amigos que te miran a los
ojos sin hablar, pero diciéndote mucho con su mirada. De esos amigos tengo tres
y puede que sean los mejores que nadie pueda tener. Nos vemos de pascuas a
ramos y sin embargo no importa lo que haya pasado en el lapso de tiempo en que
no nos hemos visto o hablado, enseguida nos ponemos al día. Nunca nos pedimos
nada, pero sabemos estar y decirnos lo que necesitamos mutuamente en cada
momento.
Sin embargo, hay amigos que
los ves a menudo, con los que se habla por teléfono, e-mail o wasap cada dos
por tres y sin embargo les ocultamos nuestros deseos o pensamientos más íntimos,
porque sentimos que no nos entenderán o que puede que les escandalicemos con
nuestras cosas. Esto suele ser mutuo siempre, si una amiga no me cuenta lo malo
que le pasa o necesita de mis oídos o mis opiniones, yo tampoco la tendré en
cuenta para lo mismo. Porque si lo hiciera sentiría ser una carga para ella o
que realmente no le importa lo que me pasa.
Yo no he sabido mantener
ninguna amistad desde la infancia, siempre he perdido amistades al cambiar de
etapa como si al cambiar de vida la otra se quedara atrás con los recuerdos y
los amigos de entonces.
Además, no tengo muchos
amigos, a pesar de ser muy sociable, para que yo llame amigo a alguien, tengo
que sentir algo dentro de mí, no me vale cualquiera, no es que tengan que hacer
malabarismos, pero me tienen que gustar y yo sentirme con la confianza para
contarles mis cosas, soy bastante reservada a pesar de parecer muy abierta.
De lo que estoy segura es
que un verdadero amigo es el psicólogo perfecto, el que al contarle un problema
te dice aquello que, aunque te rompa los esquemas o te saque de tu zona de
confort te de pistas para solucionarlo. Siempre he sido muy autónoma y no me
gusta pedir favores a nadie, por lo que valoro muchísimo eso de que me digan
algo que me cambie el panorama de negro a blanco. Alguien que cuando te
encuentras fatal te dice “todo va a salir bien” con tanta rotundidad y tanta vehemencia
que te da la fuerza para que tu consigas que todo salga bien.
Hay amigos que fueron muy
buenos en algún tiempo, pero que pasando los años ya no te sirven como tales,
bien porque ya no te une nada a ellos, bien porque han cambiado de forma de ser
o yo he cambiado por algún motivo, a esos hay que dejarles ir poco a poco y sin
mirar atrás, no sirve empeñarse en seguir con una amistad que ya no nos aporta
alegría de vivir.
Los amigos pueden ser de cualquier
edad, yo tengo amigos muy jóvenes que son amigos de mis hijos y yo los comparto
con ellos. Gente maravillosa que puede que por su edad no les cuentes nada íntimo,
pero que te alegras de ver y de charlar con ellos inagotablemente. De esos
tengo dos y espero que sean muy felices y que yo esté ahí con ellos para
celebrarlo.
Los amigos los puedes
encontrar en cualquier lugar y en cualquier momento. Algunos he hecho en la
Empresa donde trabajé. Se dice que al trabajo no se va para hacer amigos y yo
creo que es un lugar como otro cualquier para hacerlos y buenos. En ocasiones
cambias de trabajo y pierdes amigos que parecían que lo iban a ser siempre, y
en otras ocasiones sigues con amigos después y durante muchos años. De estos
tengo 4.
Hay amigos que al final los
sientes como de la familia que has elegido y que pudiera que prefieras tener en
momentos claves en tu vida en lugar de los parientes reales consanguíneos.
Hay amigos solo para pasar
buenos momentos de risas y hay amigos solo para los malos momentos de la vida,
los mejores son los que están para lo uno y para lo otro.
Y desde aquí a mis
verdaderos amigos quiero decirles que les QUIERO, porque sin ellos esta vida no
tendría ningún sentido.
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