Atracción hacia aquellos cuyo nivel de autoestima está a la par del nuestro

Según un importante principio de las relaciones humanas, tendemos a sentirnos más cómodos, más “como en casa”, con personas cuyo nivel de autoestima es similar al nuestro. Los individuos con una autoestima alta tienden a ser atraídos por individuos con alta autoestima. Los individuos que la poseen de un nivel medio lo son por aquellos con autoestima media. La baja autoestima busca baja autoestima de los demás. Las relaciones más desastrosas son aquellas que se dan entre dos personas que se subestiman; la unión de dos avisos no formará una cima.

Recuerdo a una amiga que creció sintiendo que era “mala” e indigna de cariño, respeto o felicidad. Como era previsible, contrajo matrimonio con un hombre que “sabía” que no era digno de ser querido y que se sentía consumido por el odio hacia sí mismo. Se protegía tratando a los demás con crueldad antes de que ocurriera lo inverso. Ella no se quejaba de sus malos tratos, ya que “sabía “que ése era su destino. A él no le sorprendió que ella se alejara cada vez más, ya que “sabía” que nadie podría quererlo nunca.
Habían pasado veinte años de tortura juntos, “probando” cuánta razón tenían con respecto a sí mismos y a la vida. En una ocasión le pregunté a mi amiga si había sido feliz, me miró asombrada y me preguntó: “¿Acaso las personas son realmente felices?”.


Cuanto más alta es nuestra autoestima, más inclinados estamos a tratar a los demás con respeto, benevolencia, buena voluntad y justicia, ya que no tendemos a percibirlo como una amenaza y el respeto a nosotros mismos es la base del respeto a los demás.  


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