Relación con el calcio. Este elemento parece tener
un efecto positivo sobre la hipertensión en algunas personas. Sin embargo, las
investigaciones aún continúan con el objetivo de determinar quién responderá
favorablemente al calcio. Al parecer, los hipertensos sensibles a la sal (que
representan alrededor de la mitad de los casos) responden bien al calcio. De modo
que, si la sal no es buena para usted, sí lo es el calcio.
Evite los ejercicios isométricos.
Haga
ejercicio como parte de un programa para reducir la hipertensión. Se recomienda
eliminar los ejercicios isométricos (p. ej., levantar pesas) del tratamiento,
ya que pueden elevar de forma súbita la presión arterial.
En cambio, practique aerobic.
Aunque
los estudios han demostrado que los ejercicios de aerobic son muy beneficiosos para
la presión arterial, los hipertensos siempre deben practicarlos con precaución.
Por
lo general, se comienza caminando 400 m a marcha rápida, aumentando
gradualmente hasta 2 km. Más adelante, se empieza a correr (siempre y cuando
haya superado las pruebas médicas e, incluso, un electrocardiograma).
Este
ejercicio es efectivo porque estimula a que los vasos sanguíneos se abran y, en
consecuencia, la presión arterial baja. Aunque durante la práctica del
ejercicio la presión aumenta, al finalizar tiende a bajar y, después, cuando
vuelve a subir su ascenso es menor.
La
natación, el ciclismo y caminar a paso rápido lleva un poco más de tiempo, pero
los resultados son similares. Lo importante es que la caminata sea enérgica.
Comience haciendo los 400 m en 4 minutos, y acabe los 2 Km en 15 minutos o
menos.
Hágase vegetariano. Se ha comprobado que los
vegetarianos tienen la presión más baja que la mayoría de la gente (10-15
mmHg), tanto la diastólica como la sistólica. Lo curioso es que nadie sabe por
qué. Probablemente se debe a que sus dietas no incluyen el cigarrillo, la
bebida y el exceso de comida.
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