Números onomásticos (III)

 Es el número de la espiritualidad, el misticismo, la sabiduría y el éxito. Aquellos a cuyo nombre corresponde este número son receptivos, estudiosos, creadores e intelectuales. Tienen una inteligencia profunda y apetencia por las cosas más hermosas de la vida. Si no hay influencias adversas en sus números, pueden llegar a ser muy buenos amigos, trabajadores estimables y socios o compañeros ideales. Tienen una atractiva personalidad, son abnegados y poseen una curiosa concepción de la vida.

Es el número de la justicia, la evolución la fuerza, la inspiración y el genio. Aquellos a cuyo nombre corresponde este número tienen una fuerte personalidad. Poseen gran magnetismo. Son obstinados, independientes, progresivos intuitivos y honrados e ingenuos y rectos en sus asuntos. La vibración de número ocho es extremadamente fuerte y difícil de dominar. Hace que la persona sea muy activa. Raramente está contenta durante largos periodos, y se muestra deseosa de cambiar de ambiente y escenarios.

Es el número de la dominación, la eficiencia, la psique, la conciencia, el humanitarismo y la energía renovadora. Aquellos a cuyo nombre corresponde este número son listos, activos, filosóficos e intuitivos. Pertenecen a la casta de los profetas y poseen una mente telepática excepcional. Tienen imaginación fértil, ideales elevados y están dotados de gran habilidad poética o artística. Normalmente son muy serios y agradables, aunque raros y antojadizos. Son refinados, amables, simpáticos y de buen talante. Están predispuestos para la amistad y resuelven fácilmente los problemas de los demás.

Es el número del poder, el valor, el éxito, la aventura, el impulso y la energía. Aquellos a cuyo nombre corresponde este número están un octavo por encima de aquellos a quienes corresponde el número dos. Son profundos pensadores, aficionados a las aventuras apasionantes. Vagos en sus apreciaciones. Sus mentes captan el sentimiento general de las cosas, pero se saltan los detalles. Este número tienen una influencia tan poderosa que las personas a quienes les corresponde se ven sumidas a menudo en profunda confusión, debido a las contradicciones que conlleva. Claridad de pensamiento, determinación y concentración son cualidades que estas personas deben desarrollar necesariamente con el fin de dominar la inquietud que produce este número.


Es el número de la irreflexión, el error, la precipitación la inconstancia. Aquellos a cuyo nombre corresponde este número deben dominar la tendencia a criticar, así como su intranquilidad y atolondramiento. A menudo no comprenden sus propias rarezas. Dicen y hacen cosas de forma irreflexiva y luego se arrepienten de ello. Normalmente no miran dónde ponen los pies. Tienen propensión a dejarse llevar hasta los últimos extremos, aun en contra de su propio criterio. Sostienen una dura lucha contra ellos mismos y puede que incluso conviniese que cambiasen su nombre, a fin de que les correspondiese una vibración más adecuada. 

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