La noche de San Juan (I)

Todos los años el 23 de Junio el aire se llena del olor de las parrillas, arden miles de hogueras. A las 12 de la noche fiesteros y supersticiosos hacen rituales para beneficiarse de esa noche mágica.

En la religión cristiana, se dice que ese día nació San Juan que fue el que preparó a los hombres para la llegada de Jesús, pero en todas las culturas se celebra ese día por ser una fecha cercana a un solsticio (el de verano para los que viven en el hemisferio norte y el de invierno para los que pueblan el hemisferio sur). Está en juego grandes y poderosas energías del sol que actúan en la Tierra.

El caso es que si no eres afortunado en poder celebrar en la playa dicha fiesta, puedes hacerlo en tu propia casa cambiando las hogueras por velas.

La tradición popular recoge diversas supersticiones que conceden a las velas propiedades mágicas.

Las velas como protección. En el Malleus maleficarum que, siguiendo la explicación de Julio Caro Baroja en el libro Las brujas y su mundo, era un gran código especialmente consagrado a los delitos de brujería, escrito por los dos hermanos predicadores Enrique Institor y Jacobo Sprenger y qeue se imprimió por primera vez en 1486, se dice: “Los brujos no pueden hacer daño a los que llevan velas bendecidas el día de la Purificación de Nuestra Señora. Es también apropiado encender una vela bendita y rociar con su cera el umbral de la casa”.

Se decía que la luz de una vela bendecida protegía la casa de los malos espíritus.

Las velas y la salud. El día de la Candelaria se bendecían las velas en la misa mayor y después se utilizaban para curar heridas y enfermedades. A principios de siglo unas monjas vendían velas con una estampita incrustada en la parte inferior junto con un papelillo con polvos de canela. Las velas eran para las parturientas; al comenzar el parto se encendía la vela, la mujer tomaba los polvos y el parto terminaba cuando se consumía totalmente el trozo de vela que había sobre la estampita.


Se decía que los restos de las velas que se utilizaban en los funerales eran muy eficaces para curar las quemaduras.

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