Terror

Hubo un tiempo en que el miedo se apoderó de mí y vivía bajo su dominio en forma permanente.

Creo que todo empezó al haber tenido una infancia sin seguridad. No es que mis padres no me la dieran, pero no me enseñaron a vivir segura de que todo se puede arreglar, que no hay nada en la vida que no tenga solución, que hay problemas que se pueden arreglar, que la vida está para darnos su lado bueno y amable y no para sentir infelicidad.

A mi madre siempre la vi como una persona triste, insegura y que sin que ella se diera cuenta me infundió una clase de miedos a casi todo. Cuando pienso en ella, recuerdo miles de detalles en los que el miedo estaba presente, miedo a perderlo todo lo que teníamos, miedo a un incendio, miedo al dolor, miedo a las enfermedades... Y una sensación de no poder salir de ese mundo terrible de desgracias incontrolables.

Así me crié con una sensación de pequeñez y sabiendo que no podía afrontar nada malo de lo que seguramente tenía que pasar y me convertí en una persona insegura y evocada al fracaso. Seguramente por eso nunca miro al pasado, el pasado me parece oscuro, triste y terrible. Porque no hay nada como tener metido en la cabeza que algo te va a pasar, para que pase, de ello estoy ahora muy segura, y así me pasaron cosas terribles como la muerte de mis padres cuando yo era demasiado joven para afrontarlo y cuando aún los necesitaba demasiado, por lo que me demostré a mi misma que los miedos se convierten en realidad.
Encima, como no podía ser de otra forma, me enamoré de una persona que dándose cuenta de mi pequeñez se dedicó a darme muestras de que no estaba equivocada y seguí teniendo miedo a muchísimas cosas.

Si, hubo un tiempo no demasiado lejano pero que a mi me parece fue en otra vida, que viví un verdadero tormento lleno de terrores, en los que pensaba que no podía estar contenta por nada pues en poco tiempo me pasaría algo terrible.

Así cuando se me escapaba una sonrisa por algo, enseguida me frenaba pensando que algo terrible me iba a pasar. Recuerdo perfectamente un 24 de Noviembre, estaba en la oficina miré el calendario y me percaté que solo faltaba un mes para las Navidades y eso me hizo sentir feliz, diez minutos más tarde una llamada me indicó que mi madre tenia Cáncer y fueron las peores navidades de mi vida. Así fue todo por aquel entonces.

Mi pareja me dominó durante mucho tiempo manejando estos terrores hacia casi todo y llegué a ser una persona sin autoestima. Dicen que el miedo es una emoción que sentimos cuando percibimos algún tipo de peligro. Así también me convertí en una persona que vivía alejando cualquier tipo de riesgo de su vida, eso hace que tus movimientos sean muy cortos e indecisos y que las decisiones estén tan amenazadas, que las tomas erróneamente en un porcentaje demasiado elevado.

Hubo algo que me salvó de esta locura neurótica y fue mi fuerza interior de lucha por sobrevivir. Así que me refugié en mi trabajo diario en el cual veía que gracias a mis esfuerzos podía conseguir muchas satisfacciones y que los miedos allí no eran tan intensos. La mejor decisión de mi vida fue tener a mis dos hijos, porque en ellos encontré la salvación.

Con ellos vinieron muchos miedos a que les pasara algo, pero sin embargo noté, pasado un tiempo, que era capaz de sacarlos adelante y que con ellos “la suerte” me acompañaba. Así que me volqué completamente en mis hijos y mi trabajo y muchos miedos empezaron a disiparse.

Me di cuenta que había luz en el camino y a ver las cosas con otros ojos más optimistas. Noté que mi marido era una persona negativa, nefasta y toxica y que además de hacerme la vida imposible, me estaba arrastrando hacia la oscuridad.

A pesar de ello luche con todas mis fuerzas para que él viera las cosas de otra forma más alegre, infundirle la idea que todo lo podemos cambiar en positivo, que solo necesitamos poner de nuestra parte y luchar por ello, que un mundo mejor se podía vivir; pero fue inútil, contra más quise hacerle ver las cosas bonitas el optó por seguir tirando de mi hacia su “lado oscuro” con más saña.

Nunca dejó de recordarme lo boba que era, lo fea, lo poco valida, mi inutilidad y que sin él no era nada. Pero ya era demasiado tarde, tenia la semilla de la esperanza en mi interior y estaba germinando con mucha fuerza, así que tuve que separarme de él.

El primer día sin el me sentí tan liberada, que tuve la sensación de haber salido de un campo de concentración nazi, solo me pueden entender las personas que hayan tenido ese mismo sentimiento. A partir de entonces cambié rotundamente, supe que las cosas me iban a salir muy bien a poco que luchara por ellas.

Incluso las cosas importantes que me salían mal, con el tiempo descubrí que en realidad no eran tan malas e incluso que habían sido para bien. Y aunque sigo luchando con esa costumbre de pensar que si me rio demasiado alto, si digo que soy feliz, si noto que todo me va a salir bien, me puede pasar cualquier desgracia, enseguida aparto ese pensamiento de mi y lo trasformo en cosas positivas.

Ahora se que la vida está hecha para vivirla intensamente, corriendo riesgos pero sabiendo que todo nos va a salir bien pues el Universo entero trabaja para que tengamos todos la probabilidad de conseguir la felicidad, solo tenemos que creer en ello, y que la felicidad está dentro de nosotros, solo hay que notarla y alimentarla para que crezca y se desarrolle.


La pintura como afición



Se llama José Emilio López Navarro, le conozco de hace muchos años. Le gustó siempre pintar y ahora que puede imprime en los lienzos todas sus dotes artísticas. Aquí va su pequeña autobiografía:

" Me llamo José Emilio López y soy pintor aficionado desde el año 1994. Anteriormente, en mi adolescencia, pintaba paisajes y estampas taurinas, aparcando esta afición por las necesidades de mi trabajo profesional hasta la fecha mencionada en que, lo retomé como válvula de escape al stress que me producían mis obligaciones.

Al llegar mi pre jubilación y posterior jubilación, pinto con una agradable dedicación, compartida con otras aficiones.

La mayoría de la obras que hago, con copias de pintores que admiro como; Botero, Monet, Fabio Hurtado, Picasso y muchos más y también lustradores como Stanley Chow, Rafa Chevira, Benjamin  Lacombe, Pablo Lobato, etc.
Pinto también cosas originales mías de fotografías que hago o que me ceden amigos.
 
Deseo les guste y lo disfruten tanto como yo al pintarlos.






Podeis su obra completa en : Lopez Navarro



 

Aplicaciones para móviles


Tengo un amigo que como hobbies hace aplicaciones para móviles. Es otra de esas personas que, aunque jubilada no para de inventar y reinventarse, así que sigue siendo una persona brillante y con un alto coeficiente mental. Así que me he atrevido a preguntarle por su afición:


-      ¿Se puede ganar dinero creando aplicaciones para teléfonos móviles Android? 

En pocas palabras , el sistema esta echo para que quien gane dinero sea Google el programador de teléfonos móviles que cree aplicaciones y espere vivir de ellas más vale que se dedique a jardinero.

Para centrarnos , el mercado de teléfonos móviles en Europa, debe estar como el 80% con Google y sistema Android un 15% con IPhone y el resto un 5% con Windows.

Quien quiera desarrollar aplicaciones para teléfonos móviles Android , tiene 2 caminos de ganar dinero:
- Una hacer aplicaciones o app a medida 
- Dos hacer aplicaciones genéricas insertando publicidad de Google , con Admob

Esta segunda opción es la que es más frecuente y es sobre la que quiero comentaros.

Según desarrolladores con experiencia en aplicaciones de teléfonos móviles
Con 25 aplicaciones móviles y moviéndolas , puedes ganar 100 euros al mes, hay gente que dice que gana más , pero esto es un término medio

¿ Que significa moverlas ?
Pues que debes crear una página web , donde hables de esa app , que debes crear un video y subirlo a YouTube, que debes poner en cada app un enlace a todas las otras app que tengas y esto hacerlo en plan continuo.

Si creas una app y la subes a googleplay y te olvidas de ella , lo más normal es que en un año tengas 5 - 10 descargas la tienes que promocionar para que llegues a tener bastantes descargas .

La mayor parte de las aplicaciones , no las descarga nadie 
No trato con esto de desanimar a nadie , solo de ser realista 
  

Juegos de inteligencia



La curiosa tendencia a proponer y a resolver enigmas es innata en cualquier persona inteligente, sea cual fuere su edad.

Nos enfrentamos constantemente a la necesidad de solucionar problemas, pues toda actividad laboral, deportiva o de ocio tiene su razón de ser en la resolución de problemas de mayor o menor dificultad.

Dar respuesta a un enigma exige el concurso de nuestro ingenio y nuestra habilidad, que se sirven de las matemáticas, esa ciencia tan incomprendida para muchos, y de algunos aspectos de la lógica. La resolución de enigmas requiere una cierta dosis de astucia y sagacidad naturales cuyo ejercicio es de considerable valor en el desarrollo cognoscitivo de la persona. Uno de los aspectos más celosamente escondidos de las matemáticas es la constatación de que muchos de los mejores problemas propuestos desde la antigüedad hasta nuestros días pueden resolverse sin utilizar ningún método algorítmico conocido: cualquiera puede enfrentase a ellos con planteamientos completamente particulares y originales. He aquí por qué a veces encontramos determinados enigmas que son resueltos con más facilidad por personas con buenas facultades naturales que por los más sesudos académicos.

Es extraordinaria la fascinación que un enigma ejerce sobre la mayoría de nosotros. A pesar de que se trate de algo trivial, nos sentimos impulsados a dominarlo, y cuando lo hemos logrado nos inunda una placentera sensación de satisfacción que recompensa con creces nuestros esfuerzos. ¿Qué es ese misterioso encantamiento que muchos encuentran irresistible? Curiosamente, en cuanto resolvemos el enigma, nuestro interés suele desaparecer. Lo hemos logrado, y nos basta con eso. Pero ¿Por qué nos propusimos resolverlo?

La respuesta es simple: lo que nos brinda placer es busca la solución. Nos fascina vernos enfrentados a un misterio, y no somos enteramente felices hasta que lo desvelamos. Ésta es la clave de que unos se sientan atraídos por los acertijos y otros por los problemas sorprendentes, de que unos se aficionen a los juegos con mondadientes y otros a los problemas de ajedrez o de mezcla de líquidos.

Se supone que el ejercicio regular es tan necesario para la mente como lo es para el cuerpo, y en ambos casos obtenemos beneficio no tanto de lo que hacemos sino del hecho de hacerlo. El médico recomienda hacer deporte con moderación y asiduidad para mantener el cuerpo sano y en forma. De la misma manera, el ejercicio mental diario produce resultados beneficiosos para nuestra mente. Los acertijos mantienen la mente alerta, estimulan la imaginación y desarrollan la facultad de razonamiento. Y no sólo nos resultan útiles e esta forma indirecta, sino que en muchas ocasiones nos ayudan enseñándonos pequeños trucos y estrategias que podemos aplicar a la vida cotidiana en los momentos más inesperados y de las formas más insospechadas.

En la actualidad hay infinidad de publicaciones para utilizar esos pasatiempos tan beneficiosos y también podemos echar mano de las técnicas más actuales.

Existe ya una maravillosa aplicación para teléfonos móviles Android, la podéis encontrar en       JUEGOS DE LA MENTE

El cementerio



Se acercó despacio, las hojas mojadas por el agua de la lluvia, hacía que el suelo estuviera muy resbaladizo.

El otoño había llegado casi sin anunciarse, parecía que fue ayer que la luz lo inundaba todo hasta bien pasadas las siete, y ahora, la oscuridad iba ganando la batalla día a día.

Primero lo anunciaron en los carteles publicitarios. Esos inmensos carteles en tres dimensiones que uno podía ver y oír a cada paso, y que se habían inventado los líderes de las compañías de comunicación; que además de informar de decisiones gubernamentales y noticias de interés tanto nacional como internacional, machacaban con publicidad de todo tipo.

Al principio solo se vieron unos cuantos en el centro, y como siempre pasaba con las novedades, todo el mundo lo aplaudió y lo detractó.

Decían que llevaban cámaras de vigilancia, como había advertido George Orwell, ¡Nada más ni nada menos que en 1950!, él ni siquiera había nacido. Los más críticos recordaban el gran éxito de “El gran hermano” televisivo, ¿por qué no iban a hacer lo mismo con todo el mundo? El no entendía el escándalo que se había producido, hacía ya años que las cámaras callejeras se habían hecho presentes en todos los barrios con el pretexto de reducir la delincuencia, ¡qué más daba unas cuantas más!. A él lo que le horrorizaba eran los mensajes machacones que subliminalmente intentaban “comerles el coco”. Luego las inmensas pantallas llegaron también a cada rincón de cada barrio, siempre le pareció que con ellas había llegado ese futuro prometido en las películas de ciencia ficción.

Si, el mensaje fue lapidario, nunca mejor dicho, iban a desmantelar todos los cementerios.  Hacia ya varios años que se prohibió el enterrar a los difuntos, y se obligó a la incineración de los cadáveres; incluso se prohibió la entrega de las cenizas a los familiares. La sociedad científica fue rotunda al respecto, una vez producido el óbito solo quedaban restos orgánicos y había que reciclarlos como hacia ya años se venia practicando con todo tipo de material de desecho; no se podía seguir contaminando el medio ambiente, y todos sabían ya lo importante del reciclado para la supervivencia del ser humano.  El Gobierno fue tajante y ni la Iglesia ni las manifestaciones populares pudieron cambiar la Ley.

Todos estaban ya más que aleccionados sobre la importancia del medio ambiente. Hacía ya treinta años que se cambió el carburante de origen fósil por el invento revolucionario de aquel español que convertía el Anhídrido Carbónico en Oxigeno y que era utilizado para el desplazamiento de los nuevos vehículos, la calefacción y el alumbrado y que disminuía los niveles de polución. Fue una lástima que el invento lo patentaran en Alemania, fue allí donde el insigne científico lo descubrió, ya que, al no ser respaldado sus teorías en España, tuvo que emigrar al país germánico como tantos otros. Ahora la preocupación se centraba en como paliar los dañinos efectos del Oxígeno puro, pues ya era conocido, que, entre otras cosas, acortaba y envejecía la vida de todo bicho viviente, a causa de la oxidación.

Luego recibió un mensaje en ese aparatito diminuto que su hijo le había regalado y que le habían implantado al lado del hemisferio izquierdo de su cerebro, ese hemisferio que se encargaba del lenguaje articulado, la planificación, la lógica…. ¡Nunca se había acostumbrado a él!  Eran como GPS para humanos, el chip que se les ponía a los animales antiguamente.

El dichoso aparatito además de mandarle mensajes le servia como teléfono móvil, le recordaba cuando tenía que tomarse la pastillita para la tensión, las citas de su médico de cabecera, le recordaban la hora que era, así como el día, el mes y el año y por supuesto le alertaba de alguna disfunción en su cuerpo.  Tenia que reconocer que había sido un gran avance para la ciencia médica, eso había salvado muchas vidas, y ciertas enfermedades habían sido erradicadas, pues su precoz descubrimiento al iniciar el proceso en el cuerpo humano, las hacia inocuas.

No todo el mundo podía permitirse el lujo de llevarlos; reconoció con orgullo que su hijo había tenido que hacer una gran inversión económica para regalárselo, además de utilizar contactos importantes, pues no a todo el mundo se los implantaban.

Recordó a su hijo cuando era niño y las pequeñas dificultades en sus estudios, ¡ese niño siempre estaba en las nubes!, y por aquel entonces se preocupó, ahora entendía que en demasía. ¡Estaba tan orgulloso de su hijo!, había conseguido superar todas sus expectativas. Se había convertido en un ser humano capaz, equilibrado, autosuficiente y brillante. Sintió una punzada de satisfacción pues sabia que todos los esfuerzos que le había dedicado le habían convertido en lo que ahora era, ¡Si!, podía sonar narcisista, pero sin ningún pudor tenía que celebrar su gran participación.

El mensaje sin más pormenores le indicaba la fecha exacta en la que iban a exhumar los restos de sus progenitores.  Eso le tuvo cavilando varios días, siempre había pensado que cuando muriese yacería en la misma tumba que sus padres.

Así que esa tarde había decidido llevar unos claveles blancos a la tumba, como hiciera siempre año tras año desde su muerte. Eso siempre le había reconfortado.

Se paró delante de la lápida, las hojas y el agua también la cubrían, sacó un pañuelo y limpió toda la superficie, y depositó los claveles. El contacto con la piedra le hizo pensar vivamente el día del fallecimiento de su madre, todos los sucesos que acontecieron, paso a paso, casi minuto a minuto, y los recuerdos se hicieron presentes. Súbitamente. Sin querer empezó a rememorar algo que ya casi tenía olvidado, una época de su vida que su mente había borrado.

¿Cuántos años tendría, 42, 45…? España vivía por aquel entonces una crisis económica muy grave. Hacia unos pocos años que se había separado y tuvo que regresar con su madre.  Sergio aún era pequeño y andaba siempre robándole tiempo a su exmujer para estar con él, todo el tiempo que podía se lo dedicaba. Quería que su hijo supiera que siempre podía contar con él. Compartir su vida minuto a minuto, sin perderse nada de lo esencial y nada de lo secundario. Se entregó a él con vehemencia haciéndole el objetivo de su vida, porque era lo más importante que nunca le había pasado, porque era reflejo fiel de él mismo.

Por aquel entonces no había superado totalmente la separación, seguía a ratos dándole vueltas de los motivos que les había llevado al desenamoramiento, sin entender todavía las causas reales. ¿De quien era la culpa, cuando y como había empezado todo? ¿Cuándo empezó el principio del fin? El dolor le golpeaba en ocasiones, la rabia entonces se hacia presente en grandes oleadas.

Y cuando aún no había superado su separación y la muerte de su madre le despidieron en el trabajo.

No entendía que estaba pasando, todo le salía mal y cada día le costaba más pensar que iba a salir de esa pesadilla. Nada le satisfacía, no pensaba otra cosa que, en su terrible situación, a veces el miedo a no encontrar un nuevo trabajo le dejaba sin respiración.

El no se merecía esto, el no había hecho daño a nadie nunca y sin embargo veía como otros sin merecimiento alguno tenían trabajo y estabilidad.

No recordaba exactamente cuando duró ese infierno en el que estuvo metido, le costaba pensar en los detalles de aquella época, su cerebro tan selectivo le ocultaba los pormenores.

Si él hubiera sabido su futuro, todo lo que le aconteció después, pero claro como lo iba a saber; eso le hizo sonreír, como había malgastado el tiempo sufriendo inútilmente, o puede que no fuera así, puede que fuera imprescindible pasar por aquella etapa de su vida, porque él era lo que era, gracias también a ese periodo oscuro.

¡Había pasado tanto tiempo y tantas cosas desde aquello! ¡Todo era ahora tan diferente!  Nunca más había vuelto a sentirse mal o por lo menos no tan mal como por aquel entonces. Si, aquello le hizo madurar, le hizo ver las cosas de otra forma, le hizo disfrutar más de la vida, y ¡como había disfrutado a partir de entonces!

Una voz le sobresaltó sacándole de sus pensamientos y la mano de su hijo se posó en su hombro, se giró levemente mirando hacia arriba, Sergio era bastante más alto que él.

-          ¡Coño hijo que susto me has dado, tu siempre tan sigiloso!
-          Papá, aunque hubiera hecho ruido te hubieras asustado, y vámonos que nos están esperando y aquí ya se está haciendo de noche y hace frío.
-          ¿Sergio tú te acuerdas cuando todavía eras un crío y me quedé sin trabajo?
-          ¿Tú te has quedado sin trabajo alguna vez?, no me acuerdo.
-          Pues te lo tengo que contar alguna vez, cuando tengamos tiempo.
-          ¿Sabes? a veces pensamos en alcanzar cosas que creemos que son las más importantes del mundo, lo único, lo que realmente nos va a dar valor a nuestras vidas y que con ellas alcanzaremos la felicidad, y luego el trascurso del tiempo nos enseña que lo único importante es vivir con ilusión y esperanzas, y que la felicidad siempre nos está acompañando, solo es cuestión de estirar la mano y acariciarla.
-          Papá no se que te pasa hoy, ¿seguro que te encuentras bien?, Creo que este ambiente te ha afectado.
-          Je, je, Sergio tengo 115 años, estoy hasta las narices que me trates como a un niño.


Salieron del cementerio, en la puerta había un cartel esculpido en la piedra que decía: “Lo que sois, fuimos; lo que somos seréis.”

Luis, el bebé rubio con su conejito

Este es uno de mis preciosos bebés. Este en particular se llama Luis. Es rubio con ojos verdes.  Lleva un pelele azul y una cinta en el chupete para que no se le caiga, prendido en el trajecito. Le gusta jugar con su conejito 

Lo podeis adquirir: Bebe con conejito

Significado de los tres monos sabios japoneses




Son bien conocidas las figuras que representan a tres monos que se tapan los oídos, los ojos y la boca, respectivamente.
Cuenta la leyenda que los tres monos fueron heraldos enviados por los dioses para delatar y castigar las malas acciones de los humanos. Como cada uno tenía un defecto y dos virtudes, se les representa en el siguiente orden:
  • Kikazaru, el mono sordo, era el encargado de utilizar el sentido de la vista para observar a quienes realizaban malas acciones y comunicárselo a Mizaru, mediante la voz.
  • Mizaru, era el mono ciego. No necesitaba su sentido de la vista, puesto que tan sólo se encargaba de transmitir al tercer mono, Iwazaru, los mensajes que le pasaba Kikazaru.
  • Iwazaru, el tercero de los tres monos, era el mono mudo. Iwazaru escuchaba los mensajes transmitidos por Mizaru para decidir la pena de los dioses que le caería al desafortunado humano que lo mereciese y observar que se cumpliese.
Colocados los tres monos jerárquicamente en función de sus habilidades y de sus discapacidades, obtenemos un mono que ve, escucha y habla. Los monos juntos y bien organizados pueden alcanzar metas que, sin duda alguna, no lograrían por separado; un claro ejemplo de cooperación sinérgica exitosa.
Existen  varias posibilidades de colocar jerárquicamente a los tres monos; pero todas ellas, excepto una,  son situaciones de comunicación fallida, de asistencia colaborativa imposible. La combinación correcta es: primero el  mono sordo, que ve y le explica al segundo lo que ve; el segundo es el mono ciego, que no necesita ver, pues solo necesita escuchar lo que le dice el primero y transmitírselo al tercero, que es el mono mudo,  que no necesita hablar, sino solo escuchar, ver, decidir lo que mejor convenga y velar por su cumplimiento. El lector perspicaz comprenderá que cualquier otra combinación conduce irremisiblemente al incumplimiento de la

En nuestra sociedad, la situación se deteriora cuando arriba se sitúan los mudos, que ven pero que callan y aprovechan su posición para silenciar todo aquello que no les interesa que se sepa. Cuando los ciegos ocupan el lugar encumbrado que no les corresponde, escasos o carentes de visión, tan solo nos pueden conducir a sus tinieblas. Y que decir si en medio, entre los unos y los otros, se sitúan los sordos; incapaces de escuchar mensaje alguno, tan sólo podrán trasmitir a los ciegos y a los mudos sus propias alucinaciones y fantasías.


Mi aportación al mundo Minion

¿Qué es un minion?

Creación amarilla con ojos, boca, brazos y piernas vestidos con peto de trabajo, guantes y zapatos.

En las dos primeras películas (Gru, mi villano favorito y Gru 2) nos dicen que son una creación del Dr. Nefario que mezcló ADN mutante, ácidos grasos y dos tazas y media de plátanos triturados. Así nacen los minions que son los personajes del equipo de Gru.


Son trabajadores natos y entregados a su líder y sus locas hazañas, los minions siempre están dispuestos a prestarse a nuevos experimentos.

Este es mi pequeño/gran minion, se llama Stuard y va siempre con su guitarra. Lo podeis encontrar en : Stuart





Historia del ganchillo

Se especula que el ganchillo evolucionó a partir de las prácticas tradicionales árabessudamericanas o chinas pero no existen pruebas consistentes de esta labor hasta que se popularizó en Europa durante el siglo XVI. Las primeras referencias escritas se remontan a la obra shepherds's knitting del libro The Memoirs of a Highland Lady de Elizabeth Grant en 1812. 
Los primeros patrones publicados aparecieron en la revista alemana Pénelopé en 1824. Otra de las pruebas de que el ganchillo era una técnica nueva durante el siglo XIX es la publicación de A Winter's Gift en 1847, con detalladas instrucciones para realizar los puntos, aunque es de suponer que los lectores entendían los pasos básicos de otras labores de aguja. Precoces referencias a esta labor en Godey's Lady's Book (1846-47) aluden al Crotchet antes de que su grafía se estandarizara en 1848.
Algunos escritores especulan que esta técnica era de hecho utilizada por antiguas culturas; pero para tejer, en lugar del típico ganchillo, usaban el dedo índice flexionado, por lo cual no quedaron objetos que confirmen esta práctica. Sin embargo, arguyen la simplicidad de la técnica para proclamar que "debió" existir en periodos antiguos.
Otros escritores apuntan que los tejidos, las urdimbres tricotadas y anudadas sobreviven desde edades muy tempranas, sin embargo no existen evidencias de muestras de tejidos hechos en ganchillos en ninguna colección etnológica o de procedencia arqueológica previa a 1800. Estos escritores señalan las agujas de bordado usadas en bordados sobre bastidor en Francia en el siglo XVIII para aseverar que la técnica de hacer lazos en un entramado fino con bastidor evolucionó hasta la del ganchillo sin bastidor.

Os presento otro de mis amigurumi preferido:


Podéis encontrarlo en este anuncio:  Michey Mouse

Que es el crochet o ganchillo


El ganchillo, croché (galicismo de crochet) o tejido de gancho, es una técnica para tejer labores con hilo o lana que utiliza una aguja corta y específica, «el ganchillo» o «aguja de croché» de metal, plástico o madera.
Esta labor, similar al tricotado, consiste en pasar un anillo de hilo por encima de otro, aunque a diferencia de éste, se trabaja solamente con uno de los anillos cada vez.
También se denomina ganchillo a las piezas «tejidas» o realizados mediante esta técnica, como pueden ser: colchas, puntillas, centros de mesa, prendas de vestir, muñecos etc.

Otro de mis queridos amigurumi. Esta vez una preciosa muñeca rubia con trenzas y vestido rosa y lila a juego con sus zapatitos. Tiene una medida de 30 cm. 

La podeis encontrar en Ebay:



Una historia corriente






Como todos los días se despertó 5 minutos antes de que la alarma del despertador sonara. Una oscuridad absoluta le rodeaba, ¡demasiado pronto para el amanecer!  Miró el  reloj y pensó que podía quedarse un ratito más. El pitido de rigor empezó a sonar como siempre y justo cuando se disponía a apagarlo se dio cuenta de la realidad. Ya no tenía que ir a trabajar. El día anterior había pasado a engrosar la estadística de parados. La boca se le secó, una especie de calambre le recorrió la espalda. Creo que la palabra exacta para describirlo era miedo. Si estaba asustado. ¿Qué se hace con una agenda repleta de inscripciones en todas sus hojas, que indican día a día lo que tienes que hacer?, cuando ya no te permiten hacerlas. Si, además, la sensación de que te han quitado algo tuyo personal, ¿qué va a pasar ahora con todas esas cosas pendientes, si tu no las haces?

Una fila interminable de gente estaba esperando en la calle  a que abrieran las puertas de la oficina de empleo.  Esa necesidad casi enfermiza de no llegar tarde nunca, de que nadie le esperase,  le había hecho siempre llegar demasiado pronto a todo. Disimuladamente miró a unos y a otros como buscando complicidad, pero seguía  sin sentirse identificado con ninguno de ellos. El tener que coger dos números para esperar turno era como ralentizar aún más esa condena. Quería una solución rápida, como aquel enfermo terminal que ya tira la toalla, quería irse de allí y respirar otro aire menos contaminado por la incertidumbre.

Cuando llegó su turno la persona que le atendió le preguntó, sin mirarle,  que cuando había sido la última vez que se apuntó en la oficina de empleo. Como un resorte y totalmente ofendido le indicó tajantemente que nunca.  Había conseguido su primer trabajo  como aspirante administrativo a los 17 años en una bolsa de trabajo de la academia a la que asistía para ampliar sus conocimientos administrativos, cuando terminó el Bachiller Superior, y los siguientes 33 años y medio estuvo en la misma empresa.  Logró entonces captar la atención del individuo que estaba en la otra parte de la mesa, que se le quedó mirando con el ceño fruncido, abriendo la boca como para decir algo…, pero no dijo nada, apartó su mirada, tecleó algo en su ordenador y se levantó con gesto cansado, seguramente escuchaba todos los días miles de historias parecidas. Le tendió un papel, en el que se indicaba la oficialidad de los hechos: era una persona sin trabajo, y le indicó que subiera a la primera planta para que arreglara el tema del pago que a partir de entonces le haría el Estado.  Nuevamente tuvo que esperar turno. En ese enorme despacho había más bullicio, más mesas, le pareció que la gente hablaba más alto y crispadamente. 

Esta vez la funcionaria que le atendió le regaló una amplia sonrisa que él acepto como un gran trozo de madera donde apoyarse en el gran naufragio que sentía. Le entregó la documentación que ella atenta le solicitó, mientras casi como en un susurro la espetó su sentimiento de malestar por tener que solicitar las prestaciones sociales por desempleo, eso le hacia sentir fuera de control y dependiente. Él que nunca había dependido de nadie.  Ella sumamente cariñosa le explicó que tenia que pensar que como en cualquier otro seguro, él había pagado todos esos años para ahora percibir dichas prestaciones, nadie le estaba regalando nada…., eso le hizo sentir bien, al menos por un rato.

La primera semana la pasó colgado al teléfono que no paraba de sonar, de pronto se dio cuenta cuantos amigos tenía, todos ellos llamándole para preguntarle como estaba y pidiendo explicaciones de lo que había pasado.  Luego se dio cuenta que algunos no eran tan amigos, solo llaman para cerciorarse que a ellos no les va a ocurrir lo mismo. Les gustaría pensar que él ha hecho algo realmente ignominioso por lo que ha merecido el despido,  y eso no les va a suceder a ellos. En ocasiones la sensación de tener que defenderse se apodera de él, pues alguno, llega a censurarle su forma de ser o de actuar.  Algunos consiguen darle en la línea de flotación de su estima y empieza a buscar mentalmente un motivo lógico para todo lo que ha pasado, y no lo encuentra.

Sueña todas las noches, recurrentemente con el día en que cambió su vida para siempre, pues nunca ya será la misma. En poco tiempo tiene miedo de soñar y las noches empiezan a ser eternas, roba horas nocturnas leyendo y viendo sus películas favoritas, cualquier cosa con tal de enfrentarse a la oscuridad de la noche.  Duerme mejor de día, le gustaría no tener que levantarse de la cama, está siempre cansado. No puede pensar en otra cosa, por lo que tiene despistes que antes no tenía y eso hace que se sienta aún peor consigo mismo, solo tiene ganas de llorar y no puede…

Alguien le dice que lo que le está pasado es como un luto, hay que sufrirlo como una pérdida, y que un día todo pasará y se empezará a sentir mejor, el solo cree que la única forma de que se le pase es volver a la vida activa, a lo que él llama tener una vida normal, porque siempre había estado trabajando, excepto en vacaciones o aquella vez que le operaron de la rodilla y estuvo de baja, y en esas ocasiones el sentimiento era diferente, perteneces a la clase trabajadora.  No tiene ni idea de cuando va a acabar esta situación y eso le da una sensación de descontrol que le aterroriza.

El diseño y la redacción de su historial profesional le martirizan, ha visto miles de ellos de otras personas y sin embargo con el suyo nunca está satisfecho, supone que debe de contar lo que ha sido capaz de hacer durante tantos años en tan solo dos hojas. Desea ser aséptico pero de pronto se descubre escribiendo sentimientos. Mil veces hace y deshace su biografía profesional, quita su fecha de nacimiento, pone esa foto que le hace justicia, exagera su nivel de inglés. ¿Debería obviar su identidad masculina?, ¡qué tontería por su nombre se darían cuenta! Le cuesta recordar todos los cursos y seminarios a los que ha asistido, en alguna parte deberían de estar esos certificados a los que nunca les había dado importancia, pero ahora no recuerda donde los puso.



Por fin logra colgar su curriculum en las webs de empleo, a partir de ese momento nunca más lo cambiará, nunca más lo revisará, ha consultado con expertos en el tema y cada uno tiene una opinión diferente de lo que ha de hacerse.

La primera llamada la recibió cuando estaba comprando en unos grandes almacenes, le cogió desprevenido, apenas podía escuchar a su interlocutor con los mensajes de megafonía del centro y se le olvidó preguntar el nombre de la Empresa, bastante tuvo con memorizar la dirección que le dieron. Ya jamás saldría a la calle sin papel y lápiz. Corrió como loco a su casa para localizar la dirección e intentar saber de que empresa se trataba, terminó llamando al número que se había grabado en su móvil. Le pareció que la señorita que le atendió se sonreía, cuando él la indicó que se le había olvidado preguntar el nombre de la empresa. Además ella añadió con sarcasmo que el sabría a donde había mandado su curriculum. Cuando colgó pensó que había hecho el ridículo y que ya a priori estaba descalificado.

Cada entrevista era un trabajo agotador que ponía a prueba no solo sus conocimientos y experiencia sino sus habilidades sociales, o por lo menos eso era como él lo vivía.  Siempre llegaba a casa concentrado en cada gesto, en cada pregunta que le había hecho. En ocasiones le parecía que no podía aguantar el peso de una nueva entrevista y casi deseaba que no le volvieran a llamar, pero dos minutos más tarde estaba aterrado de ese pensamiento.

Sin darse cuenta llegó la primavera, decidió salir a la calle, la gente llenaba todo el espacio, absortos en vivir sus vidas.  Eso le seguía impresionando,  nunca lo había pensado pero siempre le había dado la sensación que toda la gente se encontraba encerrada en oficinas como él, y que las calles estarían casi desiertas, se dio cuenta de todo lo que había ignorado, lo concentrado que había estado en su universo le había privado de la existencia de otras probabilidades. Compró el periódico para ver las ofertas de trabajo y volvió a casa para leerlo, justo cuando entraba por la puerta sonó el teléfono, contestó como siempre ansioso con ese “dígame” implorando que le regalaran un poco de esperanza.

La voz del otro lado del teléfono hizo que su corazón palpitara locamente,  pensó por un minuto que el latido era perceptible a oídos de la persona que estaba al otro extremo de la línea telefónica.  Empezó a dar paseos por toda la casa sin darse cuenta. Hacia ya años que había dejado de fumar pero sintió la necesidad de tener un cigarrillo encendido y aspirarlo fuertemente. Sin embargo nunca hasta entonces había hablado tan seguro de si mismo. Cuando colgó estaba en su habitación mirando cara a cara al espejo, se sentía mareado y tuvo que sentarse al borde de la cama.


¡Todo había terminado!, y entonces lloró, como nunca hasta entonces lo había hecho y luego rió, como nunca hasta entonces lo había hecho…