Calmante natural: la lechuga

Ligera y refrescante, si la incluyes en tus cenas te ayudará a relajarte y a conciliar mejor el sueño.

No solo aporta vitamina A, C, B1, B6 y ácido fólico en abundancia; también es fuente importante de minerales como el calcio.
Su pequeño aporte de hidratos de carbono es de absorción lenta por lo que es un alimento adecuado para las personas diabéticas y aquellas con problemas de regulación de los niveles de glucosa en sangre.

Ideal para perder peso.

Es un alimento ideal si estás siguiendo una dieta para perder peso, puesto que aporta poquísimas calorías y tiene un gran poder saciaste.

Al parecer, también ayuda a conciliar el sueño y actúa como analgesia suave frente al dolor.

Estudios realizados apuntan a que la lechuga puede ayudar, incluso a prevenir el cáncer de estómago.

Como prepararla y que no pierda vitaminas.

Puedes consumir esta hortaliza en cualquier época del año, puesto que alguna de sus distintas variedades siempre está disponible en el mercado. Las de primavera y verano suelen ser más ricas en nutrientes que las de otoño e invierno, debido a las vitaminas que le aporta el sol. Conviene escoger las de tonalidades más oscuras, ya que éstas son más nutritivas. Es preferible que no la dejes en remojo (sí lavarla bajo el grifo) y aliñarla justo antes de servir. Aunque lo habitual es tomarla cruda en ensalada, también puede hacerse cocida, como guarnición de carnes.

Ayuda a calmar los nervios


Por sus propiedades calmantes, es efectiva contra las palpitaciones y el insomnio. Tómala en ensalada y con frutos secos que, al contener magnesio, disminuyen el estrés. 

Importante saber. La lechuga no se debe cortar con un cuchillo, mejor hacerlo con las manos, pues de hacerlo con esta herramienta contamos los filamentos por lo que se favorece a una oxidación rápida y así se pierde ciertas propiedades nutritivas y cambia su sabor. Ya se venden utensilios especiales para cortarlas.



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