Todos
los instrumentos afilados, cortantes, hirientes, como los cuchillos, desde
tiempos remotos han estado relacionados con las heridas, las mutilaciones, los
sacrificios rituales, la muerte… Por tanto, éstos tienen carácter negativo para
la superstición.
Su
conexión con la brujería ha sido muy intensa: desde su utilización para
practicas rituales, hasta considerarlos como una de las señales que denotaban
la presencia de brujas en un lugar, en forma de cuchillos cruzados clavados en
la tierra.
El cuchillo como regalo. Desde muy antiguo se
opina que trae mala suerte regalar cuchillos o cualquier otro objeto cortante
como cuchillas, tijeras, etcétera, porque cortan el amor y la amistad. Para
contrarrestar la mala suerte hay que dar a cambio una moneda, o pinchar muy levemente
a la persona que lo recibe.
El cuchillo y la tormenta.
Se dice
que los cuchillos son objetos peligrosos cuando hay tormenta porque atraen al
rayo; por tanto, hay que quitarlos de la mesa y esconderlos.
El cuchillo y la mesa. En la mesa no deben
cruzarse en el plato el cuchillo y el tenedor, porque según la tradición
popular es presagio de desgracias, aunque de acuerdo con los manuales de
urbanidad es simplemente una falta de educación.
Tampoco
deben cruzarse dos cuchillos sobre la mesa porque trae mala suerte; para
contrarrestarla hay que golpear la mesa tres veces con la punta del mango de
cada uno.
Se
dice que no hay que dejar un cuchillo sobre la mesa con el filo hacia arriba
porque trae mala suerte.
Si
se está comiendo no se debe hacer girar el cuchillo, ya que el hacerlo presagia
disgustos o desgracias en la familia.
En
los aquelarres, las brujas que asistían a ellos nunca utilizaban cuchillos en
la mesa por temor a que se entrecruzaran.
El cuchillo y el pan. Se dice que trae mala
suerte el ofrecer un trozo de pan pinchado en un cuchillo.
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