ABRACADABRA
BRACADARBR
RACADAB
ACADA
CAD
A
El
origen de esta palabra simbólica se encuentra en una de las diversas formas que
adopta el diablo: ABRACACE, demonio de la herejía. Tiene cabeza de galo y pies
de dragón. He aquí los nombres que recibe el diablo en los tratados de demonología,
entre otros muchos:
BELCEBÚ:
El señor de las moscas. Maestro de la calumnia y de la gula, poseedor de una
talla enorme y de gran sabiduría, se sienta sobre un trono con la frente ceñida
por una banda de fuero y tiene aire amenazador; aúlla como un lobo y vomita
llamas.
LUCIFER:
El lucero de la mañana. Es el príncipe de los aquelarres. Sus rasgos son bellos
y melancólicos; tienta por el orgullo y la lujuria.
ASTAROT:
Tesorero general de los infiernos. Es el diablo de la posesión. Se presenta a
lomos de un horrible dragón, blandiendo una víbora a modo de cetro; su hedor es
insoportable.
ASMODEO:
El demonio destructor. Es el encargado de los incestos y de los pactos con los
hombres. Tiene tres cabezas: de toro, de hombre y de carnero, cola de serpiente
y pies de oca. Se le atribuye la superintendencia de las casas de juego y es el
único diablo que come en público. Cabell cuenta de él que “tiene pasaporte
inglés y muchos amigos humanos, entre ellos Oscar Wilde”, y Álvaro Cunqueiro le
responsabiliza de “la gran industria pornográfica europea”.
Continuará….
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