El
elefante es un mamífero de trompa larga que utiliza para coger las cosas, y
posee dos incisivos superiores en forma de colmillos y algunas muelas.
Es
objeto de diversas supersticiones de signo favorable, para lo cual la figura
que lo representa debe tener la trompa levantada.
Del
elefante, dice Plinio en su Historia Natural, VIII, I: “El animal más grande de
la tierra es el elefante; su inteligencia es la más cercana al hombre, entiende
la lengua de su país, le gustan las demostraciones de afecto y posee virtudes
que son raras hasta en los hombres: honestidad, sabiduría, justicia, también
respeto por las estrellas y adoración al Sol y la Luna. Las autoridades
manifiestan que, en los bosques de Mauritania, cuando brilla la luna nueva,
manadas de elegantes bajan a un río llamado Amilo y allí llevan a cabo un
ritual de purificación, rociándose ellos mismos con agua, y después de adorar a
la Luna regresan a los bosques llevando delante de ellos a sus crías que están
cansadas”.
Al
parecer, trae buena suerte llevar una pulsera o un anillo de pelo de elefante.
Para
que una figura de elefante traiga buena suerte hay que colocarla de cara al
interior de la casa, porque se supone que de esta forma introduce la buena
suerte. Existe otra versión según la cual hay que colocar la figura de cara a
la puerta de entrada, porque así recibe la buena suerte.
Al
que sueña con un elefante se le advierte de un peligro inmediato. Si en el
sueño va montado sobre él significa una sorpresa agradable y si le da de comer
es anuncio de que gozará de protección.
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