Las dietas

Cada día muchas personas se proponen iniciar una dieta. Y cada semana se publica una nueva dieta que promete quitar muchos kilos en poco tiempo. Todavía hay quienes creen que existe una fórmula mágica para adelgazar e incluso son capaces de gastar mucho tiempo y dinero buscando ese peso ideal. Muchas veces nos quedamos perplejos porque personas consideradas inteligentes en su mundo habitual son capaces de creerse los fraudes más burdos para intentar adelgazar: desde cremas hasta parches, pasando por diferentes cápsulas. Existen muchas personas que han puesto en peligro su salud buscando la fórmula mágica que les permita adelgazar sin esfuerzo alguno. Algunas son capaces de hacer las dietas más irracionales raras y estrambóticas. Las hay que comen en cantidades extremadamente pequeñas o a ase de alimentos únicos. Otras, inteligentes, valoradas en sus profesiones, pueden llegar a creer que la solución a sus problemas de peso son unos absurdos parches o unas cápsulas de vinagre de mañana, por ejemplo. Otras mujeres recuerdan haber estado a dieta toda su vida. Algunas han tomado píldoras de composición desconocida, fabricadas sólo en ciertas farmacias específicas, sin saber exactamente su composición. Otras personas incluso se han puesto dolorosas inyecciones.

Algunos tratan de imitar a personas famosas que declaran haber adelgazado sin ningún esfuerzo. Lo único diferente en estos casos de famosos, con respecto al de usted, es que las personas públicas e importantes no pueden permitirse el lujo de fracasar.


La gran preocupación actual que existe en cuanto al peso corporal y el excesivo número de dietas de adelgazamiento que proliferan de manera descontrolada entre la gente no satisfecha con su peso están colaborando, entre otros factores, a progresivo alejamiento de la población española de las sólidas bases de la dieta mediterránea. Y no sólo eso: en las adolescentes y en personas con baja autoestima y poca capacidad de crítica hacer una dieta incorrecta o muy estricta favorece el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Es más, casi la mitad de las mujeres de nuestro país se encuentra perpetuamente a régimen sin conseguir alcanzar ni mantener su peso deseado. La mayoría de estas dietas son insuficientes en hidratos de carbono, monótonas e incompatibles con la vida social del individuo y con el placer de la comida.  

                                

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