La
pata de conejo o liebre, contrariamente a las connotaciones negativas que tiene
este animal, se ha considerado un talismán de la buena suerte.
Plinio
aconseja en su Historia Natural XXVIII, LXII: “Los enfermos que padecen gota
pueden aliviarse llevando siempre consigo una pata de liebre, cortada del
animal vivo, como amuleto”.
Se
supone que la pata derecha de una liebre o conejo, llevada constantemente en el
bolsillo, es un buen amuleto contra el reumatismo y los calambres.
Se
llevaban patas de conejo o liebre en el bolsillo como prevención contra los
encantamientos.
Se
dice que los niños recién nacidos tendrán buena suerte y estarán protegidos de
los malos espíritus si se les toca con la pata de un conejo. Si la pata de conejo o liebre se pone debajo
de la almohada, les previene contra los accidentes.
Se
cree que poner una pata de conejo sobre la mesa trae buena suerte en el juego.
Los
actores suelen besar una pata de conejo o pasársela por la cara y manos la
noche del estreno para tener una buena actuación.
Al
parecer, la pata de conejo puede conceder tres deseos.
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