Sandía

Los americanos la han estudiado a fondo. Y se han quedado bastante sorprendidos del efecto que tiene sobre los vasos sanguíneos. Al parecer, uno de sus fitonutrientes (conocido como citrulina que se encuentra de manera abundante en la parte blanca que uno su pulpa a la cáscara) es capaz de relajar los vasos sanguíneos y mejorar la circulación de la sangre, justo lo mismo que se pretende con los fármacos empleados para vencer la impotencia masculina o la falta de libido en la mujer. De ahí que los científicos quisieran comprobar si esta fruta podía actuar tal y como lo hacen esos medicamentos. Y no salieron decepcionados.

Aumenta las defensas. Aparte de ese poder “afrodisíaco”, la sandía contiene arginina, un aminoácido que actúa sobe el sistema inmunológico, reforzándolo, y también beneficia al músculo cardiaco al mismo tiempo que favorece la eliminación de toxinas a través de la orina.

Y cuida tu peso. Esta fruta contiene gran cantidad de agua y fructuosa, y es muy baja en calorías, por lo que resulta estupenda si se desea cuidar el peso. Precisamente por su contenido en agua se le reconoce su poder depurativo del riñón y para eliminar toxinas acumuladas en el organismo. Contiene también fibra y celulosa, por lo que, además de contribuir al correcto funcionamiento de los intestinos, ayuda a lograr sensación de saciedad. Si notas que tomada tras la comida hincha tu estómago (por su gran contenido en agua), tómala entre horas, por ejemplo, en las meriendas.

Si prevés que no la comerás en breve y puede estropearse, prueba a elabora confitura de sandía. Es sumamente fácil de hacer, aunque su valor calórico aumenta considerablemente. Se elabora con 500 gramos de azúcar por cada kilo de sandía (la pulpa, pero también la parte blanca y así aprovechas sus beneficios al completo). Esa mezcla se deja cocer a fuego lento hasta conseguir un almíbar espeso.

Y no podemos olvidar un producto que cada vez tiene más seguidores: el gazpacho de sandía. Se siguen los mismos pasos que si quisieras obtener el gazpacho tradicional, pero en lugar de usar pepino añades sandía. El resultado es refrescante, jugoso y sencillamente exquisito. Si deseas una combinación más vitamínica, haz un gazpacho de sandía y fresa.
 

No la dejes muchos días. Es importante saber, que una vez abierta, conviene comerla cuanto antes porque, en contacto con el aire, esta fruta aumenta su concentración de arsénico, un elemento tóxico. 

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