Si
quieres reforzar tus defensas, cuidar tu piel y mantener una vista de lince, no
dejes de tomarlo.
Parece
imposible que en un alimento tan pequeño se concentren tal cantidad de
vitaminas, minerales y otros nutrientes indispensables para la salud.
Por
encima de todos destaca el betacaroteno o provitamina A, seguido de la vitamina
C. La combinación de ambas fuentes vitamínicas refuerza el sistema inmunitario para
que pueda luchar más y mejor contra el efecto dañino de los radicales libres.
De
esta forma, fortalecen la salud en general, frenan el envejecimiento prematuro
y previenen las enfermedades cardiacas y el cáncer.
Ojos más sanos. Todos los estudios
confirman lo que la sabiduría popular lleva predicando desde siempre, y es que,
efectivamente los albaricoques cuidan la salud e los ojos. Ello se debe a la abundancia
de provitamina A que contienen. Esta vitamina reduce en un 40% las
probabilidades de padecer cataratas, así como el riesgo de degeneración macular
(la primera causa de pérdida de visión en personas mayores).
Es
más, su consumo habitual mejora sustancialmente a quienes sufren sequedad en los
ojos o visión nocturna deficiente.
Otros
de los beneficios de la provitamina A es que mejora la piel seca e irritada o
muy sensible al sol. Además, como mejora
la hidratación y el estado de las mucosas en general, también previene las
infecciones que afectan al sistema respiratorio. Finalmente, el albaricoque es
rico en potasio por lo que es muy recomendable en caso de sufrir hipertensión.
También desecada. Puedes tomarlo fresco en
verano… y también el resto del año en su versión deseada (orejones). Estos son
más calóricos, pero tienen 5 veces más potasio, calcio y vitamina A.
Cada vez que lo tomas. 38 Kcal, 10,1 mg de
Magnesio, 1,8 g de Agua, 1489 ug de Carotenos, 257 mg de Potasio, 258 ug de
Vitamina A, 193 mg de Fósforo, 5,5 mg de Vitamina C, 14,7 mg de Calcio y 4,6 ug
de Ácido fólico.
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