Algunas
veces, haga lo que haga, terminará siendo un involuntario anfitrión de una
bacteria extranjera que le provocará diarrea. Sin embargo, existen formas de
reducir las probabilidades.
Evite
las verduras crudas o poco cocidas, especialmente las ensaladas, las frutas que
no pueda pelar, las carnes poco hechas, los mariscos crudos, cubitos de hielo y
las bebidas preparadas con agua no purificadas (el alcohol no matará las
bacterias).
Trate
de asegurarse de que los platos y cubiertos se han lavado con agua purificada.
Beba
sólo agua carbonatada y sellada en botellas o latas. Limpie con agua purificada
la parte del envase que contractará con su boca (para purificar el agua,
hiérvala durante 3-5 minutos o añádale yodo en tabletas o líquido).
Siempre
que sea posible, ingiera bebidas ácidas como zumos de naranja, que lo ayudarán
a disminuir la cantidad de E. coli, la principal bacteria responsable de las
enfermedades digestivas.
Beba
leche acidificada o tome yogur antes del viaje. Las colonias de bacterias
establecidas en su sistema digestivo se verán reforzadas y mantenidas durante
el viaje y así reducirá las posibilidades de una invasión por una bacteria “turista”.
Sea precavido por las
infecciones.
Aunque
la mayoría de los casos de diarrea del viajero son auto limitados, algunos
síntomas indican la necesidad de atención médica.
Las
deposiciones rojas o negras pueden indicar una hemorragia o una infección
parasitaria, mientras que las pálidas o blancas suelen poner de manifiesto un trastorno
del hígado.
La
fiebre puede indicar una infección grave o si las deposiciones se acompañan de
sangre y no puede acudir rápidamente a un médico es aconsejable tomar la
asociación de antibióticos trimetoprima/sulfamsoxozol, existente en todas
partes, hasta que pueda obtener ayuda médica.
Hinchazón
abdominal, vómitos y dolor pueden indicar colitis, obstrucción intestinal o
apendicitis. Los vómitos significan que usted no es capaz de retener la
solución rehidratante.
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