Tenga cuidado con las
ampollas. Una
quemadura acompañada de ampollas reviste mayor gravedad. Si las ampollas le
molestan y sólo cubren un área pequeña de su cuerpo, puede pincharlas para que
drene el líquido, pero teniendo siempre cuidado de no arrancar la piel que las
cubre. Las ampollas serán meno dolorosas y presentarán menos riesgo de
infección si el aire no entra en contacto con las terminaciones nerviosas
subcutáneas. Para drenar el líquido, primero coja una aguja y esterilícela con
una llama de cerilla. A continuación, pinche el borde de la ampolla y apriete
ligeramente par que el líquido fluya hacia fuera. Repita esta operación 3 veces
en las primeras 24 horas y luego deje que la ampolla siga su curso natural.
Cuidado con el hielo y la
nieve. No
baje la guardia en invierno, puesto que la luz solar reflejada en el hielo y en
la nieve pueden provocarle quemaduras aún más intensas que en verano. Así, no
son infrecuentes las quemaduras en los excursionistas durante el invierno,
cuando se exponen a los rayos solares reflejados en la nieve. Incluso pueden
producirse quemaduras en los labios cuando, debido al gran esfuerzo, respirar
por la boca. Cúbrase y use protector solar en todas las zonas expuestas.
No cometa el mismo error
dos veces. Tras
sufrir una quemadura por el sol, su piel tarda de 3 a 6 meses en recuperar su
estado normal. Cuando se quema, las capas superiores de la piel se caen, y la
nueva piel que aparece debajo es aún más sensible que la primera. Esto significa
que se quemará más rápidamente que antes si no es prudente.
Siga las reglas. Mientras su quemadura esté
dolorosamente fresca en su memoria, refresque su sentido del sol con los
siguientes consejos:
Aplique
un protector solar 30 minutos antes de salir al exterior, incluso si está
nublado (los rayos más dañinos pueden atravesar las nubes). No se olvide de
aplicárselo en los labios, las orejas, las manos y la nuca. Aplíqueselo otra
vez, si es necesario, después del baño o si ha sudado mucho.
Preste
especial cuidado entre las 10:00 y las 13:00 horas, que es cuando los rayos del
sol son más verticales.
Si
insiste en broncearse, hágalo gradualmente. Empiece con 15 minutos e incremente
el tiempo de exposición en unos pocos minutos por día de forma gradual.
Use
prendas protectoras cuando no esté nadando o tomando un baño de sol. Llevar
sombrero, telas de hilado tupido y mangas largas lo ayudarían a mantener el sol
alejado de su piel.
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