El búho

Al búho, ave rapaz nocturna, se le ha considerado tradicionalmente un ave siniestra. Tiene dos mechones de plumas erectas con aspecto de orejas, y los cercos de plumas alrededor de los ojos, incompletos por debajo.

Leemos en los Caracteres de Teofrasto: “Si sorprende a un búho en su camino, exclamará” ¡Gloria a Atenas!” antes de continuar”

Ovidio relata en su obra Ibis: “El búho de la noche se sienta en el tejado de la casa de enfrente y emite sus gritos de mal agüero con un sonido fúnebre”.

Se cree que la voz del búho pronostica la proximidad de algún acontecimiento terrible, por ser esta ave signo de mal agüero.

Según la creencia popular, el grito del búho blanco es señal de muerte próxima. También anuncia una muerte en la casa si un búho se posa en un tejado o vuela alrededor de las ventanas por la noche.

Por el contrario, existe la costumbre de considerarlo como amuleto, ya sea vivo, disecado o reproducido para usarlo como colgante.

En algunos cementerios de Navarra tienen como objetivo simbólico, además de los tradicionales, el búho.

Al ser el búho un ave nocturna, si por azar se le ve de día, se tiene su presencia por un presagio de especial mala suerte.

A este respeto, Plinio en la Historia Natural, ya decía: “El búho-águila es un pájaro fúnebre y se le considera como un mal presagio; vive en os desiertos y lugares que no se frecuentan, sino que son inaccesibles; es una criatura de la noche cuya voz no es una nota musical sino un grito. Consecuentemente, cuando se ve en las ciudades o durante el día en cualquier circunstancia es un augurio fatal; pero conozco varios casos en que se han posado sobre las casas de varias personas sin que haya habido consecuencias fatales”.

Plinio relata también que un día 7 de marzo se realizó una ceremonia de purificación porque un búho había entrado en el Capitolio.

Al igual que se hacía con el murciélago, existía la costumbre de clavar en las puertas de las granjas búhos con las alas extendidas, porque de esta forma se protegía la casa de maleficios.

Se cree que al que sueña con un búho se le augura un funeral.

La lechuza, ave similar al búho, también rapaz y nocturna, goza y sufre de las mismas supersticiones que el búho.

La lechuza es igualmente un ave de mal agüero: si se oye su grito anuncia un luto próximo.

Si pasa chillando por encima de la casa donde hay un enfermo, o se posa en el tejado por la noche, se dice que el enfermo muere. Y si se oye su grito durante un parto, vaticina la muerte del recién nacido.

Se cree que las lechuzas se beben el aceite de las lámparas de las iglesias.


Oír canta a una lechuza pronostica que se avecina el mal tiempo.  

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