Las manualidades son herramientas importantísimas que hacen aumentar nuestra satisfacción personal.

Nos ayuda a activar nuestra creatividad, en sentirnos bien con nosotros mismos al hacer cosas y más si las compartimos con la gente que queremos.

Cuando valoran y agradecen nuestro trabajo e fortalece nuestra autoestima, no importa que el mismo haya sido realizado con fines de regalarlo o venderlo. Además, el mostrar nuestras manualidades nos da la oportunidad de enseñar a otros.

Está comprobado que manualidades como el crochet tiene un beneficio directo para activar positivamente nuestro cerebro en función del hemisferio cerebral derecho, (Lo ideal es que trabajemos ambos hemisferio).

Como pequeñas arañas las tejedoras o los tejedores tenemos que prestar atención a lo que hacemos, contar, recortar, concentrarnos, mover las manos, crear una imagen mental de lo que queremos hacer y todo esto es alimento positivo para nuestro cerebro.

Hay personas que han encontrado en el tejido una forma de combatir la depresión, la frustración, la soledad (al hacerlo en grupos), desarrollar paciencia y tolerancia. A veces hacemos un tejido por horas y nos damos cuenta de un error que altera la pieza y lo desbaratamos en pocos minutos y comenzamos de nuevo con la esperanza de hacer algo mejor.

También en el tejer pasamos las equivocaciones por alto y tratamos de enderezarlo para que no se noten tanto, y más aún tomamos la experiencia con buen humor. Opino que hay toda una sabiduría en el tejer que nos ayuda a mejorarnos como personas.

Nunca es demasiado tarde para empezar a combatir el envejecimiento del cerebro y esta es una forma agradable y útil de hacerlo, además de sacar al artista que TODOS  llevamos dentro.



CASI CUATRO MESES

He perdido ya casi 30 kilos, supongo que ahora viene lo peor.

Me encuentro rejuvenecida, me siento muy bien, camino con paso rápido sin cansarme, no me duele la espalda ni las cervicales.

Tengo que renovar todo mi vestuario, ya no me vale nada. Ya no me importa probarme ropa nueva.

En esta semana tengo que volver a la clínica para ver al médico, la nutricionista está de vacaciones y el médico hará dos funciones esta vez.

Quiero hacerle preguntas para informarme de la posibilidad de ingerir otros alimentos, llevo tres meses casi comiendo lo mismo.

Mi capacidad para la ingesta de alimentos se ha ampliado, noto que puedo tomar más cantidad y que tolero bien las carnes rojas y las verduras crudas.

Sigo intentando tomas el litro y medio de agua, aunque me cuesta ya que no tengo sed, así que sustituyo el agua por tés templados.

No me he librado de la ansiedad que en mi mente es hambre, pero me engaño, así que tengo que intentar desquitarme de la ansiedad.

En los últimos días por desgracia no he andado casi nada, así que quiero empezar haciendo todos los días una costumbre fija:

Andar una hora
Hacer ejercicios en casa con pesas para fortalecer los músculos
Y hacer ejercicios de relajación.

Si logro hacerlo durante 21 días lo fijaré en mi mente y lo interiorizaré, esto hará que las Endorfinas me hagan sentir mejor y que necesite hacerlo todos los días.

Veremos que he perdido en este último mes, ya no me peso y solo lo hacen en la clínica. Tengo la sensación de que ya pierdo mucho más lentamente.


El cuerpo se está acostumbrando y la perdida es más lenta, además de que ingiero mayor cantidad.

MES Y MEDIO DE LA INTERVENCIÓN

Desde que empecé la masticación las cosas han cambiado. Apenas como en cada toma.

El desayuno es media tostada de pan muy tostado con una loncha de queso light o pavo, podría tomar huevo cocido pero el día que lo tomé no pude acabarlo.

En la comida tomo dos pequeños espárragos blancos con dos cucharadas de legumbre y 30 gramos de carnes blancas o pescados.

Cuando tomo los 30 gramos de pescado azul, con tres trocitos ya tengo suficiente y en muchas ocasiones paso de las legumbres.

En la cena podría tomar una comida o un desayuno, pero o tomo una porción de fruta cuando hace mucho calor, o 30 gramos de pescado, pollo o pavo.

A media mañana y media tarde tomo siempre fruta, la sandía me sienta muy bien y eso tomo, pero se que tengo que tomar otras frutas, incluidos ya los cítricos, pero se me hace cuesta arriba.

Se me van a acabar las vitaminas que me dieron en la clínica y el doctor la última vez me aconsejó que siguiera tomando otras según mi edad y sexo, y así lo haré, jamás había comido tan poco y durante tanto tiempo.

He dejado de pesarme, paso de perder 500 gramos en un día a ganar 100 gramos al siguiente, me pesaré como mucho una vez por semana para no agobiarme.

En la ropa lo noto mucho, toda me está grande o muy grande, voy retirando ya ropa que ya no puedo ponerme y espero a las rebajas para comprar otra que me sirva por lo menos hasta final del verano. El año que viene ya no me valdrá.

Eso me emociona mucho y estoy muy contenta con los cambios. La gente dice que se me nota mucho y eso que no he cambiado de ropa, pero solo lo dicen cuando les preguntas, la mayoría de las personas les cuesta decir cosas buenas.

Intento beber el litro y medio de agua que me recomendó el doctor, pero me sigue costando un montón, ya que sigo tragando poco a poco y no puedo beber media hora antes y después de cada comida.

No tengo hambre, así que si estoy entretenida con algo ni me acuerdo de comer. Desde el principio dije que adelgazas porque no comes, no hay otro secreto.


Hasta dentro de un mes y medio nada va a cambiar, y no tengo que volver a la clínica.

UN MES DE LA INTERVENCIÓN

¡Y comencé con la masticación!

Mentalmente pensaba que iba a ser más fácil, pero ha resultado ser otra prueba que superar. Ahora solo hago 5 pequeñas comidas al día. Un desayuno muy fugaz (media tostada de pan integral con un huevo cocido, o una loncha de pavo o una loncha de queso light), a media mañana algo de fruta, en la comida 30 gr. de carne blanca (pollo, o media lata atún al natural, o un huevo cocido o pescado), dos cucharadas de verdura cocida y dos cucharadas de legumbres. A media tarde algo de fruta y para cenar lo mismo que en la comida, o un desayuno o un poco de fruta, según me encuentre con fuerza.

Como ya dije se adelgaza porque no se come casi nada, y la ayuda viene al no poder comer grandes cantidades de comida y a no tener hambre jamás. 

La primera vez que comí masticando no pude ni con la mitad de lo poco que tocaba, hay que comer muy despacio para poder apreciar la sensación de llenado del estómago y parar a tiempo. Es conveniente que se coma con ninguna distracción y que se mastique cada bocado 20 veces. Lo de masticar tanto me cuesta, estoy acostumbrada toda mi vida a masticar poco y a comer rápido, esto tengo que cambiarlo ya por mi bien.

A los pocos días de comer ya masticando empiezo a tener acidez de estómago desde que desayuno hasta el final del día por lo que se lo hago saber al médico que me receta más protector de estómago durante otros 28 días, luego probaré otra vez como me sientan los alimentos sólidos.

Como me voy de vacaciones voy a estar sin ir a la nutricionista ni al médico más de 30 días, así que la nutricionista me da las próximas pautas que comenzarán dentro de 15 días. Realmente no cambiará nada, solo que en lugar de la carne blanca tengo que empezar con 30 gr de carnes rojas (ternera, cerdo..) y en lugar de verdura hervida podré tomarla cruda, es decir ya podré tomar tomates, pepinos, lechuga, zanahoria…, pero 2 cucharadas claro. Y cuando tome carne roja la verdura será hervida y cuando tome verdura cruda no tomaré carne roja.

Está haciendo un calor terrible y eso hace que me sea más fácil beber más de litro y medio de agua que me pide el doctor. Ando todas las mañanas hora y media y en los 10 últimos días he perdido 3.600 gr.

Se me nota muchísimo en la ropa y tengo que cambiarla en breve, pero me espero ya a las rebajas y me compraré la ropa necesaria para pasar el verano, pues será el último verano que podré utilizarla, si todo va bien, el verano próximo habré adelgazado tanto que no me servirá nada.

El médico me dice que en el mes que estaré de vacaciones seguramente perderé unos 10 kilos más. Y la nutricionista me comenta que habrá ocasiones que en adelgace muy rápido y luego valles en los que perderé muy despacio y vuelta a empezar.

No sigo sus recomendaciones respecto a no pesarme y me peso todos los días, es una satisfacción ver como poco a poco voy llegando a mi destino.


Sigo muy contenta con mi decisión de hacerme la manga gástrica, es un cambio de vida radical pero muy satisfactorio. Supongo que más adelante pasaré periodos más negativos, pero cuando esté en ellos debo de pensar en positivo y seguir adelante.

TRES SEMANAS DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN

He tardado tanto en subir un artículo pues no ha habido ninguna novedad sobresaliente, ha pasado solo tres semanas del viernes que me operaron y tengo la sensación de que hace meses de ello y sin embargo tengo ganas de que pase el tiempo para hacer una vida más normalizada.

En la segunda cita con el médico me ha contado como fue la intervención, al parecer por “el quinto elemento” es por donde sacaron el 80% del estómago, por ello es el agujero que más molesta y tarda más en curar, tendrá que pasar tres meses hasta que esté completamente restablecido.

Las cinco incisiones ya son como cinco arañazos de gato, según el médico en seis meses no se notarán nada, ahora lo que más se nota son los cardenales que quedaron al ponerme las inyecciones contra los coágulos. La tensión la tengo normalizada, y ya ha pasado lo peor, es decir, todo lo que podía ocurrir en negativo, ya no va a suceder.

Las fuerzas ya me han vuelto por lo que ya consigo sin esfuerzo andar todas las mañanas una hora y otra a la caída de la tarde, me alegro haber hecho esto en la primavera, así no cuesta nada salir a andar, en invierno tiene que ser más cuesta arriba con el frío, la lluvia o la nieve.

También me vio la nutricionista, me ha pesado y en la última semana he disminuido el peso general en 1600 gr., me ha comentado que estoy perdiendo grasa en los lugares indicados y al mismo tiempo tengo más masa muscular, por ello el peso desciende más despacio.

En la próxima visita me dará las indicaciones para pasar a la tercera fase, comenzaré a masticar, estoy deseando, pues esto de tener que ingerir 90 ml de puré, yogurt, leche o zumo 7 veces al día e hidratarme entre toma y toma, hace que esté liadísima todo el día, es como vivir con un reloj en la mano y un vaso de alimento en la otra. Tengo que confesar que en muchas ocasiones me paso dos o tres tomas cuando tengo que salir a hacer algo, y lo sustituyo por agua.

El médico me ha aconsejado que no haga demasiada vida social, que, por ahora coma sola, sin distracciones y que me concentre en cada cucharada que tome. Recuerdo cuando mis padres decían que en la mesa no se hablaba y del dicho: “come y calla”, ya sé porque lo decían.

Sigo sin hambre, creo que ya nunca más sabré que es tener ganas de comer, tendré ganas de comer algo que me parezca apetitoso, pero nada más. Y tendré que comerlo despacio y en pequeñas porciones, pues si no notaré el estómago incómodo y repleto. Esa es la verdadera ayuda en este proceso, tengo la oportunidad de hacer una dieta sana, equilibrada y variada sin pasar hambre.

Me dicen que si lo necesitase podría pedir cita con el psicólogo, es por si tengo algún problema en acostumbrarme a la alimentación, por ahora no lo necesito, pero tengo esa opción y puede que más adelante la utilice, como refuerzo cuando tenga ya una alimentación totalmente normalizada. Tengo que pensar que seguiré teniendo ataques de ansiedad en momentos puntuales, como ya dije todo lo que nos rodea está repleto de publicidad de comida y la mayoría es comida basura.
                               
Yo pensaba que los cereales para bebés que venden en las farmacias con los que haces sus papillas eran muy sanos, pero al parecer están llenos de azúcar, así que desde que nacemos nos hacen depender del azúcar es como una conspiración alimentaria. Si hay una proporción de sal en el pan y es el gobierno el que lo dictamina, si se va a castigar con subidas de impuestos a las bebidas azucaradas y se critica tanto la comida basura, ¿cómo se permite tanto azúcar en las comidas de los bebés? Es una gran hipocresía.

Hoy que voy a comer a casa de mi hijo me llevaré una pequeñísima tartera con mis 90 ml de puré de pollo con guisantes y pimientos.

Ya entro en ropa que hacía mucho tiempo que no podía ponerme, y estoy deseando comprarme cosas chulas, pero tengo que tener paciencia, es absurdo comprarme ropa que solo me durará un mes más, es como cuando estás embarazada, una temporadita de la misma ropa. Ya llegará el tiempo en el que disfrutaré de ir de compras, algo que hace años que no he disfrutado. Hace solo un mes comprar ropa era una tortura, la ropa era más cara, tenía poca variedad y nunca me gustaba como me quedaba.






DOCE DIAS DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN

El lunes fui a consulta, primero me atendió la nutricionista y luego el médico. Estuve por lo menos veinte minutos con cada uno de ellos.

La nutricionista me pesó y vimos juntas los resultados de perdida de grasa corporal, corroboró mis valores diarios, pero me regañó cuando la dije que me pesaba todos los días, dice que el cuerpo con respecto a esto es un poco enigmático, puedes pesarte varias veces al día y pesar diferente, unos días puedes pesar más y al día siguiente menos, así que me aconseja que no me pese, que ella lo hará cada semana.

Con mi experiencia en dietas que he llevado toda la vida, es cierto lo que dice, pero aun así es tan satisfactorio cuando te pesas y ves perdida que te ayuda a seguir luchando, aunque también si ves que no has perdido o has ganado algún gramo te derrumbas literalmente, eso me ha pasado hoy. Me he pesado y he ganado respecto a ayer 100 gramos.

Así que empezaré a pesarme una vez a la semana, hasta que esto tampoco me satisfaga y entonces lo haré cada mes, o cada vez que ella me pese.

Ella me ha indicado algo que yo sabía pero que olvido de vez en cuando, el propósito de todo esto es para mejorar mi estado de salud, es lo importante, tengo que centrarme en esos valores más que en la pérdida de peso.

En efecto he perdido grasa en los lugares claves como en las vísceras, me ha dado un informe de ello y me ha dicho que siga con la fase 2 hasta el 8 de junio, para entonces ya me habrá dado la dieta de la fase 3.

Hemos hablado de sustituir el Meritene por los copos de trigo y arroz sin casi azúcar que venden en Mercadona y que me recomendó mi hijo. El Meritene no me gusta y tengo la sensación que fue el culpable de mis disfunciones intestinales. Ella prefiere que tome Maizena con leche o copos de avena, pero creo que en esta ocasión paso y sigo con los cereales, estos son sosos pero la Maizena o la avena creo que serán peores. La nutricionista quiere que además de bajo aporte calórico tome vitaminas y minerales y los cereales integrales que me han gustado tienen poco de eso.  Me emplaza para vernos en una semana.

Luego pasé a consulta con el médico, revisó mis heridas y me corroboró que “el quinto elemento” es el que más lata da y que así seguirá por lo menos durante tres meses más. Por lo demás me indica que intente beber un litro de agua todos los días. La verdad es que esto es complicado.

Al tomarme la tensión me la encuentra alta, así que me recomienda que me la tome dos veces por semana. Así que como tengo que ir al médico de cabecera para contarle lo de mi intervención, le pediré al enfermero que me dé cita para tomármela dos veces por semana.

Le comento al doctor que tengo pendiente tres pruebas por parte de la seguridad social, a causa de mis tiroides y le pregunto si esto podré hacérmelo sin problemas, me dice que sí que no pasará nada.

También me dice que con mi pérdida de grasa conseguiré que me baje la tensión, el colesterol y los triglicéridos y pudiera ser que los niveles hormonales producidos por mis vagas tiroides se mejores notablemente. Eso lo veremos con el tiempo.  Me emplaza también para dentro de una semana.

En recepción me dan hora para el 31 de mayo. Ya estoy ansiosa por ir a esa cita, y mucho más si no me peso.

Esta tarde voy a ir a caminar con mi hija hasta el cine donde ha cogido entradas, caminaremos por lo menos dos horas y luego se nos unirá su pareja, después de la película me traerán a casa. La verdad es que me apetece mucho, veremos como resisto la caminata. Pues tanto el médico como la nutricionista me dijeron que andara unos veinte minutos diarios, o lo que yo aguantara, pero estoy deseando poder hacer la vida que hacia antes y mucho más cuando eso es ejercicio físico.


En estos momentos me siento pletórica, a partir de tomar las vitaminas parece que me canso algo menos, el tiempo primaveral tirando a un tanto caluroso me anima, además. Ya me concentro leyendo, me paso parte del tiempo en mi gran terraza olfateando el futuro maravilloso que está ahí fuera, me gustaría que el tiempo pasara más deprisa, pero consigo disfrutar de las pequeñas cosas del día a día, como el sol, las flores que inundan parques y jardines, mis lecturas y el saber que el futuro que me espera será mucho mejor, que puede que alargue mi vida y así seguir disfrutando.

NUEVE DÍAS DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN

Por fin el viernes pasé a la fase 2, es decir ya ingiero en cada toma 90 ml en lugar de 30 ml y las raciones son con algo más de consistencia: purés de verdura y pollo, yogures cero, puré o compota de frutas, y el dichoso Meritene. El Meritene que lo tomas en el desayuno consiste en unos polvos sabor a chocolate chungo, que al parecer llevan muchos minerales, vitaminas y proteínas, pero su sabor es demasiado dulce, no me gusta en absoluto, es como si tomaras sacarina a modo de caramelo. Las tomas se reducen y entre una y otra tienes que hidratarte.

Justo ese día empecé a hacer deposiciones, aunque son incomodas, pues son muy descompuestas y urgentes, cuando llegan mejor estás cerca de un servicio. Como el sábado me pasó lo mismo he pensado que es el Meritene que no me sienta bien, así que me he comprado en Mercadona unos cereales integrales de trigo y arroz que no llevan nada de azúcar, hoy los he desayunado con leche fría (la caliente no me gusta) y están buenos, además no se deshacen fácilmente al estar en frío y puedes tener el placer de masticarlos copo a copo.

Recuerdo que cuando era jovencita el futuro que nos pintaban era el de alimentarnos con una sola pastilla, ni de coña, no estamos preparados para ello, no nosotros, yo echaba de menos poder masticar los alimentos más que nada en el mundo, creo que no sabemos lo maravilloso que es el masticar lentamente los alimentos y sentir su gusto y como sus diferentes sabores nos inundan el paladar, es un placer de dioses que no nos damos cuenta hasta que no podemos.

Yo siempre he sido de las personas que tienen la costumbre de masticar rápido y mal, si es cierto que es debido a que desde que cumplí 12 años he tenido siempre que comer fuera de casa y en poco tiempo, por lo que me acostumbré a engullir los alimentos de forma rápida y eficaz. Así que nunca he dado tiempo a mi cerebro a saber que me había alimentado y podría ser uno de los factores por los que acumulé peso.

Es algo que aconsejo que se haga: reeducarse a la hora de las comidas, creo que a poco que tengamos que comer, tenemos que hacerlo con mucho boato, como si fuera el más rico manjar, ya sea una pera como una ración de gambas a la plancha. Deberíamos de concentrarnos en lo que estamos haciendo, masticar muy despacio, pensar en los distintos sabores, disfrutar del placer de comer, sin tele y sin nada o nadie que nos distraiga. Y si estamos en una comida con familiares o amigos dejar para los postres eso de hablar.  Yo quiero conseguir amar la comida y verla como algo que me ayuda a sentir sana a la par que disfrutar de su placer.

Cuando picas entre comidas realmente no disfrutas, engulles los alimentos sin ningún placer, piénsalo bien, es así, y encima nunca te sientes satisfecho parece que necesitas siempre más, pero porque no valoras lo que estas comiendo, lo haces como quien se muerde las uñas o fuma compulsivamente.

El viernes me sentía muy positiva, brillaba el sol que eso siempre me anima y mi hija me invitó a que nos fuéramos a andar. A ella no le gusta andar, sé que solo lo hizo para ayudarme, mi niña es increíble.

Lo que normalmente hubiera hecho en una hora la hicimos en hora y media, mi paso es muy lento, me siento entre mareada y sedada y el ejercicio me dejó agotada, tuve que echarme en la cama un rato para coger fuerzas.

Hoy me ha dicho mi hija de ir otra vez a andar, pero está el día nublado y triste y no me siento con fuerzas, así que cuando venga la diré que otro día.

Mañana ya tengo que comenzar tomando vitaminas (dos al día) y hoy se acabaron las inyecciones en la tripa, la tengo llena de moratones y están tardando en quitarse, pero supongo que, como todo, es cuestión de paciencia.

Y mañana por fin tengo que ir a la clínica para ver a la nutricionista y luego al médico. Quiero pedir que me pasen las fotos que me irán haciendo y posiblemente las cuelgue en el blog para ver la diferencia física.  Noto que cada día pierdo menos peso, hoy solo 300 gramos, pero supongo que es lógico, ya que el cuerpo es capaz de conformarse con poco alimento y a cambio te regala un cansancio mortal.

Desde el viernes me dejó mi hija a mi pequeño Caifás, así hago un poco de ejercicio bajándole a la calle. Se porta genial, siempre a mi lado y solo ladra cuando el globo que me llevó mi hija y su pareja al hospital, se mueve, no le gusta nada.

                                           

Tengo poca concentración haciendo las cosas es parte de ese cansancio que tengo, no duro casi nada en las lecturas de mis libros y el sábado cuando fui a comprar me olvidé algunas cosas, pero no me castigo por ello, poco a poco me iré encontrando mejor, seguro. No pasa de las 22:30 que los ojos se me cierran irremediablemente, pero duermo muy relajada y lo que jamás he hecho como el estar en la cama pensando y sin levantarme apresuradamente, lo hago ahora, no tengo demasiada prisa por nada, hago las labores de casa tranquilamente, tengo que pensar que esto también es una bendición, yo siempre he sido muy nerviosa y ansiosa.

Los agujeros por donde me hicieron la laparoscopia y me extrajeron el 80 % de mi estómago van curando día a día, ya solo me tira el “quinto elemento” levemente y ya puedo dormir de lado.


Esto es una oportunidad de cambiar mis costumbres, serenarme, quererme más y ser más feliz y quiero conseguirlo.