¿Dónde está la felicidad?



En un principio de los tiempos se reunieron varios demonios para hacer una de las suyas.

Uno de ellos dijo: “Debemos quitarles algo a los hombres, ¿pero qué?”
Después de mucho pensar, uno dijo: “¡Ya sé! vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar”.

Propuso el primero: “Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo”. A lo que inmediatamente repuso otro: “No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está”.

Luego propuso otro: “Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar”. Y otro contestó: “No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construiría algún aparato para poder bajar y entonces la encontraría”

Uno más dijo: ”Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra”. Y le dijeron: “No, recuerda que tienen inteligencia y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a los planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad”.

El último de ellos era un demonio que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: “Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren”.

Todos volvieron la cabeza asombrados y preguntaron al mismo tiempo: “¿Dónde?”
El demonio respondió: “La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera que nunca la encontrarán”.

Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo…    


                                                                       







 


Árbol de Navidad



Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol de hoja perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Posteriormente con la evangelización de esos pueblos, los conversos tomaron la idea del árbol, para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado.
Se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las velas, se transformaron en esferas, luces y otros adornos.
Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por los San Nicolás o también conocido como Santa Claus, Papá Noel o los Reyes Magos, dependiendo la leyenda de la zona donde se encuentre.
La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles fue traída en el año 1870 por una mujer de origen ruso llamada Sofía Troubetskoy, que después de enviudar del duque de Morny, hermanastro de Napoleón III, contrajo segundas nupcias con el aristócrata español José Osorio y Silva, marqués de Alcañices, uno de los mayores promotores de la Restauración borbónica que permitió a Alfonso XII reinar. Por ello, parece ser que la primera vez que se colocó un árbol navideño en España fue en Madrid, durante las navidades del año 1870, en el desaparecido palacio de dichos nobles, el palacio de Alcañices, ubicado en el Paseo del Prado, esquina con la calle Alcalá
El árbol de navidad es un elemento decorativo, típico de la fiesta de Navidad. Tradicionalmente suele emplearse una conífera de hoja perenne. En la actualidad también está muy popularizado el uso de árboles artificiales, de plástico u otros materiales sintéticos. Se decora con adornos como bolitas de colores de cristal u otro material menos frágil, luces, estrellas, lazos, espumillones, guirnaldas etc.


                                                                Árbol de Navidad





Consejos de una Meiga



Sigue el camino y rompe con todo lo que te haga infeliz. Esta vida es muy corta, no vale la pena gastarla con falsas esperanzas ni con tontas esperas.  Más vale el dolor de un día, el mal trago de un momento, que un suave sufrimiento duradero.

No te conformes con lo que te hace sufrir, lucha por lo que quieres. No es digno correr, pero es más indigno dejar que las personas o las situaciones te pongan el pie en el cuello.

La seguridad no existe.   Los momentos críticos son una ilusión. Nada es real. Lo único que existe es lo que sientes en tu interior.

Y si lo que sientes en tu interior no te agrada, cambia cuanto antes.  No te duermas y no creas que tu comodidad o tu pena se la debes a la maldad o a la negligencia de los que te rodean. Todo te lo debes a ti mismo.  Deja de culpar a los demás por lo que te pasa.  Deja de actuar motivado por las conveniencias, o por lo que crees que te conviene.

No te ates a las cadenas de la responsabilidad. No te ates a las cadenas del agradecimiento. Y mucho menos te ates a las cadenas del rencor, el odio, la envidia o la revancha.

Las riquezas del mundo son de este mundo, pero nada te impide disfrutarlas mientras vivas en esta tierra. No te niegues la magia.

Todos los seres somos mágicos por el simple hecho de existir.   Todos los seres somos capaces de obrar maravillas.  No te niegues la magia, llámate a ti mismo y verás como el ser que hay en tu interior acude a ti, no te niegues la entrada a tu mundo, él puede hacerlo todo, lograrlo todo. Llámate a ti mismo en cada momento, porque dentro de ti se encuentra el universo entero.

Y si todo el universo se encuentra dentro de ti, es lo más sencillo del mundo que tomes lo que más te guste de lo que llevas dentro.  Es lo más sencillo del mundo que deseches lo que te desagrada de tu interior.

Si escoges la mediocridad y el miedo, mediocridad y miedo tendrás.  Si escoges la maldad y el daño, maldad y daño tendrás. Si escoges el bien y la felicidad, bienes y felicidad tendrás.  Y si escoges que no puedes escoger, te convertirás en comparsa de los demás, porque lo único que realmente hace morir es no ejercer tu derecho a escoger.

Si te niegas la magia de escoger, la magia de vivir de acuerdo contigo mismo, te estás negando el derecho de existir como ser.

Mientras escoges y sigues tu camino, los demás son los comparsas. Pero si te niegas a escoger, dejas de existir como ser y te conviertes sólo en un cuerpo más, en un comparsa de la vida ajena, en un obstáculo o en un adorno de la vida de los demás.

Vive y deja vivir. Escoge y deja escoger. Todo lo que nos pasa no es más que una elección de vida, y mientras estés vivo podrás elegir la forma en que quieres vivir.

Y lo que es mejor, podrás abrir cuantas puertas quieras y vivir muchas vidas dentro de una misma existencia.  Atrévete a ser todo lo que quieras ser y cuantas veces quieras serlo.

No tengas miedo a los cambios, porque los cambios son vida, porque la vida es movimiento.  Pero tampoco tengas miedo a seguir un único camino, siempre que este camino sea el que te haga realmente feliz por haberlo escogido.

No intentes ser congruente con tus limitaciones y sufrimientos, e intenta ser congruente con tus posibilidades y alegrías.

Nadie es responsable de ti, pero tú si eres responsable de todo. Si eres un ser de verdad, alguien que ha escogido libremente el camino o los caminos que te satisfacen, tienes la obligación de reflejar tus triunfos y glorias a los que te rodean.

Y como ser que eres, no esperes que los demás estén atados a ti por los lazos de la dependencia.  Si en realidad eres un ser, nadie es responsable de ti aparte de tú mismo.
Sólo los que no son seres de verdad dependen de la responsabilidad de los demás.


Refleja lo que hay en tu interior, y si no te gusta lo que reflejas, deja de engañarte y cambia, porque si lo que reflejas es infeliz y desagradable, tú también lo eres.  Lo que reflejas depende de ti.


                                                                 LA BRUJA  
                                                                 LA MEIGA                                                            





¿Qué tiene de positivo tejer?

Hoy tengo el privilegio de contar con la colaboración de una brillante y experta psicóloga, su nombre Valle Díaz. Ella me ha proporcionado este artículo interesantísimo, que estoy segura os encantará a la vez que os ilustrará de los grandes beneficios que tiene para nuestro cerebro el tejer. Os invito a seguirla en su blog, toca temas muy importantes  de rabiosa actualidad que a todos nos interesan:



Últimamente se habla mucho sobre los beneficios psicológicos de hacer manualidades en general y en concreto, de tejer En honor a Marisa, nuestra tejedora por excelencia escribo esta entrada, en la que me gustaría hacer un breve resumen de beneficios que más me han llamado la atención sobre esta creciente afición. Al final de la entrada añado algunos enlaces de páginas con más información.

Contribuye a mantener nuestro cerebro “en forma”
La investigación ha demostrado que nuestros cerebros son flexibles y pueden adaptarse a su ambiente, incluso cuando la persona es de edad avanzada. Este es un concepto que se conoce como neuroplasticidad. Estudios han encontrado que las actividades que son intelectualmente estimulantes, como aprender un nuevo idioma o las manualidades pueden ayudar a prevenir la deterioro de nuestras capacidades y retrasan la demencia de forma significativa.

Protege la salud psicológica y aumenta la calidad de vida
De acuerdo a algunos estudios, tejer es un “antidepresivo” natural, en el sentido de que mejora nuestra salud psicológica, al experimentar emociones positivas mientras tejemos. Estas emociones positivas favorecen la regulación de emociones “negativas”, tales como la rabia, la tristeza, la ansiedad.

Tejiendo también disminuye de manera significativa nuestro nivel de estrés.

Una encuesta publicada en The British Journal of Occupational Therapy, a 3 mil 500 tejedores, indica que el 81% de los encuestados se sienten más felices después de tejer. Y esto se debe por la descarga de dopamina que se produce en el cerebro al realizar algo que le causa satisfacción .

Además, al tratarse de una actividad tan mecánica, tejer nos relaja. El experto Herbert Benson recomienda la repetición de una palabra, un sonido, una frase o una actividad muscular' para lograr una respuesta de relajación.

Mejora la vinculación con otras personas
Un estudio de Corkhill encontró como resultados que además de tener múltiples beneficios psicológicos, tejer conlleva varios beneficios sociales, lo que también contribuye en nuestro bienestar y calidad de vida.
A través del estudio observaron que las personas que tejían como parte de un grupo eran incluso más felices que los que tejían en solitario. El simple hecho de compartir "trucos" o ideas nuevas favorece la conexión entre las personas que comparten esta afición.

Un ejemplo real de esto mismo es el caso de "El señor de los ovillos", un joven tejedor que se inició en este mundillo gracias a su abuela que tenía el sueño de poder transmitir los conocimientos acumulados a lo largo de una vida.

Nos sentimos más "capaces"
Tejiendo también conseguimos estimular nuestra creatividad mejorando de manera indirecta nuestra capacidad para afrontar y resolver problemas.
Realizar nuevos proyectos aumenta tu sensación de logro o competencia, por lo que contribuye a mejorar nuestra autoestima y a enfrentarnos ante la adversidad. Un caso muy curioso es el de Sarah Huerta. La repentina muerte de su hermano en 2004 fue un duro golpe para ella, tanto que incluso años después de este acontecimiento Sarah no podía salir de casa sin sufrir ataques de pánico.
Su esposo le dio agujas para tejer. Al principio, Huerta se sentía escéptica. Tejer le parecía ridículo, y resultaba difícil para las manos que aparentemente, nunca podía dejar quietas. Pero a medida que aprendió a tejer al derecho y al revés, las horas pasaron rápidamente. Ella se dio cuenta de que ya no se centraba en el futuro, imaginando las cosas catastróficas que le podrían suceder a sus seres queridos.”

Un beneficio considerable de una actividad tan creativa como tejer es aprender a centrar la atención en tareas concretas pudiéndola “desviar” de nuestros pensamientos cuando estos nos están provocando malestar.

Como conclusión, me gustaría terminar la entrada con esta aportación:

“Cuando estamos involucrados en una actividad que requiere creatividad, sentimos que estamos viviendo más plenamente que durante el resto de nuestra vida" afirma Csikszentimihalyi en una conferencia TED. "Sabes que lo que necesitas hacer es posible de lograr, incluso si se trata de algo difícil. Es como si la sensación de tiempo desapareciera. Te olvidas de ti mismo. Te sientes parte de algo mucho mayor".

¿Te animas a tejer?

Más información:



Why Crafting Is Great For Your Brain: A Neuroscientist Explaires

Bebés Reborn



Durante la Segunda Guerra Mundial, algunas mujeres idearon reformar las muñecas de sus hijas para que parecieran nuevas. Por aquel entonces tenían que vivir la mayor parte del tiempo en refugios con recursos ínfimos. 

En 1990 en Estados Unidos se ideó un método para hacer las muñecas más reales y conseguir que parecieran bebés auténticos, y así comenzó la industria de las muñecas Reborn.

Estas muñecas están fabricadas en vinilo y depende del creador su apariencia, por lo que algunos artistas tienen clientes que encargan las muñecas personalizadas.

La empresa Secrist Doll comenzó en 2009 a producir herramientas y tutoriales orientados a la creación de las muñecas Reborn. 

Otras compañías tienen líneas de productos para que los artistas puedan elegir las partes del cuerpo y el tono de piel con la idea de personalizar los Reborn.

Al ser tan personalizadas y tan parecidas a los bebés reales los precios son elevados, pero se pueden adquirir por internet   


                                     BEBITA CON LAPICES DE COLORES










Caer bien

I wanna be loved by you”, cantaba Marilyn Monroe en Con faldas y a lo loco(Some Like It HotBilly Wilder, 1959) y, de esa manera, se hacía eco de uno de los anhelos que comparten la mayor parte de seres humanos: ser reconocidos, respetados y, por qué no, amados. No sólo nos ayuda a sentirnos realizados, sino que también nos facilita nuestras relaciones personales y nuestra trayectoria profesional, aunque para ello nunca debemos utilizar nuestra simpatía como un medio, sino como un fin.
Aprender a caer bien a los demás se convirtió en una de las grandes obsesiones de la literatura de autoayuda y de superación personal desde que Dale Carnegie publicase el célebre Cómo ganar amigos e influir en las personas (Elipse), un clásico desde su publicación en los años 30. Un gran número de libros versan sobre el tema, y este es uno de los aspectos sobre los que suelen hacer hincapié los coach más importantes en sus charlas.
Hasta la ciencia se ha preguntado por cuáles son las características que definen a aquellos que suelen caer bien a los demás, aunque por lo general haya llegado a conclusiones bastante superficiales, basada en la apariencia:¿son más deseables las personas más guapas? ¿Y las que no hablan de lo gordas que están? ¿Son más deseables los homosexuales negros? 
Recientemente, el columnista Jeff Haden señalaba algunos de los hábitos más comunes entre las personas que suelen caer bien a todo el mundo. A continuación recopilamos algunas de las ideas que más se repiten entre aquellas personas altamente deseables.
§  Prestan atención
La característica más importante de todas, y que gracias a la gran enfermedad contemporánea que es el déficit de atención es cada vez menos frecuente. No hay nada que nos haga más deseables que mostrar auténtico interés en lo que la otra persona tiene que contarnos. Algunos psicólogos han llegado a establecer en un 30% el tiempo de conversación que debemos ocupar en una charla con otra persona, aunque quizá simplemente con sonreír, no sacar el móvil del bolsillo cada cinco minutos o interesarse por aquello que la otra persona está contando sea suficiente.
§  Se disculpan sin tener por qué
Los más orgullosos considerarán esta ¿cualidad? como una estupidez, pero lo cierto es que una investigación realizada en la Universidad de Harvard señaló que excusarse aunque no haya motivo para ello es una de esas cosas que nos hacen caer mejor a los demás. Como señala la principal responsable del estudio, Alison Wood Brooks, las “disculpas superfluas” sirven para que “la víctima” sienta que la otra persona se ha puesto en su lugar y que tiene en cuenta sus sentimientos. Esa era la razón por la que las personas que decían “siento que el tiempo esté tan mal, ¿me dejas el móvil?” caían mejor que las que simplemente preguntaban “¿me dejas el móvil?”
§  Son maestros del Jiu-Jitsu social
Con este rimbombante nombre, que significa el “arte de la suavidad”, Haden se refiere a la capacidad que tienen ciertas personas para conseguir obtener una gran cantidad de información del interlocutor sin revelar nada personal. La clave se encuentra en realizar las preguntas correctas, reaccionar de la manera adecuada y mostrar una actitud abierta que haga que la otra persona se muestre favorable a confesar algunos de sus pensamientos más íntimos, aunque tan sólo haga diez minutos que se conozcan.
§  No mantienen una pose de poder
Las reglas de la elegancia sugieren que debemos permanecer erguidos, con la cabeza alta y una media sonrisa en nuestro rostro si queremos parecer poderosos. Pero la clase de persona a la que realmente querrías contarle tu vida se mueve de una manera completamente diferente. Haden utiliza aNelson Mandela para ilustrar cómo un gesto puede marcar la diferencia: inclinándose levemente hacia adelante, sonriendo y acercándose a su interlocutor (en el caso del ejemplo que utiliza, Bill Clinton), está diciendo“soy yo quien realmente tiene el honor de conocerte a ti”.
§  No piden nada
Hay quien mantiene que todas las relaciones humanas están basadas en el interés, pero hay quien se lo toma al pie de la letra. En ocasiones, toda la simpatía que alguien puede haber mostrado se desmorona cuando nos damos cuenta de que lo que realmente pretenden es vendernos algo, hacer un buen contacto para el futuro o presentarnos a un familiar que necesita un cable. Las personas que caen bien parecen tener buena suerte, porque no utilizan a las personas como herramientas para conseguir sus objetivos, sino que simplemente las respetan y las cuidan, y tarde o temprano, ven su comportamiento recompensado.
§  No critican a los demás
Hay quien piensa que no hay nada que una más a las personas que el cotilleo y poner a caldo a una tercera persona. Y puede ser que algunas personas se sientan satisfechas al llevar a cabo dicho comportamiento, pero también hay quien es consciente de que quizá esta no sea la mejor manera de hacer amigos y sospeche que, si este procedimiento es algo generalizado, él mismo pueda ser en un momento u otro su víctima. Nada de comentarios negativos: el silencio es oro, sobre todo si no tienes nada bueno que decir.
§  No se quejan
Uno de los puntos más olvidados del decálogo de Dale Carnegie es aquel que recordaba que quejarnos constantemente nos convierte en personas indeseables. “Cualquier tonto puede criticar, quejarse y condenar a los demás, por lo que suelen hacerlo”, señalaba el empresario estadounidense. “Hace falta autocontrol y mucha personalidad para ser comprensivo y perdonar”.
§  Dejan que los demás sean mejores que ellos
Nos encanta pavonearnos delante de los demás, pero esto raramente sirve para nada más que para sentirnos mejor con nosotros mismos hinchando nuestro ego. Todo el mundo tiene sus cualidades, por lo que el camino más directo para complacer a alguien es reconocer aquello que hacen bien o, incluso, señalar que son mucho mejores que nosotros en determinadas cuestiones. Te amarán.
§  Saben despedirse
Haden explica en su artículo que las habituales fórmulas de despedida (“ha sido un placer”) no suelen causar una gran impresión. Por el contrario, debemos mostrar cierto entusiasmo y centrarnos en algún aspecto concreto de la conversación que hemos mantenido para demostrar que de verdad nos interesamos por la otra persona. Es decir, “me ha gustado hablar contigo acerca de cine”, “que te vaya bien en tu próximo proyecto” o “espero que volvamos a encontrarnos para seguir con esta conversación”.

                                                      TRISTEZA


Ángel el constructor de barcos



Armar un modelo de barco a escala reducida puede llevar mucho tiempo, se necesita infinita paciencia y unas dotes artísticas importantes. Un modelo puede estar hecho de ciento de piezas a pequeña escala que hay que ensamblarse a mano.

Muchas personas, especialmente aquellas que no son aficionadas al mundo del coleccionismo, creen que las maquetas de barcos son réplicas que se fabrican en serie como los coches a escala las maquetas de trenes. Pero el modelismo naval es de los pocos donde la artesanía y la sabiduría de los expertos modelistas sigue teniendo un papel predominante.

Es posible que el proceso de construcción resulte similar a como se hacían los barcos de tamaño real.

No vale comprar un kit de los muchos que venden en grandes jugueterías y tiendas de manualidades, hay que poner empeño, ganas y tener una mente muy creativa.



Yo tengo un amigo que hace de su pasatiempo un arte, se llama Ángel  y es un verdadero artesano. 
Aquí va alguno de sus artísticos barcos:


Juan Sebastián El Cano

Juan Sebastián El Cano

Marina II. Atunero del Cantábrico

HMS Bounty

HMS Bounty

Cutty Sark Tea Cliper y Marina II







Arriesgarse

Aunque reír es arriesgarse a parecer tonto,
Aunque  llorar es arriesgarse a parecer sentimental,
Aunque entablar relación es riesgo a involucrarse,
Aunque dar a conocer tus sueños es arriesgarse a parecer ridículo.
Aunque demostrar sentimientos es arriesgarse a ser rechazado,
Aunque amar es arriesgarse a no ser amado,
Aunque intentar es arriesgarse a fracasar,
Aunque vivir es arriesgarse a morir,
A pesar de todo, debes arriesgarte.
La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, es nada.
Tal vez podrán evitar el sufrimiento y el dolor,
Pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, ni amar.
Atado a lo que les da seguridad se vuelve esclavo,
Renunciando a su libertad.
Pues sólo cuando una persona que toma riesgos es LIBRE.
Los pesimistas se quejan del viento,
Los optimistas esperan confiadamente que los vientos cambien de dirección,
los realistas, ajustan sus velas en la dirección correcta.
Los riesgos deben ser tomados,
Porque el peligro más grande en la vida es...
NO ARRIESGARSE NADA

Arriésgate, es cierto que puedes perder...
¿Pero has pensado en lo que puedes ganar?



Amores imposibles




Supongo que en mi vida, como en la de cualquier soñador, habrá habido infinidad de amores imposibles; amores a seres inalcanzables que me hacían soñar con besos y caricias en la penumbra de un cine de pueblo, y amores a cosas: la poesía, el genio, la belleza, la sabiduría, el arte…

Tal vez la vida no sea, en definitiva, más que un largo y sinuoso camino iluminado a trechos por la plateada luz de amores imposibles, deseos e ilusiones que nos animan a seguir adelante. Los poetas no se equivocan. En el fondo, es el amor el que mueve el mundo. Ni el dinero, ni el poder, ni la belleza, ni el éxito, salvo que se esté enfermo de egolatría, satisfacen por sí mismos.

Los buscamos con el secreto fin de hacernos más atractivos y, por consiguiente, más deseados, más dignos de ser amados. Lo dijo Schöpenhauer, “el amor es el fin último de casi todo esfuerzo humano”. Mientras más alto suba uno, más posibilidades tendrá de tocar las estrellas, de hacer posible su amor o sus amores imposibles.

Alguien dijo que hay que tener cuidado con los sueños porque a veces se cumplen. Con los amores imposibles sucede otro tanto: a veces se cumplen, y el enamorado, como el soñador, puede sentirse satisfecho. Sin embargo, el ideal difícilmente soporta la realidad. La cercanía descubre las imperfecciones de lo que, visto de lejos, parecía perfecto.

Tal vez, más que de amores imposibles, habría que hablar de la imposibilidad del amor. Lo imposible, aunque lo pueda ser, no es conquistar el objeto amado, sino conseguir que, una vez conquistado, RESISTA, que siga siendo hermoso y deseado. Lo imposible es que el amor soñado soporte la cercanía, la convivencia, el trato diario; que no se DESINFLE NI ARRUGUE con las prisas, los agobios, las desatenciones y los compromisos de nuestra vida de cada día.

Puede que sea un romántico, pero yo creo en ese amor más poderoso que la vida, que ha inspirado las mejores páginas y los mejores versos. ES ÉL MI GRAN AMOR IMPOSIBLE. Un amor apasionado y recíproco, espontáneo y generoso, que funde a dos seres en una nueva criatura; un amor rebelde y libre que no acepta cadenas ni pacta con la vulgaridad, que no conoce horarios y obligaciones, que está más allá del bien y del mal.

Cuando se cree en un amor así, no alimentan esos sucedáneos de amor en los que suele acabar el amor pasión; esos amores como cárceles, aburguesados y domésticos, de silencios tensos o de reproches continuos, de caras largas, de mentiras y engaños, de incomunicación y soledad en la misma cama y bajo el mismo techo.

Mi miedo a que un amor que fue hermoso termine así puede que sea la causa de que más de una vez me haya alejado en el mejor momento de una relación amorosa. Esa especie de donjuanismo, esa incesante búsqueda de cuerpos hermosos, de placer, de aventura, de instantes intensos, más que por el afán coleccionista o la satisfacción de un deseo, se explica por la ilusión de conseguir ese amor imposible, juntando los mejores momentos de efímeros amores sucesivos.


A la larga, ese juego tampoco satisface. Al contrario, nos hace ver más claro lo difícil que resulta que dos seres distintos se encuentren en un mismo sueño y se reconozcan y se fundan en un apasionado abrazo, amándose por encima de todo y contra todo.


Jesús Quintero. Amores Imposibles. El País, 1991




Que tengas un gran día... a menos que tengas otros planes.

Esta mañana desperté emocionado 
con todas las cosas que tengo que hacer 
antes que el reloj sonara. 

Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. 
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener. 

Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso 
o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas. 

Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero 
o puedo estar contento que mis finanzas me empujan 
a planear mis compras con inteligencia. 

Hoy puedo quejarme de mi salud 
o puedo regocijarme de que estoy vivo. 

Hoy puedo lamentarme de todo 
lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo 
o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido. 

Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas 
o puedo celebrar que las espinas tienen rosas. 

Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos 
o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones. 

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar 
o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo. 

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela 
o puedo abrir mi mente enérgicamente 
y llenarla con nuevos y ricos conocimientos. 

Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar 
o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma. 

Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy, 
soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mi, 
yo debo escoger qué tipo de día voy a tener. 

Que tengas un gran día... a menos que tengas otros planes


 Mario Benedetti