El Año Nuevo

felizEl día del Año Nuevo es el momento más apropiado para realizar toda suerte de pronósticos y adivinaciones sobre el devenir del año que comienza. Este día ha sido siempre objeto de numerosas supersticiones.

LA ACTITUD COMO PRECEDENTE

Ovidio, en los Fastos, I, II, recomienda: “Para que el nuevo año no transcurra en la inutilidad debido a un mal precedente… cada persona tiene que coger el día de Año Nuevo una pequeña muestra de su trabajo, solamente para evidenciar cuál es su profesión”.

Se dice que si se presta algo el día del Año Nuevo se prestarán cosas durante todo el año También parece ser que si alguien llora el día del Año Nuevo llorará todo el año.

EL AÑO NUEVO Y EL DINERO

Ovidio en los Fasos, I, se pregunta: “¿Qué significa la miel blanca que se da como regalo y la pequeña moneda que también se da el día de Año Nuevo?”.

Se supone que si se lleva dinero encima el día de Año Nuevo se tendrá dinero todo el año.

EL AÑO NUEVO Y EL RUIDO

Al parecer, trae mala suerte recibir el Año Nuevo con ruido, ya que de esta forma se espantan los brujos, diablos y malos espíritus en general.

EL AÑO NUEVO Y EL TRABAJO

Se dice que trae mala suerte trabajar el día de Año Nuevo, por ejemplo, lavando ropa, platos, etc.


Continúa en la próxima entrada…

Las uvas

¿Podrías imaginar que un racimo a tiempo baja la tensión, mejora el funcionamiento del corazón y te aporta más salud general? Pues así es. Y está demostrado.

Almería, Murcia y Alicante. En estas regiones existen importantes cultivos dedicados a esta magnífica y saludable fruta y a esa producción hay que añadirle la uva que nos llega de otros países, sobre todo de Italia.

Elixir de juventud. Entre los beneficios que nos proporciona se encuentran el ayudar a vencer el estreñimiento (sobre todo si se ingieren con piel y semillas), mejorar el funcionamiento del riñón, equilibrar el colesterol, eliminar líquido y cuidar la piel.

Y se lo debemos a diferentes compuestos antioxidantes que se concentran en ella: antocianos, taninos, flavonoides…

También nos aporta vitaminas como C, E, y las del grupo B. Aunque hay quien desecha todo lo que no sea pulpa, se sabe que el extracto de piel y de semillas (la cutícula es rica en poli fenol) combate el efecto de los radicales libres, causantes del envejecimiento y de enfermedades degenerativas.

Cuándo moderarse. A pesar de que es una magnífica fruta anti-envejecimiento y depurativa, en ella se concentran algunas sustancias que, tomadas en exceso, pueden estar contraindicadas en algunos casos. Por ser muy rica en azúcares, las personas diabéticas deben tomarla en pequeñas cantidades. Y la misma recomendación sirve para quienes sufren de cálculos renales o úlcera duodenal.

Que obtienes cada vez que la tomas.

Uva blanca

66,1 Kcal
235 mg Potasio
16 g de Calcio
15,1 g de Hidratos de carbono
20,7 mg de Fósforo
18,8 de Ácido Fólico

Uva negra

63,1 Kcal
301 mg Potasio
3,9 g Calcio
14,6 g de Hidratos de carbono
15,7 mg de Fósforo

25,4 de Ácido Fólico

El cava o champán


Esta bebida espumosa ha sido desde su origen símbolo de alegría, felicidad y suerte, sirviéndose en las ocasiones en que se celebra algún feliz acontecimiento.

Fue creada en la abadía de Hautvillers, en el corazón de la Champagne francesa, por el monje benedictino Dom Pérignon en 1680, quien fue, asimismo el que dio a los corchos que tapan las botellas su forma especial.

Las supersticiones relacionadas con este vino espumoso tienen connotaciones festivas.

                                        CAVAS

Al parecer, para que el cava traiga buena suerte, el tapón debe salir con fuerza y ruido al ser descorchada la botella. También se dice que trae buena suerte mojarse las sienes si el cava se derrama, sobre todo si es del que cae al descorchar la botella.


Se cree que llevar un corcho de botella de cava en el bolsillo trae buena suerte y también hacer un corte en el corcho de la primera botella descorchada e introducir en la improvisada hucha una moneda.  

Dolor menstrual

La mayoría de las mujeres padecen, sin ninguna necesidad, dolores menstruales. La dismenorrea como se los denomina en lenguaje médico se debe a causas químicas. Cada mes, el revestimiento del útero de las mujeres produce unas sustancias químicas, las prostaglandinas, que ayudan a que los músculos uterinos se contraigan y expulsen tejidos y líquido durante la menstruación. Un nivel elevado de prostaglandinas causa contracciones en los músculos uterinos y, en consecuencia, dolores.

No todas las mujeres tienen dolores menstruales. Si usted los presenta, estos remedios de autoayuda le serán muy útiles.

SÚBASE A LA BALANZA. Muchas mujeres se saltan comidas, pero, en cambio, consumen cantidades excesivas de dulces y alimentos salados, justamente cuando deberían tener cuidado con las calorías. Si bien una dieta sana no cura los dolores, puede realizar maravillas con respecto al estado físico general. Elimine los alimentos salados y las golosinas, que pueden hacer que se sienta hinchado y perezoso. Por el contrario, coma más vegetales, frutas, pollo y pescado e intente aumentar el número de comidas, pero reducir la cantidad de alimentos.

TOME VITAMINAS. Los médicos opinan que las mujeres tienen menos dolores cuando toman una dosis diaria de vitaminas y minerales. Se recomienda ingerir un suplemento de un complejo vitamínico y mineral, preferentemente uno que contenga calcio, que se venda en dosis pequeñas y que usted pueda tomarlas un par de veces al día, después de las comidas.

CONSIDERE LOS MINERALES. Los minerales como el calcio, el potasio y el magnesio pueden también proporcionar alivio. Los estudios han demostrado que las mujeres que toman calcio sufren menos dolores que las que no lo toman. El magnesio es importante, puesto que ayuda a que el cuerpo absorba calcio más eficazmente. Se aconseja la ingestión de calcio y magnesio antes de la menstruación, y durante ésta.


ELIMINE LA CAFEÍNA. La cafeína presente en el café, el té, la cola y el chocolate, puede contribuir a las molestias menstruales, provocando estados nerviosos. No tome cafeína. Los aceites en el café pueden también irritar los intestinos. 

Piel seca e irritada por el frío

Si usted está leyendo esto en su casa de la playa, no necesitará leerlo. Salga y tome el sol bajo el calor húmedo. Disfrute y tenga un buen día.

Pero los que viven en climas fríos y secos, expuestos de la mañana a la noche al aire seco de los sistemas de calefacción, deben luchar contra las agresiones invernales.

¿Qué podemos hacer? Muy simple: apague la estufa y marche a la playa. ¿Acaso usted no puede? Entonces, al menos, apague la estufa: éste ya es un paso muy saludable. Pero, en verdad, hay mucho más que usted puede hacer. Aquí van algunas soluciones que siguen una premisa básica: la sequedad se debe a la falta de agua en la piel (no de aceite). Tenga este concepto presente mientras lea estas líneas y, también, cuan esté en su rutina diaria. ¡Su piel se lo agradecerá!

No trae de beber para combatir la sequedad. Muchas revistas y libros de belleza recomiendan beber al menos 7 u 8 vasos de agua diarios para mantener la piel hidratada y prevenir la sequedad. ¡No lo crea! Si usted está totalmente deshidratado, su piel, por supuesto, se sea, pero si su estado de hidratación es normal, la sequedad de la piel no se modificará en absoluto por el hecho de beber agua.

Ponga el agua en su lugar. La mejor manera de tener agua en la piel es mojándola. Los especialistas recomiendan mojarse durante 15 minutos diarios con agua tibia, nunca caliente. Olvídese de la recomendación habitual de bañarse todos los días. La regla de oro de la piel seca es la siguiente: báñese menos y use agua fría.

Lubrique la piel. Después de cada baño aplíquese una loción humectante para la piel. Su función es evitar que se evapore el agua de la piel. De esta forma se retine la humedad. Muchas personas creen que las lociones hidratantes proporcionan aceite, pero esto no es totalmente cierto. Recuerde la premisa básica: la piel seca indica una falta de agua, no de aceite.


Todo el mundo sabe que después de bañarse resulta fácil cortarse las uñas, tanto de los pies como de las manos. Esto ejemplifica lo que es la hidratación. Lo mismo ocurre con su piel cuando se baña. En resumen, las sustancias humectantes después del baño permiten mantener el agua en la piel y ayudan a prevenir la sequedad.

El péndulo

El péndulo, en su forma más simple, está compuesto por un cuerpo rígido que oscila suspendido de la extremidad de un hilo inextensible. El péndulo se ha utilizado desde la Antigüedad como instrumento de adivinación.
 
El origen de esta superstición se halla en la antigua Grecia. Los griegos llenaban un recipiente con agua, y dejaban caer un anillo colgado de un hilo y con igual peso en cada lado. El hilo se ataba a un dedo y era una forma de invocar a los dioses para confirmar alguna cuestión en litigio; si lo que se proponía era cierto, el anillo por sí mismo golpeaba la pared del recipiente un número determinado de veces.

Se dice que para adivinar si una chica se casará o no se ata un anillo de boda a un cabello o hilo y se sumerge en un vaso; si el anillo golpea la pared del vaso pronostica que no se casará, pero si gira alrededor del vaso se casará una vez si lo hace rápidamente y dos si lo hace despacio.

Parece que un anillo de boda atado a un cabello o hilo también sirve para adivinar dentro de cuántos años se asará una persona. Se saben contando el número de veces que el anillo golpea el vaso dentro del que se ha introducido.

Se cree que para saber el sexo del niño que va a nacer se ata el anillo de boda a un hilo y se mantiene encima del vientre. Si oscila será una niña y si gira será un niño.

El péndulo se ha utilizado tradicionalmente como instrumento adivinatorio por los zahoríes, personas que pretenden adivinar lo que está oculto especialmente debajo de la tierra, sean tesoros o manantiales. Esta actividad recibe el nombre de radiestesia, y es un supuesto arte adivinatorio mediante la percepción de las radiaciones y emanaciones de los distintos cuerpos.


En la actualidad está muy de moda buscar corrientes subterráneas bajo las casas, para cambiar la orientación del mobiliario a fin de conseguir mejorar la salud de los moradores de la vivienda, si es que están afectados por dichas corrientes subterráneas.

Una experiencia inútil, el hipo

¿Por qué? Nadie está seguro de ello. ¿Qué lo causa? Las explicaciones son interminables, pero la mayoría de los expertos incriminan en primer lugar dos hechos: comer con excesiva rapidez y tragar demasiado aire. Parce un buen principio para comenzar.

Probablemente recuerda aquella ocasión en la que el hipo lo fustigó durante unos interminables minutos. ¿Tal vez pensó que le ocurría algo terrible? Sin embargo, el caso de Charles Osborne es mucho peor. En 1922 comenzó a hipar y lo siguió haciendo durante los siguientes 65 años. ¡Ha hipado unas 430 millones de veces!

Los remedios para el hipo datan de la antigüedad y se puede decir que existen cientos de ellos, quizá miles. Su objetivo fundamental es aumentar los niveles de anhídrido carbónico en la sangre o bien inhibir los impulsos nerviosos causantes del hipo. ¿Estas medidas funcionan? Algunos médicos dicen que no tiene importancia, ya que en la mayoría de los casos el hipo desaparece por sí solo después de unos minutos.

LA CURA DEL AZÚCAR. Se considera muy efectiva. Consiste en tragar una cucharada de azúcar seco. Al cabo de unos minutos, el hipo desaparece. El azúcar probablemente actúa en la boca modificando los impulsos nerviosos que contraen el diafragma en forma espasmódica. Los expertos opinan que vale la pena probarla y recomiendan su uso en niños y bebés (media cucharada de azúcar disuelta en 125 ml de agua).

EL TRAGO “MAG”. Llene un vaso con agua, inclínese hacia delante por encima de él y bébalo al revés. Este método es muy efectivo.

EL MEDIO MINUTO QUE AYUDA. Llene una taza con agua y colóquela sobre una mesa. A continuación, presione con los dedos índices sobre sus orejas. Flexione su cuerpo hasta la cintura y recoja la taza entre los dedos pulgar e índice de cada mano y, mientras contiene el aliento, beba el agua de uno o dos tragos.

EL COSQUILLEO DEL NIÑO. Si se halla usted rodeado de niños revoloteando y riendo a su alrededor, puede estar seguro de que enseguida alguno comenzará con el hipo.

Hágale cosquillas e indíquele que mantenga el aliento e intente a toda costa no reírse.




Los instrumentos del oficio

Sea cual fuere la actividad que nos dispongamos a ejercer, hay que estar bien equipados. Esto es válido para el carpintero, que ha de tener cepillos, limas y barrenas, siempre en orden. Y vale también para el que estudia latín, que ha de emplear diccionarios y textos muy actualizados.

Pero habrá quien diga que estos son “equipamientos” que sólo sirven de verdad cuando se saben usar bien. Empleando un término eficaz, diríamos que es cuestión de “maña”.
 
De hecho, cada uno de nosotros tiene características personales que le permiten obtener magníficos resultados en determinadas actividades y peores, o inclusive malos, en otras. Y esas características son precisamente los elementos más importantes, pues cuanto más dotados estemos de capacidades intelectuales, de flexibilidad, de fantasía, mejor aprenderemos las técnicas y afinaremos esas competencias específicas. Resumiendo, la inteligencia y la creatividad desempeñan un papel fundamental. En ellas se basan las acciones de cada día, más o menos consuetudinarias, las estrategias para resolver problemas, el trabajo que cada cual lleva a cabo en la fábrica, en el colegio, en cualquier circunstancia profesional.


Los especialistas tienden a identificar el nivel intelectual de una persona con su habilidad para resolver problemas específicos. Por lo tanto, emplean una definición “operacional” que “identifica” una característica, la inteligencia, por medio de sus manifestaciones. Todos los tests que normalmente aplican los psicólogos constituyen los estímulos y, al mismo tiempo, las mediciones de las capacidades de quienes consiguen superarlas de una forma más o menos brillante. Así, se puede llegar a valoraciones objetivas, aunque restrictivas, respecto a esa amplia gama de significados que corrientemente se suele relacionar con el término inteligencia.   

Números e inteligencia

Cuando se habla de lenguaje, normalmente pensamos en el natural, resultado del aprendizaje, y medio principal de la comunicación entre los seres humanos. Hay también otro lenguaje, que por regla general no se interpreta como tal, a pesar de que se emplea constantemente en nuestra vida cotidiana. Nos estamos refiriendo a las matemáticas.
 
A menudo determinados malos hábitos mentales adquiridos en el colegio, una visión por separado de las asignaturas y de la labor de la mente, nos han presentado las matemáticas como un mundo aparte, abstracto y profundamente distando del lenguaje cotidiano. 

A este enfoque se le escapa el carácter eminentemente lingüístico de las matemáticas, que emplea signos, símbolos (los números), por medio de los cuales se manifiesta el pensamiento humano. Aun siendo fundamentalmente un lenguaje, la función prioritaria de las matemáticas no es la comunicación entre individuos, sino la organización de las actividades cognoscitivas y su representación sintética (y objetiva). 

Debido a ello, es el lenguaje de la ciencia por excelencia. Por tanto, no cabe duda de que existe relación entre la inteligencia y la capacidad de desenvolverse con los números, de captar relaciones entre ellos y realizar operaciones con ellos.


Indudablemente, la inteligencia no es sólo la matemática, pero se acepta comúnmente que la habilidad demostrada en el dominio de las matemáticas es expresión de inteligencia. No es ninguna casualidad que en los tests de inteligencia las pruebas de aptitud numérica ocupen un lugar importante. 

Instrumentos naturales de juego

La historia cultural del hombre nos atestigua la presencia del juego en sus formas más variadas, en todos los pueblos y en todas las civilizaciones. Satisface una necesidad de la naturaleza humana.

El juego siempre ha ejercido una acción estimulante sobre la fantasía, alentando a los hombres a transformar incluso los objetos más extraños, más impensables, en instrumentos de juego. Y cuando no tenía dichos objetos al alcance de la mano, el hombre se las ingeniaba como podía Jugaba con esos mismos instrumentos que sirven por excelencia para la comunicación: ¡las palabras!
 
A este respecto, basta observa lo que les sucede a los niños en cuanto empiezan a balbucear algo; es como si se les hubiese abierto un mundo nuevo con posibilidades infinitas. Se nota que les causa placer controlar los elementos de sus propios balbuceos (“ta-ta”, “pa-pa”, “ma-ma”, etc.), hasta la primera palabra que implique un significado (los padres, un objeto útil, las personas de la casa, etc.). Después su capacidad verbal aumenta progresivamente y llegan a comprender y a pronunciar las primeras frases. Todo ello constituye un motivo de satisfacción, de placer, que a su vez se transforma en un poderoso estímulo para servirse del lenguaje verbal con el fin de ampliar y dominar cada vez más su propio mundo de relaciones.

La adquisición y el dominio del lenguaje verbal se manifiestan en los niños n un aumento de la seguridad y del conocimiento de sí mismos; son elementos indispensables de su maduración general. Un signo evidente de ésa es también el placer que sienten al juntar elementos insólitos de términos dotados de significado, en cuanto poseen algún vocabulario y saben construir frases con sentido. Entonces saben emplear esta habilidad ideando auténticos jugos con las palabras para divertirse entre ellos, pero también con los adultos.

Las palabras y los distintos significados que producen las variaciones de sus combinaciones siempre constituyen para los niños una sorpresa y el descubrimiento de un mundo cuyo dominio es característica de los adultos.


Emplean palabras como si éstas tuvieran una existencia autónoma y como si constituyera las piezas de un inmenso rompecabezas, que se pueden combinar de mil maneras siempre distintas y pueden producir, asimismo y a menudo, nuevas configuraciones dotadas de significado. 

Lenguaje e inteligencia


 

¿Puede una facultad como la inteligencia ser independiente del lenguaje verbal? No parece posible.
Sin embargo, es ciento que no existe tan sólo el lenguaje verbal; también se establece la comunicación por medio de gestos, figuras y símbolos. A este respecto se habla de varios códigos, de lenguajes artificiales, y también de comunicación animal (las abejas, por ejemplo, poseen un sistema de comunicación muy complejo, compuesto de auténticas danzas, de trayectorias especiales y de las diferentes velocidades de dichas trayectorias). Pero, nos preguntamos ¿es posible imaginar un lenguaje tan articulado, completo y capaz de referirse a una gran multiplicidad de objetos y de comunicar tamaña variedad de mensajes (sentimientos, emociones) como el verbal, cotidiano?

Por ello es natural pensar que lo que nosotros llamamos inteligencia halla en el lenguaje corriente una forma de expresión especialmente idónea. Basta observar cómo la adquisición del lenguaje verbal en el niño (que empieza gradualmente a partir del primer año de edad) constituye una ampliación de su sistema de relaciones con los demás (padres y extraños) y una posibilidad de dominar un gran número de objetos de su entorno. Pero no olvidemos que, mientras que en los animales el desarrollo del lenguaje es un hecho natural, no evoluciona, en el hombre la adquisición del lenguaje es fruto de aprendizaje y evoluciona en el transcurso de la ida individual y de la historia, cambiando de formas y contenidos.

A su vez, el aprendizaje lo determinan en gran parte la familia, el ambiente, las posibilidades culturales y los estímulos que ofrece todo ello. Así pues, es cierto que el pensamiento halla en el lenguaje natural un instrumento de expresión privilegiado, pero también que el lenguaje miso es el resultado de un enriquecimiento cultural lento y continuo. Hay que tener en cuenta estas limitaciones, a la hora de evaluar las manifestaciones de la inteligencia a través del lenguaje verbal. Además, sabemos que la riqueza, la variedad, la propiedad lingüística, la posibilidad de referirse a conceptos abstractos varían en cada grupo social.


Quien se ha criado en un ambiente restringido y ha aprendido, sobre todo, un dialecto, tendrá dificultades en una serie de pruebas de aptitud verbal, expresadas en la lengua nacional y elaboradas con contenido ajenos a su experiencia cultural. En las pruebas de aptitud verbal, cabe el riesgo de que se manifieste no una capacidad media para usar las palabras, sino una inteligencia relativa, en el sentido de que refleja sobre todo un determinado contexto cultural. Por otro lado, resulta difícil elaborar pruebas de aptitud verbal medianamente válidas para un grupo social en el que todavía existan grandes diferencias lingüísticas y culturales.

El juego real de Ur

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Resultado de imagen de imagenes del tablero real de urLos visitantes del Museo Británico de Londres pueden admirar un tablero finalmente taraceado procedente de las tumbas reales de Ur (la antiquísima ciudad de Mesopotamia que la Biblia cita como Ur de los caldeos); se trata del tablero de un juego que se jugaba hace cuatro mil quinientos años en el palacio del rey de los sumerios, conocido en el mundo con la expresión inglesa Royal Game of Ur.

El museo vende reproducciones del tablero, con las cuales se entregan también las hipotéticas reglas del juego, es decir, las que los investigadores han inferido basándose en sus hallazgos.
 
El tablero de Ur es un objeto preciado, no sólo por su valor histórico, sino también por la refinada taracea de piedras duras, madreperla y lapislázuli. Con otros objetos de hechura análoga, documenta el elevado nivel técnico que alcanzó la artesanía sumeria y da testimonio del lujo y de la animada vida cultural de la corte.

Junto con otros tableros de juego, se descubrió en una expedición arqueológica del Museo Británico y de la Universidad de Pennsylvania, que realizó excavaciones en el sur de Iraq entre los años 1920 y 1930, dirigida por el científico Sir Lenard Woolley.


En Egipto y en Chipre, se hallaron otros tableros parecido. Lo cual hace pensar que se trataba de un juego, o de variantes del mismo juego, difundido en las cortes ricas de aquellas antiguas civilizaciones. 

Divagaciones históricas

La sabiduría de Salomón, rey de los hebreos (c.961-c.925 antes de Cristo), había llegado hasta los confines de la Tierra. Su propio nombre probablemente proceda de la raíz Shalom, que en hebreo significa paz. Efectivamente, fue un rey moderado y pacífico, dedicado a administrar justicia y establecer buenas relaciones con todos los pueblos vecinos. La fama que se había merecido no procedía de las victorias logradas en la guerra o de hazañas clamorosas, sino del culto a la inteligencia.
 
Entre los episodios significativos que refleja la Biblia, tenemos la fastuosa visita que le hizo la reina de Saba “que, fue para ponerle a prueba con enigmas”.  Salomón “contestó a todas las preguntas y no hubo misterio que el rey no supiera explicarle”. Según cuentan, la reina de Saba hizo un viaje larguísimo, desde la lejana Etiopía, para conocer en persona a Salomón y probar su inteligencia.

Quizá sea éste el testimonio directo más explícito de la difusión que en el Próximo Oriente tenía la costumbre de ejercitar la inteligencia por medio de enigmas y adivinanzas.

La historia pone en relieve que las primeras civilizaciones humanas surgieron a lo largo de los ríos (Nilo, Tigris-Eufrates, Indo), y que pudieron hacer, desarrollarse y durar largo tiempo sólo gracias a durísimos esfuerzos, porque el agua de los ríos sólo se podía transformar en fuente de vida por medio de una obra de reglamentación minuciosa y continua.

Y, sin embargo, en estas primeras comunidades la dureza de la vida dejaba ya tiempo a los hombres para el juego de la inteligencia. Entre los hallazgos arqueológicos más interesantes hay unos rudimentarios tableros de ajedrez que debían servir para juegos parecidos a las damas y el ajedrez.

No nos apartamos mucho de la veracidad histórica si observamos que, junto a estas primeras formas de juego, también se han afirmado los enigmas y adivinanzas como expresión de inteligencia.

Los antiguos griegos manifestaron, a este respecto, una tendencia especial, un placer toralmente intelectual. Se cuenta que Cratino, un poeta cómico ateniense que vivió en el siglo I a.C., enriquecía las escenas de sus comedias con juegos, anécdotas curiosas y adivinanzas que luego hacía que resolviera el público mismo. Era una ocurrencia original, con la que el poeta intentaba favorecer la participación activa de los atenienses, que, debido a ello, concurrirían masivamente a sus representaciones cómicas. Lástima que sus obras se hayan perdido y con los fragmentos que han quedado, pocos y sin contexto, no es posible reconstruir su contenido.

La diferencia de significado entre enigma y adivinanza se remonta a los antiguos griegos. Entre ellos el enigma era, por lo general, una breve composición en verso, llena de imágenes intencionadamente oscuras, de dobles sentidos, de juegos de palabras, con la que se presentaba un concepto que había que capar y poner en relieve en términos claros y evidentes. El halo de oscuridad y misterio que rodeaba al enigma lo convertía en algo serio, vinculado a la esfera de lo sagrado y de la experiencia religiosa. Las profecías que los oráculos y las Sibilas, se diseminados por todo el Mediterráneo, prodigaba a los hombres que a ellos acudían en busca de solución para problemas existenciales dramáticos o para conocer el futuro eran auténticos enigmas. En las comedias el enigma se solía presentar de forma populachera, burlona, aguda, refiriéndose a objetos y situaciones propios de la experiencia común, a veces incluso licenciosas. Este sentido es el que la tradición da al término de “adivinanzas”.



Un sistema "a la medida del hombre"

El sistema de numeración romano implicaba considerables dificultades para realizar cálculos sencillos, como, por ejemplo, multiplicar 48 x 288.

En un determinado momento de la historia ya no resultaba ventajoso y cuando Leonardo Pisano, apodado el Fibonacci, introdujo en Occidente, en el siglo XIII, el indo-arábigo en base decimal, el sistema de numeración romano se dejó de emplear.

Las razones de su afianzamiento responden a su sencillez; 10 cifras (0,1,2,3,4,5,6,7,8,9) eran suficientes para representar cualquier número. Y ello gracias a su criterio postural en la representación de los números, criterio que fundamentalmente consiste en lo siguiente: la posición de un símbolo en un número indica la cantidad que el símbolo expresa.

Recurriendo a un ejemplo, diremos que en el número 2222 el 2 que ocupa la segunda posición por la derecha indica las decenas, el tercero las centenas, el cuarto (que sería el primero dos de la izquierda) los millares, y así sucesivamente.

En cambio, los sistemas como el romano, en los que lo símbolos tienen siempre el mismo valor, independientemente de su colocación, siguen un criterio aditivo; un símbolo de menor valor que sigue a otro de mayor valor se le suma a éste último, mientras que, si le precede, se le resta; además, un símbolo no se puede repetir más de tres veces y en tal caso, los valores se suman.

Cuando los mercaderes italianos empezaron a llevar sus cuentas empleando el sistema indo-arábigo de base decimal, muchas Comunas se opusieron e impidieron su difusión por ley.

Pero dicho sistema acabó por prevalecer inexorablemente, porque las ventajas que representaba eran irrenunciables, ventajas que no dependían de que se emplearan 10 cifras, sino del hecho que se pasaba de un sistema de índole aditiva a otro postural.



Dolor de rodilla

Llámelo error divino. De las 187 articulaciones que hay en el cuerpo humano, probablemente ninguna de ellas ocasiona tantos sufrimientos como las rodillas.

Ahora que la sociedad en general se ha vuelto más activa, la rodilla, en respuesta, presenta más problemas. No hay que ser un experto para saberlo. Uno de cada tres accidentes automovilísticos afecta las rodillas.

Algunos expertos en el tema opinan que el problema es de diseño o, mejor dicho, de la incapacidad de la rodilla para adaptarse a las nuevas actividades de los seres humanos. Sin lugar a dudas, las rodillas no están adecuadas a los trabajos que se les inflige. Las rodillas no fueron diseñadas para practicar el rugby o el fútbol, sufrir accidentes de automóvil, cumplir las funciones requeridas por un carpintero o un lampista o andar de cuclillas o arrodillarse durante todo el día. Si es usted una de las incontables personas que abusa de las rodillas, a continuación, le ofrecemos unas ideas.

Quítese peso. Uno de los factores que más contribuye a causar problemas de rodillas es el peso del cuerpo humano. Por cada 450 g de exceso de peso, la rodilla sufre un esfuerzo de 6 veces ese sobrepeso.

Tenga cuidado con las rodilleras. Las rodilleras pueden conseguirse en cualquier tienda de deportes, pero los expertos aconsejan dejarlas en las estanterías. Algunas rodilleras están diseñadas para prevenir las lesiones en las rodillas, pero suelen ser muy complejas y muy caras. Las vendas y rodilleras que usted pueda hallar en una tienda de deportes no deben servir más que para recordarle que su rodilla está mal.

Algunos entrenadores deportivos afirman que dichas rodilleras y venda pueden incluso causar más daño.

Pruebe el masaje que calma. Algunas lociones de aceite de gaultheria producen calor, que puede resultar calmante y proporcionar bienestar. Para aumenta el efecto, puede algunas veces cubrirse la rodilla con un plástico y un vendaje después de aplicar la loción. Pero tenga cuidado de no provocar quemaduras o irritaciones en la piel. Las lociones carecen de poder curativo.

Tome una medicación. El ibuprofeno es el mejor analgésico recomendado por los expertos. Reduce la inflamación y calma el dolor sin provocar molestias gástricas como la aspirina. El paracetamol es también un buen analgésico y produce pocos trastornos gástricos, pero es poco efectivo para reducir la inflamación. 


Recientes estudios también han demostrado que el ibuprofeno puede mejorar de manera significativa la movilidad en las lesiones agudas de los ligamentos de la rodilla. En comparación con la aspirina o con el paracetamol, el ibuprofeno es superior.

Las vitaminas

Cuando en 1911 el polaco Funk introdujo el término “vitamina” para definir “algo” presente en la alimentación de los guardianes de la cárcel de Java que les impedía contraer el beriberi como, por el contrario, ocurría con los reclusos, alimentados exclusivamente con arroz perlado, inauguró una época de espléndidos descubrimientos. Al cabo de pocas décadas se habían aislado otros grupos de moléculas orgánicas, hermanadas por el hecho de carecer de valor calórico y, sin embargo, de ser indispensables para el funcionamiento del organismo.

Una clasificación elemental, útil incluso para quien no tenga interés científico sino sólo el sentido común de tratar de mejorar su propia alimentación, es la que distingue las vitaminas liposolubles (solubles en las grasas, como las vitaminas A, D, E y K) de las hidrosolubles (solubles en agua, como la vitamina C y las ocho vitaminas del complejo B).
 
Baste esto para recordarnos que no se debe penalizar exageradamente a grupos enteros de alimentos, como ha ocurrido con la discutida familia de las sustancias grasas. Una drástica y no fundamentada reducción de las grasas alimenticias, como la que se imponen las jóvenes anoréxicas o los ancianos inapetentes y demasiado preocupados por su colesterinemia, puede reducir de forma desmesurada el suministro de vitaminas liposolubles.

El descubrimiento de las vitaminas significó un hito porque desarmó la vieja concepción de “enfermedad”, centrada sólo en la presencia de factores nocivos, tóxicos o microbianos y que no contemplaba la carencia de moléculas protectoras. En honor a la verdad hay que reconocer que la gente de mar ya había intuido el valor protector del zumo de limón contra el escorbuto, hasta el punto de que el Almirantazgo británico en el siglo XVIII garantizaba el suministro de zumo de limón a los marineros a partir de la quinta semana de navegación.


Así pues, las vitaminas asumen una serie de funciones y aunque no suministren directamente energía, muchas de ellas forman parte de sistemas enzimáticos necesarios para liberar la energía de los hidratos de carbono, de las grasas y de las proteínas. Además, también desempeñan un papel en la formación de las hormonas. Así pues, se puede concluir que la propia normalidad de la vida celular está subordinada a un adecuado suministro de vitaminas en la alimentación. Este aporte puede escasear por distintos motivos, sobre todo en los ancianos, ya sea por defectos de absorción, de circulación y de transporte de las vitaminas en el interior de las células. En esta situación, que no es nada rara, se producen carencias funcionales que pueden acentuar un genérico cansancio o reducir la sensación de bienestar, incluso en ausencia de signos clínicos específicos de enfermedad.

El agua y la hechicería


El agua se ha utilizado en los ritos con significados diversos. Las supersticiones relacionadas con ella son muy variadas, y están conectadas con prácticas hechiceras, curanderas, etcétera.

La Biblia menciona el agua en diversos paisajes: Eclesiastés, I,7: Todos los torrentes invernales salen al mar, no obstante, el mar mismo no está lleno. Al lugar para donde salen los torrentes invernales, allí regresan para poder salir”.

Libro de Job, 26,8: “Encierra las aguas en las nubes, y las nubes no se rasgan bajo ellas”; 36,27-8: “Él atrae las gotas de agua y diluye la lluvia en vapores que destilan las nubes, vertiéndola sobre el hombre a raudales”; 38,37: “¿Quién puede contar las nubes con sabiduría, y quién derrama los odres de los cielos?”.

El agua y la hechicería

Sprenger y Krämer explican en el Malleus maleficarum: “Si una mujer introduce una rama en el agua y sacude el agua recogida en ella al aire para causar la lluvia… ha hecho un pacto con el diablo mediante el cual hace este sortilegio como bruja y es el diablo quien trae la lluvia”.

Se decía que introducir una rama en el agua y sacarla al aire era un procedimiento propio de brujas para provocar grandes tormentas y lluvias torrenciales.

Cuando se perseguía a una persona sospechosa de brujería se pensaba que se detendría al tropezarse con un río porque era creencia general que los espíritus no podían cruzar una corriente de agua.

Se creía que había que escupir tres veces en el suelo antes de cruzar una corriente de agua al anochecer para protegerse de los malos espíritus y hechiceros.

El agua como contra hechizo

Se suponía que para contrarrestar el mal agüero había que tirar agua por la puerta, balcón o ventana.

También existía la costumbre de que cuando moría una persona había que arrojar a la calle toda el agua que hubiera en la casa, ya que se creía que los muertos bañaban su alma para purificarse y no querían beberse sus culpas.


Se solía utilizar la llamada agua de alicornio para contrarrestar el mal de ojo. 

Calorías

Si la alimentación sólo fuera un problema de calorías, como creen algunos obsesionados por sus ímprobos esfuerzos para adelgazar, un ordenador, podría sustituir perfectamente a médicos y dietólogos en la elaboración de las dietas. Pero el problema no consiste sólo en adecuar la exacta cantidad de calorías al desgaste energético de una persona.

Para ser sinceros, en un estudio médico, por bien hecho que esté, ni siquiera esta valoración resulta fácil, dado el carácter aproximado de toda estimación de la energía gastada. Ni siquiera las personas más autorizadas están en situación de indicar con precisión los tiempos dedicados a las diversas actividades físicas, desde los paseos hasta la jardinería pasando por la bicicleta y la práctica deportiva, y con mayor razón resulta difícil prescribir la adecuada cantidad y calidad de alimentos. Además, toda dieta siempre debe tener en cuenta los gustos, los hábitos personales y las tradiciones alimenticias. La motivación psicológica contribuye no poco a asumir una dieta y a cumplirla incluso durante largos periodos.

Cualquier esquema dietético debe tener como punto de partida un correcto reparto entre los tres nutrientes fundamentales, hidratos de carbono, grasas y proteínas, según las indicaciones porcentuales elaboradas por los expertos internacionales, a saber: por lo menos el 50-55% de las calorías totales debe proceder de los hidratos de carbono, no más del 30% de las grasas y el restante 15.20% de las proteínas, sin olvidar el valor gratificante de una aportación esporádica procedente de las bebidas alcohólicas (no más del 7-10% del total de las calorías).


Pero esto no es suficiente. En efecto, la alimentación desempeña al mismo tiempo por lo menos tres funciones distintas: la primera es la energética, en el sentido de que proporciona el “carburante” para las incesantes actividades vitales; la segunda es la plástica, con la que responde al desgaste de los tejidos y trabaja en su reconstrucción; finalmente, la tercera es la función protectora, ejercida por sustancias no calóricas presentes en los alimentos, como las vitaminas y los minerales, a las que corresponde la tarea de acelerar las reacciones químicas y de garantizar el cumplimiento de los procesos metabólicos fundamentales. 

El equilibrio interno con el yogur

Las mujeres persas no solo lo consumían, sino que lo utilizaban como cosmético que les permitía borrar las arrugas y las manchas en la piel. Ellas ya sospechaban que se encontraban ante “un gran alimento”, en el sentido más amplio del término.

Este producto derivad de la leche contiene más de 100 millones de microorganismos que nos aportan algún beneficio concreto y que lo hacen especialmente digerible y hacen “que siente bien”. Una de las ventajas que se obtiene al tomarlo es que mantiene la flora intestinal, que tanto daño sufre cuando seguimos un tratamiento farmacológico prolongado a base de antibióticos o también cuando se sufren diarreas continuas.

El tránsito intestinal también mejora, por lo que resulta especialmente bueno para aquellas personas con problemas de estreñimiento. Y nos ayuda a digerir mejor el azúcar de la leche, la lactosa. Por si fuera poco, aporta un granito de arena más para reforzar el sistema inmunitario e, incuso (si el estilo de vida en general es sano), también a prevenir algunos procesos cancerosos.

UNOS DIENTES MAS SANOS. Al igual que ocurre con otros alimentos, el yogur siempre es motivo de estudio. Uno de los últimos, publicado en la prestigiosa revista Journal of Periodontology, asegura que el consumo de yogur previene enfermedades dentales tan serias como la periodontitis. Esta enfermedad no solo tiene consecuencias para la salud bucal (la pérdida de piezas dentales si o se trata) sino también para todo el organismo, ya que puede ocasionar diabetes, enfermedades cardiovasculares o partos prematuros.

La universidad de Tokio aporta otro interesante dato sobre el yogur y la salud bucodental. Según una investigación realizada allí, los niños que toma yogurt al menos cuatro veces a la semana son 22% menos propensos a desarrollar caries. Eso sí, es preferible no decantarse por lo que llevan azúcares añadidos, puesto que entonces no se consigue ese beneficio.

SU RELACION CON EL PESO. Y el nexo entre este producto y el sobrepeso también parece estar claro. Aunque no existe un único alimento capaz de proporcionarnos la silueta que deseamos (sobre todo porque en muchas ocasiones esa imagen está en nuestra mente y no se corresponde con la estructura ósea que la naturaleza nos ha dado), sí hay productos que nos ayudan a mantener un peso saludable, que no es otro que el que nos permita vivir sin enfermar. Y uno de ellos es el yogur.


Desde hace un tiempo se sabe que consumirlo a diario puede contribuir a mantener un perímetro de cintura correcto y a evitar que la grasa se acumule justo ahí.

Labios agrietados

Los labios agrietados dan un nuevo significado a la expresión “sonreír”. Cuando los labios están doloridos, rojos y despellejados, incuso una pequeña mueca puede empeorarlos. No importa que se sienta (y parezca) poco simpático. Así que devuelva el color rosado a sus labios con estos consejos.

PRUEBE UNA SOLUCION BALSÁMICA. La mejor forma de impedir que sus labios se agrieten es evitar el tiempo seco y frío, el principal causante de las lesiones en los labios. Dado que a la mayoría de la gente le resulta poco práctico desplazarse a los trópicos, en su lugar le proponemos que acuda a una farmacia.

Antes de salir al exterior (y lo hará muchas veces), cúbrase los labios con una sustancia balsámica. Debe hacerlo cada vez que coma o beba cualquier cosa o bien cada vez que se moje los labios, ya que ninguna sustancia dura mucho tiempo sobre ellos.

USE UNA CRAMA SOLAR. Recuerde también que el sol quema los labios (en cualquier época del año), de manera que es aconsejable que escoja un producto que tenga un protector solar.

El sol daña los labios y puede causarles sequedad, al igual que en el resto de su piel. El labio más afectado por el sol es el inferior, puesto que es el que más recibe los rayos ultravioletas.

Por ello no debe usarse un bálsamo de labios cualquiera, sino uno que contenga un protector solar.

VITAMINA B. las deficiencias nutricionales, sobre todo las del complejo de la vitamina B y las de hierro, pueden tener un papel importante en la aparición de grietas en los labios.

Así, para asegurar que su aporte sea correcto ingiera un suplemento multivitamínico.


PRUEBE LA CERA DE ABEJAS. La manteca de cacao es uno de los productos más tradicionales y útiles para tratar los labios agrietados. Se presenta en una pequeña lata y contiene entre otras cosas cera de abeja y fenol. No hay ningún otro medicamento de venta libre mejor que éste. 

Los cuchillos y las supersticiones

Todos los instrumentos afilados, cortantes, hirientes, como los cuchillos, desde tiempos remotos han estado relacionados con las heridas, las mutilaciones, los sacrificios rituales, la muerte… Por tanto, éstos tienen carácter negativo para la superstición.
Su conexión con la brujería ha sido muy intensa: desde su utilización para practicas rituales, hasta considerarlos como una de las señales que denotaban la presencia de brujas en un lugar, en forma de cuchillos cruzados clavados en la tierra.

El cuchillo como regalo. Desde muy antiguo se opina que trae mala suerte regalar cuchillos o cualquier otro objeto cortante como cuchillas, tijeras, etcétera, porque cortan el amor y la amistad. Para contrarrestar la mala suerte hay que dar a cambio una moneda, o pinchar muy levemente a la persona que lo recibe.

El cuchillo y la tormenta. Se dice que los cuchillos son objetos peligrosos cuando hay tormenta porque atraen al rayo; por tanto, hay que quitarlos de la mesa y esconderlos.

El cuchillo y la mesa. En la mesa no deben cruzarse en el plato el cuchillo y el tenedor, porque según la tradición popular es presagio de desgracias, aunque de acuerdo con los manuales de urbanidad es simplemente una falta de educación.

Resultado de imagen de imagen de pan pinchado en cuchilloTampoco deben cruzarse dos cuchillos sobre la mesa porque trae mala suerte; para contrarrestarla hay que golpear la mesa tres veces con la punta del mango de cada uno.
Se dice que no hay que dejar un cuchillo sobre la mesa con el filo hacia arriba porque trae mala suerte.

Si se está comiendo no se debe hacer girar el cuchillo, ya que el hacerlo presagia disgustos o desgracias en la familia.


En los aquelarres, las brujas que asistían a ellos nunca utilizaban cuchillos en la mesa por temor a que se entrecruzaran.

El cuchillo y el pan. Se dice que trae mala suerte el ofrecer un trozo de pan pinchado en un cuchillo.

La fruta y los colores

De entrada, precisemos que es una simplificación no verdadera decir que la fruta contiene muchas vitaminas. Un eslogan dietético, muy apreciad por los especialistas de nutrición, sintetizaba en un aforismo la manera de satisfacer las necesidades vitamínicas del organismo: “Comer todos los días algo rojo, algo verde y algo amarillo”.

En realidad, el patrimonio vitamínico de la fruta nuca es completo y varía notablemente de un tipo de fruta a otro. Tras el rojo de una naranja se esconde mucha vitamina C y algo de vitamina PP y de 2. Igual que en el verde limón, que como todos los cítricos abunda en vitamina C, pero no en vitaminas del complejo B. Ni siquiera el amarillo plátano tiene un elevado patrimonio de complejo B o de vitamina A, mientras que los albaricoques se distinguen por su elevadísimo contenido en caroteno, progenitor de la vitamina A, pero poseen una escasa cantidad de vitamina C.
 
Así pues, es necesario atenerse a la vieja y simple regla de alternar la fruta en la mesa según la temporada para lograr en su rotación todo el patrimonio vitamínico mineral que necesita el cuerpo humano. Hubo un tiempo en que las estaciones obligaban de modo natural a cambiar de fruta en los distintos meses del año; hoy, el progreso tecnológico de la industria conservera y de los transportes permiten que dispongamos en nuestras mesas de cualquier tipo de fruta en cualquier momento del año. Los cultivos en invernadero y la importación de fruta exótica de continentes con otros ritmos estacionales permiten satisfacer, incluso con obstinada repetición, el gusto y la preferencia personal hacia determinadas variedades de fruta o de verdura.

Analicemos la importancia de los colores: detrás del rosa melocotón o el rosa albaricoque, pero también en la fruta amarillo-anaranjada, como los caquis y el melón, se esconde una notable riqueza en carotenos por su elevada actividad protovitamínica A y por su presunta o presumible potencialidad defensiva contra los radicales libres y las manifestaciones cancerígenas.


Así pues, la fruta, consumida de forma variada, junto con la verdura, nos proporcionan todas las vitaminas que necesitamos.