Los
sapos no tienen nada que ver con las verrugas. No las causan, no las transmiten,
ni siquiera saben lo que son.
Las
verrugas son tumores benignos que pueden aparecer de forma aislada o en grandes
zonas en cualquier parte del cuerpo. Aunque cada tipo de verruga tiene su
propio nombre, todas ellas están causadas por las variadas formas de virus del
papiloma. Éste engaña de forma magistral al cuerpo y se provee de un
alojamiento protegido: la verruga.
Podemos
afirmar que, en cualquier instante, el 10% de la población tiene verrugas y que
probablemente el 75% de toda la población padecerá alguna en un momento de su
vida. Después del acné, las verrugas son el problema dermatológico más
importante.
Desafortunadamente,
la mayoría de los tratamientos médicos para las verrugas se presentan en forma
de desagradables métodos destructivos, como quemarlas, rasparlas, cortarlas,
congelarlas, inyectarlas o eliminarlas con láser. Estas técnicas pueden, o no,
ser efectivas y en la mayoría de los casos además de ser dolorosas dejan
cicatrices. Por otra parte, las verrugas a menudo vuelven a aparecer, con
independencia del método usado para eliminarlas.
Sabiendo
todo esto, quizá decida probar algunos remedios caseros antes de acercarse a la
consulta del médico. Pero trate de
seguir un consejo: no se lastime con tratamientos para verrugas. Empiece con
medidas simples durante algunas semanas antes de seguir con las más fuertes.
A
menos que se indique lo contrario, los consejos que siguen a continuación se
muestran eficaces para combatir las verrugas comunes y las plantares.
Déjelas. Según una estimación, el
40-50% de las verrugas desaparecen por sí solas al cabo de 2 años, y sobre todo
en los niños.
Las
verrugas permiten la salida constante de virus infecciosos y, sin tratamiento,
pueden crecer o invadir otras zonas del cuerpo. Así, emprenda una acción si sus
verrugas empiezan a multiplicarse.
Llame al equipo A. Se ha obtenido un gran
éxito al aplicar la vitamina A al tratamiento de las verrugas. Tome cápsulas de
20.000 unidades internaciones de vitamina A natural extraída del aceite de
pescado o del aceite de hígado de pescado. Una vez al día, abra una cápsula y
vierta parte del contenido sobre la verruga y frótela. La vitamina A debe
aplicarse sólo en la piel, y de ningún modo tomarlo por vía oral, puesto que en
dosis elevadas puede ser tóxica.
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