Los vampiros (I)

Según la creencia popular, el vampiro es el espectro o cadáver que se alimenta de la sangre de las personas y de los animales para conservar su inmortalidad, ya que la sangre es el vehículo de la vida.

La creencia en los vampiros es remotísima, en los escritos de las más antiguas civilizaciones hallamos vestigios de muertos alimentándose a expensas de los vivos; entre los babilonios, los semitas, en Egipto con el mito de Khu, encontramos referencias al vampirismo.

En el Museo Británico hay una tablilla en la que se relata el descenso de la diosa Isthar (Astarté) a los umbrales de la región infernal, cuando al pedir al guardián que abra las puertas amenaza:

Guardián, abre tu puerta
Abre tu puerta y entraré.
Si no abres la puerta y no puedo entrar
La embestiré, romperé sus barras,
Forzaré sus candados, despedazaré sus dinteles
HARÉ LEVANTAR A LOS MUERTOS
PARA QUE DEVOREN A LOS VIVOS
Daré plena potestad a los muertos sobre los vivos.

En el Libro de los Muertos encontramos múltiples alusiones al regreso de los no muertos.

La superstición pasó de Egipto a Grecia, siendo los magos griegos los iniciadores de la macabra ceremonia de clavar una estaca en el corazón de un cadáver del que se sospechaba que era un vampiro, por hallarse incorrupto y con sangre en los labios.

La creencia se propagó a Roma, y fueron los magos romanos los que por primera vez recomendaron el ajo como defensa contra el vampiro, debido a su fuerte olor.

La leyenda de los vampiros es de carácter universal.

Existen en lugares tan alejados de Europa como China (que tiene muchos puntos de contacto con las leyendas eslavas) o en el archipiélago de la Polinesia con referencia a los tii o almas de los muertos, en la Melanesia, Indonesia, India, y entre las tribus africanas y suramericanas.

Continuará…



Fruto de otoño: la granada

Tomándola en zumo consigues muchísimos antioxidantes. Y ahora un estudio de la Universidad de California asegura que ayuda a combatir la disfunción eréctil.
 
Esta vistosa fruta se cultiva desde la antigüedad, y su zumo sigue siendo popular en numerosos países de mundo; no en vano en Oriente se considera símbolo de amor y fertilidad.

Células protegidas. La granada posee unas sustancias que se llaman flavonoides y que tienen una elevada acción antioxidante; gracias a ellos se combate la oxidación y el daño celular causado por los radicales libres. Por lo tanto, incluir esta fruta en nuestros menús puede resultar de ayuda para disminuir el riesgo de sufrir alteraciones cardiovasculares y prevenir enfermedades tan serias como el cáncer. Otro factor que se suma a sus beneficios sobre el sistema cardiovascular es su contenido en potasio, pues su riqueza en este mineral ayuda a reducir la tensión arterial, lo cual también beneficia a tu corazón.

Ayuda a perder peso. No hay que olvidar tampoco que la granada aporta una destacable cantidad de vitamina A y de taninos. Estos últimos se encuentran en las membranas de color blanco que separan sus granos y tienen propiedades astringentes y antiinflamatorias. De ahí que el consumo de esta fruta combata las diarreas y ayude a evitar los cólicos intestinales.

Además, se trata de un alimento muy ligero, con una elevada proporción de agua y con un contenido escaso en grasas. Eso, unido a que tampoco es una fruta excesivamente cargada de azúcares, hace que aporte pocas calorías y se pueda tomar sin remordimientos. Otra de las propiedades que la convierten en un alimento saludable es su composición mineral. La granada es rica en calcio, fósforo y potasio. Precisamente gracias a su riqueza en potasio presenta propiedades diuréticas, lo que la indica en aquellas personas que retienen líquidos o que están siguiendo un plan de adelgazamiento.

Desprender los granos con facilidad. Un truco para facilitar esta tarea es dividirla por la mitad, presionar un poco par que los granos se aflojen y golpearla con el mazo de un mortero mientras se va girando. Si no te gusta el sabor amargo, un consejo es eliminar la membrana blanca que rodea sus granos, ya que ahí se concentran los taninos, responsables de su amargo sabor.
    
                                        


La figura de cera

El remoto origen de la figura de cera como representación de la persona a quien se quiere dañar sigue manteniendo en la actualidad toda su vigencia en las prácticas contemporáneas de hechicería. Y aunque nos parece mentira, constantemente oímos hablar de este sistema empleado para hacer daño e incluso lograr la muerte de la persona objeto de este maleficio.

Horacio en las Sátiras, escribe: “Así como la llama fue creciendo e incrementando su tamaño, la figura de cera fue disminuyendo y decreciendo. Es obra de los brujos y sus tenebrosos hechizos”.

Ovidio, en las Heroidas, dice:” Medea lanzó su maldición sobre el ausente, moldeó su figura en cera, y en su miserable corazón introdujo la fina aguja…”.

Sprenger y Krämer en el Melleus maleficarum manifiestan: “Cuando una bruja hace una figura de cera… para hechizar a alguna persona… y daña la imagen, pinchándola o dañándola de cualquier otra forma, dañando en su imaginación a la persona hechizada, atribuyéndose merecidamente este daño a la bruja…”.

El ritual se realiza de la siguiente forma: cuando una bruja deseaba hacer daño a alguna persona, acompañada de las demás brujas hacían una figura de cera que era bautizada por el diablo con el nombre de la persona que se deseaba dañar, le clavaban alfileres y la ponían encima del fuego; cuando la cera se derretía la persona representada iba cayendo enferma sintiendo un gran dolor, con la sensación de alfileres clavados en su cuerpo.


Se dice que para hacer daño a alguien se pueden utilizar, además de las tradicionales figuras de cera, las hechas con barro, madera, trapo, etc., a las que se incorpora algún elemento personal de quien se quiere hacer daño (cortes de uñas, pelo…). A estas figuras se les clavan alfileres en diversas partes para infligir dolor a la persona objeto de la maldición en las mismas zonas del cuerpo en que ha sido pinchado en imagen.

Campaña de vacunación contra la gripe

¿Cómo puede distinguir un resfriado de una gripe?

No es una adivinanza. O tal vez sí, Aunque existen similitudes entre ambas enfermedades y en sus tratamientos, son causadas por microorganismos distintos. El resfriado puede durar más tiempo, pero la gripe puede ser más molesta. A continuación, exponemos los síntomas más comunes y las diferencias entre ellos, dependiendo del causante.

Fiebre. Es característica de la gripe y sobreviene de repente; en el resfriado es rara.

Dolor de cabeza. Es un síntoma predominante en la gripe; pero raro en el resfriado.

Dolores generales. En la gripe son normales y, por lo común, intensos; en los resfriados son leves.

Fatiga. En la gripe es extrema y puede durar 2 o 3 semanas; en el resfriado es leve.

Goteo de la nariz. A veces presente en la gripe; es constante en el resfriado.

Dolor de garganta. Generalmente acompaña a la gripe; es común en los resfriados.

Tos. Es común en la gripe y puede ser intensa; en el resfriado es moderada y seca.

Burle al virus de la gripe

La inmunidad individual y el tipo particular del virus de la gripe que circula en un año determinado son los factores principales que determinan si usted padecerá o no la gripe. Sin embargo, hay algunos pasos que usted puede seguir para reducir su sensibilidad al virus.
                                    

Dese una inyección para la gripe. Cada año, los científicos desarrollan una vacuna contra el tipo de virus que estiman será responsable ese año de la mayoría de casos de gripe. Por lo tanto, lo mejor que puede hacer para protegerse es vacunarse en otoño o al comienzo del invierno. Los médicos recomiendan que se vacunen especialmente los ancianos que viven en residencias, las personas que padecen afecciones crónicas, por ejemplo, cardíacas o pulmonares toda la gente mayor de 65 años y todo el personal médico. En los casos en los que la vacuna no previene la gripe, al menos disminuye considerablemente su gravedad

La verdad del resfriado

¿Tiene un resfriado persistente y le gustaría saber quién es el culpable? Los especialistas nos exponen a continuación los principales hechos erróneamente incriminados.

Compartir comidas o bebidas con una persona resfriada
Besar a una Persona resfriada
No protegerse frente al resfriado
Permanecer expuesto a una corriente de aire
Salir al exterior con la cabeza mojada

El verdadero responsable es, por supuesto, un virus que se transmite por el aire. El contagio puede producirse cuando alguien resfriado estornuda o se suena de forma descuidada, diseminando el virus por el aire.

Lo peor es que no existe curación alguna. Los antibióticos, campeones en dejar fuera de combate a las infecciones bacterianas, son ineficaces contra los virus del resfriado.

Sin embargo, es posible reducir el malestar causado por el resfriado. Algunos remedios pueden, incluso, hacer que el resfriado se cure con más rapidez.

Tome vitamina C. Actúa como basurero, recogiendo toda clase de desechos, incluyendo los virus. Puede acortar la duración de un resfriado de 7 días a 2 o 3.
 
Puede también eliminar síntomas como la os, los estornudos y otros.

A corto plazo, dosis elevadas de esta vitamina no producen efectos secundarios. No obstante, debe consultar a su médico antes de iniciar cualquier suplemento de vitamina C. Mejor aún, tome de forma simple su dosis de vitamina C bebiendo zumos de naranja, de pomelo o de arándanos, puesto que son frutos muy ricos en esta vitamina y sobre todo coma pimientos rojos asados.

Sea positivo. Una actitud positiva sobre la capacidad de su cuerpo para curarse a sí mismo puede movilizar el sistema inmunológico. Algunos especialistas recomiendan las técnicas de visualización para combatir el resfriado. Después de haberse relajado profundamente, imagine un tornado blanco que limpia sus abarrotados senos o a una armada de personal de la limpieza con cubos llenos de desinfectante limpiando los gérmenes.


Beba sopa de pollo. Esta vieja receta popular es ahora un remedio demostrado. Una sopa de pollo le ayudará a descongestionar las vías nasales. Ya sea por el aroma o por el sabor, lo cierto es que la sopa de pollo contiene, al parecer, una sustancia que aumenta la eliminación de la mucosidad nasal. Esta secreción (que aparece cuando se suena la nariz o estornuda) constituye la primera línea de defensa para eliminar los gérmenes de su organismo

Una verdura que no nos puede faltar en la mesa: los pimientos

En ensalada, asados, fritos, escalibados o rellenos. El pimiento es un sabroso, nutritivo y económico alimento que no debería faltar en su mesa.

Es uno de los alimentos más ricos en vitamina C (el rojo más que el verde), tanto que incluso supera a los cítricos. Además, cabe destacar su aporte de provitamina A (beta caroteno y criptoxantina), folatos y vitamina E. El consumo habitual de pimientos se asocia con un menos riesgo de infarto, precisamente por el aporte de criptoxantina. Los pimientos rojos son los más ricos en nutrientes porque han alcanzado su grado de maduración y, como los tomates, contienen licopeno anticancerígeno.

Mejor asado que frito. Además de lo ya destacado, los pimientos son antioxidantes y se considera que ayuda a prevenir la aparición de tumores, a retrasar el envejecimiento celular, a mejorar la circulación venosa. Resultan diuréticos y ayudan a mantener el peso y los niveles de glucosa en sangre cuando se sufre diabetes.

Tienen también un alto contenido en fibra vegetal, pigmentos y minerales. Es mejor consumirlo asado o crudo, ya que al freírlo (una de las preparaciones preferidas de los españoles) aumentan considerablemente sus calorías.


Del invernadero a tu mesa. La temporada natural del pimiento es de verano a otoño, pero los puedes encontrar todo el año gracias al cultivo en invernaderos. Hay que seleccionar los ejemplares carnosos, duros, pesados en proporción a su tamaño, muy firmes, de color brillante, piel lisa, lustrosa y sin golpes ni magulladuras. Una vez en casa, pueden durar hasta 15 días.

Todos los días un poco de rojo, de verde y de amarillo

En los últimos años, la vieja dietología, siempre dispuesta a prohibir algo o a amenazar con peligros inmediatos, ha cambiado de táctica y ha comenzado a expresarse también de manera positiva. En todos los alimentos coexisten aspectos dietéticos útiles o discutibles, pero de algunos, como las verduras o la fruta, los estudios hablan de un modo totalmente favorable, más allá de la exaltación ideológica que domina a los vegetarianos más intransigentes. Se trata de una auténtica exhortación por parte de la comunidad científica a elegir libremente, todos los días y varias veces al día, verduras, pero no siempre y sólo la habitual lechuga. Sena bienvenidos la coliflor, el brócoli, el repollo, la berza…, siempre que sus hojas no estén demasiado amarillas y ajadas, lo cual es señal inequívoca de una gran pérdida de frescura y, por tanto, de vitamina C.

Las económicas y apreciadas coles han acabado por atraer la atención, después de la de los gastrónomos, también de los nutricionistas, y por virtudes nada desdeñable, visto que distintas encuestas epidemiológicas han reconocido, un genérico efecto “protector” contra los procesos de envejecimiento celular y de degeneración cancerosa.

Procedente de laboratorios y congresos, el término “antioxidantes” y el todavía más misterioso concepto de “radicales libres” se están infiltrando entre los medios de comunicación para sustituir, como argumento de moda, la ya obsoleta cuestión de las dietas adelgazantes.

No es fácil explicar en términos comprensibles la cuestión de los radicales libres y de los antioxidantes, pero, podemos decir que a lo largo de los procesos de transformación energética de manera inevitable se crean escorias metabólicas; esto es, materiales que si no son alejados o desactivados pueden dañar al propio ambiente de elaboración o apresurar su decadencia natural o su susceptibilidad hacia las agresiones patológicas a las que las células están expuestas continuamente. Afortunadamente para nosotros, las células disponen de sistemas antioxidantes propios, capaces de neutralizar estos “radicales libres”, pero puede suceder que la producción d escorias supere la momentánea disponibilidad de sustancias protectoras y desactivadoras.

Un buen régimen dietético, variado y equilibrado, rico en verduras y frutas, desde luego es capaz de potenciar nuestro sistema antioxidante, mientras que una alimentación desequilibrada puede sobrecargarlo. A la objeción de que la cocción de las verduras puede dañar este patrimonio, se puede responder que, si bien las altas temperaturas desactivan gran parte de la vitamina C, mantienen intactos la fibra y los valiosos carotenos.

Así pues, vía libre a las verduras y, en particular, a la familia de las crucíferas (a la que pertenecen la col y el brócoli), por lo menos para quien no se desaliente ante el especial aroma que invade la cocina (la olla a presión puede atenuar este inconveniente) y también para quien tenga cualquier problema digestivo, siempre a condición de que las coles no estén fritas ni rebozadas.






El aceite de oliva

Resultado de imagen de imagenes de aceite de olivaProtege contra el cáncer, fortalece el corazón, previene el estreñimiento, suaviza la piel… No hay alimento más sano, versátil y mediterráneo que el aceite de oliva.

Es casi tan antiguo como la Humanidad y, sin embargo, cada vez que los científicos lo estudian nos sigue sorprendiendo con nuevos beneficios para la salud. Por todo ello, el aceite de oliva es considerado por muchos uno de los alimentos más sanos que existen y todos los expertos coinciden en que debe ser la fuente principal de grasa dentro de una dieta saludable.

Corazón sano y arterias limpias. El aceite de oliva es una extraordinaria fuente de ácidos grasos mono insaturado, en particular de ácido oleico, que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares ya que aumenta los niveles en sangre del HDL, el llamado “colesterol bueno”. Además, tomarlo puede frenar el proceso inflamatorio de las arterias, según un estudio realizado por investigadores cordobeses y publicado recientemente en la revista médica BioMed Central Genomics, gracias a la capacidad antioxidante de sus compuestos fenólicos.
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Rejuvenece las células. Durante las últimas décadas son muchos los estudios que han demostrado cómo los componentes del aceite de oliva ayudan a proteger al organismo frente a varios tipos de cáncer, como el de colon o el de mama (los más frecuentes a partir de los 50 años). En cuanto al cáncer de mama, que afecta a un 20% de las mujeres españolas, un nutrido grupo de biólogos y oncólogos junto con la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español han puesto en marcha una serie de ensayos clínicos que pretenden demostrar, en un plazo de cinco años, que una ingesta moderada de aceite de oliva virgen permite frenar la progresión del tumor.

Entre los principales componentes del aceite de oliva con mayor poder protector se encuentra los poli fenoles, en especial los conocidos como lignanos y secoiridoides, que tienen la propiedad de evitar que las células se vuelvan anómalas. Para beneficiarse de esta virtud es condición imprescindible que sea aceite de oliva virgen extra, ya que si está refinado pierde parte de los fenoles, unos compuestos de la familia de los poli fenoles que también contienen el vino y el té verde, aunque en cantidades mucho menores.


El mejor para cocinar. Aunque en muchos hogares se tiende a sustituirlo por otros más económicos, como el de girasol o el de maíz, el aceite de oliva es el más recomendable para cocinar, sobre todo para freír, ya que resiste mejor las altas temperaturas sin descomponerse ni segregar sustancias dañinas al calentarse. Recuerda que no conviene mezclarlo con otros aceites ni reutilizarlo más de 2 o 3 veces.

Se puede hacer aceite de oliva virgen artesanalmente, para ello hay que recoger las aceitunas manualmente o con una vara. En la industria se hace por sistema de vibración con una máquina especial.

Luego debemos de limpiar las aceitunas de restos de hojas pues si se utilizaran darían mucha acidez al aceite. Para limpiarlas debemos de hacerlas pasar por un recipiente que cuele las aceitunas dejando las hojas aparte. Tenemos que tener en cuenta que cuando cogemos las aceitunas del suelo puede que capturemos también piedras pequeñas, es importante hacerlas desaparecer ya que podrían estropear las cuchillas que tienen el molino. Un pequeño truco es poner en agua las aceitunas y así estas flotan mientras que las piedras quedan en el fondo.

En un pequeño molino que tiene un motor se hace la molienda de las aceitunas. Este molino tiene un tornillo que va empujando las aceitunas hasta el triturador. Luego salen ya aplastadas por un agujero. Con ello se obtiene una pasta de pulpa, aceite, agua y el hueso.

Esta pasta se bate para que el aceite se desprenda de la masa. Hay dos formas de hacerlo una en frio y otra utilizando calor.

Si lo hacemos al calor, la temperatura no superará los 40 grados C. También se puede hacer echando la masa en una olla y se calienta con gas a la vez que con una batidora molemos la masa.

Cuando llevemos un tiempo se verá flotando el aceite que se habrá separado de la pasta.

El proceso en frio es el mismo que el anterior, pero sin el calor, esto hará que el aceite sea de mejor calidad. El tiempo que tendremos que batir es de 50 a 60 minutos.

Hay varios tipos de aceite de oliva que se clasifican según su color, olor y sabor. Los aceites que se comercializan son los siguientes:

Resultado de imagen de imagenes de aceite de olivaEl de Oliva Virgen extra
El de Oliva Virgen
El de Oliva
Y el aceite de Orujo de Oliva

El aceite de oliva virgen extra es el de la mejor calidad, pues no llevan aditivos, ni conservantes y tienen una acidez inferior al 0,8%.

El aceite de oliva virgen no tiene tampoco conservantes ni aditivos, pero su acidez será de menos del 2%.

El aceite de oliva es de inferior calidad pues es mezcla de otros aceites refinados y puede tener una acidez superior al 2%


El aceite de orujo de oliva es de menor calidad, aunque apto para consumirlo, pues es la mezcla de aceite de orujo refinado y aceite de oliva virgen.

Mantequilla versus margarina

Recientemente, una de las más prestigiosas revistas médicas, la New England Journal of Medicine, ha publicado una noticia que desde luego no puede sorprender ni a los pocos médicos especialistas en ciencia de la alimentación ni a cualquiera que se ocupe seriamente de la nutrición humana: la margarina puede provocar más problemas que la temidísima mantequilla. El artículo publicaba los resultados de un estudio sobre las relaciones entre grasas alimenticias y riesgo cardiovascular en una muestra de 80.023 mujeres, controladas durante 14 años. Los autores subrayaban el mayor riesgo cardiovascular que representan determinadas grasas (“trans”), y a este respecto alertaban a las personas con riesgo de infarto para que no sustituyesen la mantequilla por la margarina, dado que los procesos químicos necesarios para transformar las grasas vegetales (fluidas) en margarina implican la formación de grasas “trans”.
                          
Debemos reconocer que afortunadamente las modernas margarinas vegetales ni siquiera tienen un parentesco lejano con aquellas primitivas margarinas (un menjunje obtenido con restos de grasas animales, aceites de semillas, leche y varios aromatizantes) a la que en 1870 se le concedió el primer premio en un concurso convocado por Napoleón III para sustituir la mantequilla por un producto más económico. Sin embargo, a pesar de su clarísimo origen vegetal, la moderna margarina también ha levantado las sospechas de muchos nutricionistas, que han puesto reservas a la tendencia a ocupar el lugar de la mantequilla, aunque sólo sea porque determinados aceites tropicales ocultan baja la etiqueta “vegetal” tres ácidos grasos (laurico, mirístico y palmítico) más peligrosos para nuestras arterias que los ácidos grasos de cadena corta de la mantequilla.

No es casual que en los años ochenta (en aquella época las agencias de prensa todavía no prestaban atención a las revistas médicas y algunas noticias no llegaba a los medios de comunicación) pareciera en el Journal of the Royal Society of Medicine una editorial contracorriente que llevaba por título “Why blame butter?”, o sea, “¿Por qué culpar a la mantequilla?”. El autor del artículo no era el único que se preguntaba la razón de tanto ensañamiento contra ese antiquísimo producto natural, ensañamiento basado únicamente en sospechas que el avance de los estudios epidemiológicos demostró exageradas, ya que se centraban en un solo alimento y no en la cantidad y la calidad de las grasas utilizadas cotidianamente.

Los consumidores deben saber que las sociedades científicas competentes coinciden en el hecho de que cualquier individuo, puede y debe comer un total de grasas no superiores al 30% de las calorías totales, incluida una parte de ácidos grasos saturados.

Así pues, no es de esperar ningún problema metabólico en quien haya mantenido la sabrosa costumbre de desayunar pan, mantequilla y mermelada (previendo así esa hipoglucemia que a media mañana nos obliga a tomar algunos pinchos o tapas en el bar, mucho más censurables) o en quien guste de comer un plato de arroz con mantequilla o de cenar un plato de queso. Lo importante es que no coincidan las tres opciones en el mismo día.

Así que, si quieres cambiar la mantequilla por otro alimento, hazlo por nuestro increíble aceite de oliva virgen extra. 

Todos sabemos que tanto la mantequilla como la margarina necesitan que los humanos los transformemos para poder elaborarse. La margarina está hecha a partir de aceites vegetales y sin embargo la mantequilla se hace a partir de grasa de la leche.

Muchísimos de los alimentos que comemos diariamente han tenido que pasar por un proceso que los transforma, así ocurre con el yogur, ya que para hacerlo hay que procesar la leche.

Por ello siempre nos parece más naturales los alimentos que tienen un origen más cercano y nos parecen naturales, como ocurre con la mantequilla al proceder de la leche. Además, son productos que en el pasado eran elaborados en los hogares, como por ejemplo el queso, el yogur o la mantequilla.

Pero no es el caso de las margarinas que se elaboran con aceites vegetales y por ello contienen los grandes beneficios de estos.

Todos los alimentos deben tener cabida en una alimentación equilibrada y variada, lo importante es la variación y la moderación con la que se toma cada uno de los alimentos, y sobre todo en nuestra alimentación diaria debe de haber legumbres, frutas, cereales integrales y verduras.

Hay muchos estudios que indican que las grasas saturadas aumentan el colesterol y que comer grasas insaturadas sustituyendo a las saturadas reducen el colesterol.

Cuando cambiamos la mantequilla por la margarina, controlamos nuestro colesterol, pero no olvidemos que es mucho más dañino para nuestro organismo comer productos ricos en azucares refinados, bollería industrial y bebidas gaseosas y espirituosas que contienen grandes cantidades de azucares.

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La OMS lleva tiempo recomendando la disminución de los azúcares libres, como prevención de las enfermedades no transmisibles, para ello recomiendan a todos los países que los impuestos sobre las bebidas con azúcar aumenten por lo menos un 25%, para reducir el consumo y así disminuir la obesidad, las caries dentales y la diabetes de tipo 2.

La OMS no hace las leyes, pero lleva mucho tiempo dando consejos y dando toques de atención.  Lo dijeron al decir que la obesidad es la epidemia de nuestro siglo.

Para ellos debe de haber una buena educación tanto sanitaria como en las escuelas y en las familias, y prohibir los anuncios publicitarios de bebidas espirituosas. No olvidemos que el azúcar bebido no lo percibimos tan dañino como cuando lo comemos, pero no es así.


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Asimismo, aconseja que las frutas y las verduras se abaraten para que sean más consumidas, por todos los sectores de la población mundial.

La temida serpiente

Resultado de imagen de imagenes de serpientesLa serpiente es un reptil del orden de los ofidios que la humanidad ha temido siempre, aunque actualmente se ha rehabilitado este animal por sus propiedades terapéuticas, ya que, por ejemplo, el veneno de cobra se utiliza para combatir las enfermedades cardíacas.

Las supersticiones relacionadas con la serpiente son de signo negativo, menos las relacionadas con sus poderes curativos.

El origen de esta superstición se encuentra en la Biblia, en el Génesis, 3, I-I4: “Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yahvé Dios, dijo a la mujer: “¿Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?”. Y respondió la mujer a la serpiente: “Del fruto de los árboles del Paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del Paraíso nos ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir”. Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”. (…) Dijo luego Yahvé Dios a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados, y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo. Éste te aplastara la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.

En la iconografía religiosa siempre se ha representado a la Virgen María pisando la cabeza de la serpiente, ya que ésta es el emblema del mal y del pecado.

La culebra y la salud. Se decía que una piel de culebra o serpiente llevada por una parturienta facilita el parto; y también que colocar pieles de estos animales en los gorros o sombreros era un remedio contra el dolor de cabeza.

Se creía que la piel de estos reptiles servía, por ejemplo, para curar las heridas causadas al clavarse los pinchos de un espino; había que ponerla sobre la parte dolorida, ya que de eta forma el pincho, según se creía, salía por sí mismo.

Resultado de imagen de imagenes de culebrasLa culebra y la hechicería. En el siglo XVI explotó la creencia de que para obtener el favor de príncipes y grandes señores era necesario poseer polvos de ceniza que resultaran de quemar una culebra vieja en luna llena.


Para hacer conjuros a fin de que una mujer fuera perdiendo la salud se echaba un cabello de ésta con raíz en una jofaina, y después se arrojaba a tierra. Al cabo del tiempo se convertía en una culebrita, y a medida que el animal iba creciendo, la mujer a quien pertenecía el cabello iba desfalleciendo.
                 

Se cree que el mal agüero el mentar u oír nombrar la culebra, y el conjuro para remediar la mala suerte en nombrar al "lagarto" una sola vez.

Y en realidad, sabemos la diferencia que hay entre la culebra, la serpiente y la víbora. Yo creo que en muchas ocasiones utilizamos la misma palabra para indicar a las serpientes cuando en realidad hay ciertas diferencias entre cada una de ellas.

Empecemos por las serpientes, estas son un suborden de los reptiles. Estos vistosos animales carecen de patas, suelen ser en forma de cilindros alargados y están cubiertos de escamas.

Las serpientes se dividen en “culebras” que son una familia de serpientes y que pueden llegar a ser mil ochocientas especies diferentes, parece mentira, pero existen. El tamaño de las culebras suele ser de entre 18 y 27 centímetros. La cabeza de las culebras está cubierta de escamas muy grandes. Las culebras son de tierra, aunque hay que decir que existen algunas que son acuáticas, otras excavadoras y algunas anfibias.

Las culebras son una familia con el mayor número de especies y géneros ya que durante años y años han sido como el cajón donde se acogían las especies que no estaban clasificadas.

Por ello muchos de nosotros y por error conocemos a las culebras como las serpientes que no son venenosas o hay países que, dentro de su idioma, utilizan culebra como sinónimo de serpiente.

Imagen de una serpiente atacandoLas víboras, sin embargo, es una subfamilia de la serpiente. Las víboras se caracterizan por ser venenosas y cuentan con largos colmillos muy afilados.

Las víboras tienen una cabeza triangular y son muy veloces cuando se ponen en posición de ataque, por lo que esto las hace ser un enemigo en ocasiones muy mortal.

Pero es curioso como hay gente que adopta serpientes como si fuera una mascota más. Estas personas tienen que saber que los reptiles necesitan cuidados constantes, concretos e incluso imprescindibles.

Asimismo, hay que tener en cuenta que clase de serpiente, culebra o víbora recogemos en nuestro terráqueo, pues podrían ser peligrosas para nuestras familias o para nosotros mismos.

Y no olvidemos que como todos los reptiles son de sangre fría por lo que toman su temperatura del medio ambiente, es decir, están calientes si el medio lo está y están frías cuando la temperatura ambiente es frio.


Estos animales son mucho más activos cuando el ambiente es caliente y pasivos en ambientes fríos. Así que en el terrario donde lo tengamos tendremos que disponer de algún tipo de calefacción con termostato que envuelva a estos animales a la temperatura adecuada según su especie y su hábitat normal similar al que tenían en libertad.

                                            

Valorarnos a nosotros mismos

Algunos poseen el talento y el impulso para lograr mucho, a pesar de poseer una auto imagen pobre: por ejemplo, el adicto al trabajo altamente productivo que se siente impulsado a probar sus méritos a, digamos, un padre que predijo que no llegaría a nada. Pero sí significa que seremos menos eficaces de lo que podemos llegar a ser, y significa que nos veremos impedidos de gozar de nuestros logros. Nada de lo que hagamos nos parecerá “suficiente”.
                           
Si tenemos confianza objetiva en nuestra mente y valor, si nos sentimos seguros de nosotros mismos, es probable que pensemos que el mundo está abierto para nosotros y que respondemos apropiadamente a los desafíos y oportunidades. La autoestima fortalece, da energía, motiva. Nos impulsa a alcanzar logros y nos permite complacernos y enorgullecernos de nuestros logros: experimentar satisfacción.

En medio de su entusiasmo, algunos autores parecen sugerir que lo único que necesitamos para asegurar la felicidad y el éxito es un sentido positivo de auto valía. El tema es más complejo.

Tenemos más de una necesidad y no hay una solución única a todos los problemas de nuestra existencia. Un sentido bien desarrollado del uno mismo es una condición necesaria pero no suficiente para nuestro bienestar. Su presencia no garantiza satisfacción, pero su falta produce indefectiblemente algún grado de ansiedad, frustración, desesperación.

La autoestima se proclama como necesidad en virtud de que su ausencia (relativa) traba nuestra capacidad para funcionar. Por eso decimos que tiene valor de supervivencia.


Y nunca más que hoy. Hemos llegado a un momento de la historia en que la autoestima, que siempre ha sido una necesidad psicológica sumamente importante, se ha convertido también en una necesidad económica de la misma importancia, atributo imperativo para adaptarnos a un mundo cada vez más complejo, competitivo y lleno de desafíos.

Alimento sano: el chocolate

Es uno de los placeres gastronómicos con más seguidores, sin distinción de sexo ni edad. Los últimos estudios apuntan que, tomando con moderación, es muy sano.
 
Pero, además de satisfacer nuestros sentidos, el chocolate es un alimento que, si se toma sin abusar, aporta minerales, antioxidantes y sustancias que contribuyen a mejorar la salud, e incluso pueden ayudar a levantar el ánimo.

Refuerza tu corazón. Estudios recientes sugieren que tomar 6,5 g de chocolate negro al día (lo que equivale a menos de media onza) ayuda a prevenir las dolencias cardiovasculares, debido a su efecto reductor de la inflamación de las arterias. Por otra parte, algunas investigaciones han demostrado también que algunos de los componentes del cacao contribuyen a reducir la presión arterial. Además, el cacao aporta vitamina E, de efecto antioxidante, que beneficia al sistema circulatorio. Aporta, asimismo, vitaminas del grupo B, como tiamina (B1) y roboflavina (B3).

Por todo ello, podría ejercer un efecto preventivo sobre los trastornos cardiovasculares. No obstante, hay que tener en cuenta que esto será así siempre y cuando el chocolate tenga una alta proporción de cacao, entre 65-70%.

¿Cuál te conviene? Pese a sus virtudes, el chocolate es bastante calórico debido a su elevada proporción de hidratos de carbono y grasas, lo que lo hace poco aconsejable para personas con tendencia a la obesidad o sedentarias. No obstante, hay que distinguir entre el chocolate negro, con alta concentración de cacao (por encima de 70%) y otras variedades que encontramos en el mercado a los que se añaden azúcares, aceites vegetales, leche en polvo, frutos secos, etc. Estos componentes no solo reducen el contenido de cacao, sino que también multiplican su aporte calórico y también su contenido graso (hasta tres veces más que el polvo de cacao original).

Veamos unos ejemplos de los distintos tipos de chocolate:

Blanco: Elaborado con leche en polvo, azúcar y esencia de vainilla. Lógicamente, todo ello aumenta su valor calórico.

Con leche: Se le añade una cantidad variable de leche en polvo.

Con almendras o avellanas: Al ser dos alimentos muy energéticos y sumar sus calorías, conviene no asociarlos.


Bombones: Algunos contienen relleno a base de licores, mermeladas o frutos secos, por lo que también son muy calóricos.

Calmante natural: la lechuga

Ligera y refrescante, si la incluyes en tus cenas te ayudará a relajarte y a conciliar mejor el sueño.

No solo aporta vitamina A, C, B1, B6 y ácido fólico en abundancia; también es fuente importante de minerales como el calcio.
Su pequeño aporte de hidratos de carbono es de absorción lenta por lo que es un alimento adecuado para las personas diabéticas y aquellas con problemas de regulación de los niveles de glucosa en sangre.

Ideal para perder peso.

Es un alimento ideal si estás siguiendo una dieta para perder peso, puesto que aporta poquísimas calorías y tiene un gran poder saciaste.

Al parecer, también ayuda a conciliar el sueño y actúa como analgesia suave frente al dolor.

Estudios realizados apuntan a que la lechuga puede ayudar, incluso a prevenir el cáncer de estómago.

Como prepararla y que no pierda vitaminas.

Puedes consumir esta hortaliza en cualquier época del año, puesto que alguna de sus distintas variedades siempre está disponible en el mercado. Las de primavera y verano suelen ser más ricas en nutrientes que las de otoño e invierno, debido a las vitaminas que le aporta el sol. Conviene escoger las de tonalidades más oscuras, ya que éstas son más nutritivas. Es preferible que no la dejes en remojo (sí lavarla bajo el grifo) y aliñarla justo antes de servir. Aunque lo habitual es tomarla cruda en ensalada, también puede hacerse cocida, como guarnición de carnes.

Ayuda a calmar los nervios


Por sus propiedades calmantes, es efectiva contra las palpitaciones y el insomnio. Tómala en ensalada y con frutos secos que, al contener magnesio, disminuyen el estrés. 

Importante saber. La lechuga no se debe cortar con un cuchillo, mejor hacerlo con las manos, pues de hacerlo con esta herramienta contamos los filamentos por lo que se favorece a una oxidación rápida y así se pierde ciertas propiedades nutritivas y cambia su sabor. Ya se venden utensilios especiales para cortarlas.



Urticaria

La urticaria es una reacción de la piel a una alergia, un agente irritante, el estrés y las emociones. Unas células especiales comienzan a liberar histamina, sustancia que provoca el paso de líquido desde los vasos sanguíneos en las capas más profundas de la piel. El resultado es la aparición de ronchas que provocan un intenso picor. Éstas suelen desaparecer en minutos, horas o, a lo sumo, en un par de días. Pero mientras tanto usted no quiere estar todo hinchado y rascarse en público.
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Aquí le brindamos unos cuantos consejos para aliviar el picor y la hinchazón. Al igual que muchos remedios, lo que resulta para algunos no resulta para otros, de manera que se le recomienda que experimente y llegue a sus propias conclusiones.

Remedios naturales. Para los que estén deseosos de intentar algo diferente, he aquí algunas alternativas.

Beba té. Si usted sospecha que los problemas emocionales le están causando la urticaria y desea evitar la ingestión de medicamentos sintéticos como los antihistamínicos, puede intentar con una infusión de hierba, que es buena como tranquilizante para los nervios. Se recomienda el té de granadilla o de menta. Otros tés sedativos son de manzanilla y valeriana.

Haga una cataplasma o una pasta. Los herboristas a menudo recomiendan cataplasmas con distintos productos, por ejemplo, hojas trituradas de álsine (pica gallina o pamplina) para evitar el escozor de la piel. Algunas personas hacen una pasa con agua y crema tártara y la aplican sobre las ronchas, sustituyéndola cuando se seca.

Practique la acupresión. Masajee profundamente el punto del trapecio (músculo entre el cuello y el hombro) situado en la mitad de su longitud. Si no siente dolor es que no ha localizado exactamente el punto.

Si los remedios naturales no le sirven Utilice antihistamínicos. Los antihistamínicos de venta libre son la mejor opción. Pueden emplearse los que se utilizan para el resfriado y la fiebre del heno (como el Benadryl). Precaución: muchos antihistamínicos pueden causar somnolencia.
 
Refrésquese. Las compresas frías o los baños son el mejor y único tratamiento tópico para la urticaria. Otra manera de enfriarse es frotando cubitos de hielo sobre las ronchas. El frío contrae los vasos sanguíneos y evita que éstos se abran, se hinchen y liberen gran cantidad de histamina. Pero el alivio es sólo temporal. Si su urticaria se debe al clima o al agua fría, no tiene mucha suerte: el agua caliente empeora el escozor.



El pollo y sus nutrientes

La sopa de pollo podría reducir la tensión arterial y esta carne blanca no añade colesterol al organismo. Son dos ejemplos de lo bueno de tomarlo 2 o 3 veces por semana.

La carne de pollo es imprescindible en una dieta equilibrada, ya que es rica en proteínas, vitaminas y minerales. Su contenido en grasas es bajo y, como consecuencia, no aporta más colesterol al organismo a no ser que se consuma frito o acompañado de alimentos grasos, como las patatas fritas. La única parte que puede concentrar toxinas y colesterol es la piel del animal, por eso (y aunque para algunos sea un auténtico manjar cuando está crujiente) se recomienda eliminarla antes de preparar el ave.

Aporte de nutrientes. En cuanto a las vitaminas, predominan las del tipo B. La B6 o piridoxina favorece la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del cerebro. La vitamina B1 colabora en el correcto trabajo del corazón y también del cerebro, y la 2 cuida de nuestro aspecto externo, principalmente del pelo, las uñas y la piel.

También contienen magnesio (12,2 mg), Sodio (53,1 mg), Potasio (168 mg) y vitamina A (25)

Además, esta carne blanca contiene ácido fólico, imprescindible para evitar problemas durante el embarazo o incluso enfermedades cardiovasculares.

Cientos para elegir.

Existen diferentes tipos de pollos: los certificados, por ejemplo, reciben un certificado especial porque su crianza es más lenta.

Los camperos son aquellos criados al aire libre (al menos en la última fase) y tienen un sabor más intenso.

Los ecológicos, capones, pulardas y picantones son otras opciones que podemos encontrar en los mercados, aunque a un precio mayor.