 La
madera es la parte sólida de los árboles que está debajo de la corteza.
 La
madera es la parte sólida de los árboles que está debajo de la corteza.
Las
supersticiones relacionadas con la madera tienen a menudo carácter positivo:
TOCAR
MADERA
La
superstición de tocar madera tiene su origen en la madera de la Santa Cruz y en
la veneración de que han sido objeto las reliquias de trozos de madera de ella.
Se
dice que cuando se menciona algo que se desea que suceda hay que tocar madera
para que efectivamente el deseo se realice y no ocurra nada que lo impida.
También
se dice que cuando alguien se jacta de algo, por ejemplo “nunca me he roto un
hueso”, tiene que tocar madera inmediatamente para que continúe la buena suerte
que hasta ese momento le ha acompañado.  
Cuando
una persona hace gala de buena estrella se cree que también debe tocar madera.
EL
CRUJIDO DE MADERA
San
Juan Crisóstomo escribe en sus Instrucciones Bautismales (año 388): “Exhorto a
los hombres y a las mujeres a evitar los presagios y las supersticiones…. Esta intromisión
en sus vidas a través del graznido del cuervo, el chirrido de los ratones y el
crujido de las vigas”.
Existe
la opinión de que cuando crujen los muebles de una casa es una señal de muerte.
Al
parecer, las vigas que crujen y las mesas que chirrían son presagio de
desastres o muertes.
LA
MADERA Y OTRAS SUPERSTICIONES
Se
decía que traía buena suerte encontrar por la mañana a alguien con una pata de
palo. No había que mirar hacia atrás y seguirlo con la vista porque entonces se
tendría un disgusto.
Se
cree que poseer objeto de madera perfumada es augurio de buena suerte. 
 


 Algunos
piensan que su felicidad está en manos de los demás porque dependen de su amor
para sentirse bien. Esto es erróneo, aunque está muy extendido. Gran parte de
la equivocación quizá tenga fundamento en nuestra propia experiencia, pero es
la de los primeros años de vida cuando éramos pequeños; confundir las
necesidades del niño y las del adulto no parece un ejercicio de objetividad,
pero es lógico que nos pase si nunca nos han ayudado a reflexionar sobre ello.
Algunos
piensan que su felicidad está en manos de los demás porque dependen de su amor
para sentirse bien. Esto es erróneo, aunque está muy extendido. Gran parte de
la equivocación quizá tenga fundamento en nuestra propia experiencia, pero es
la de los primeros años de vida cuando éramos pequeños; confundir las
necesidades del niño y las del adulto no parece un ejercicio de objetividad,
pero es lógico que nos pase si nunca nos han ayudado a reflexionar sobre ello.










